Nine.

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—¿Como es que termine aquí con un extraño?

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—¿Como es que termine aquí con un extraño?.

Carcajadas masculinas.

— ¿Eso que importa?, estás aquí conmigo y punto princesita, no voy hacerte nada malo.

— Si no lo hubieras dicho créeme que no me hubiese dado miedo, callado te ves mas... Más...

— ¿Más que?— Inquiere el pelimorado.

—Aish, olvidalo.

A pesar de no haber probado ni una gota de alcohol el tiempo que estuve en aquel lugar heme aquí, con un sujeto que parece un supermodelo con olor a bebé y a manzanilla.

Siento que no me reconozco.

Extrañamente acepté la proposición de Jungkook y terminé en el lugar menos pensado, pero lo suficientemente opuesto al bar donde me había metido. Primero me sorprendió el hecho de que Jungkook no se opusiera a que fuese yo la que escogiera el lugar donde nos despejaríamos un rato de todo el trauma que me dejó el lugar donde deje a mi mejor amiga junto a su novio. Lo otro que me resultó extraño fue darme cuenta que al parecer Jungkook está familiarizado con la zona, especialmente cuando sin mucho esfuerzo ingresamos a la biblioteca de la universidad.

La universidad donde estudio.

— Deja de pensar tanto princesita — El cabeza de uva de Jungkook me pasa un envase de leche de banana.

Lo tomo a mala gana.

— Y tu deja de llamarme princesita, me molesta— Demando abriendo el envase y llevarlo de un solo a mís labios, bebiendo la mitad del contenido de una.

La mayoría de las luces en la biblioteca estan apagadas a excepción del pasillo donde estan los libros de historia contemporánea, básicamente ese es denominado el último pasillo o mejor dicho el pasillo del olvido, por esa razón estamos aquí acompañados solo del silencio de los libros y el olor a papel y a guardado.

Pude escuchar una pequeña Risita de  parte de Jungkook antes de que se bebiera todo el contenido del envase de un solo golpe, ya iba por su cuarta ronda y seguía al abrir un quinto envase.

Antes de cometer la locura de filtrarnos en la universidad a altas horas de la noche pasamos por una tienda de convivencia y compramos algunas bebidas libres de alcohol y frituras, Jungkook confesó no tomar licor, pero si demostró su obsesividad por la leche de banana.

— ¡Oye, calmate! te va a dar diarrea—  Regaño mirándolo beber del quinto frasco, pero el idiota me ignora. — Te haz bebido la docena tu solo.

— Tengo estómago de hierro princesita — Sigue bebiendo, pero aparta el frasco de golpe y posa sus enormes ojos en mí, una risita de suficiente aparece de sus finos labios— ¿Te preocupas por mí princesita?.

Hay vamos de nuevo.

— No seas idiota y bájate de esa nube — Bufo dejando el frasco vacío a mi lado — Dime algo,  ¿No te parece demasiada casualidad lo de esta noche?.

Wings (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora