Seventeen

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Terminé de colocar pomada en la última herida de Jungkook, una que tenía justo en la comisura de su labio.

Por suerte el pulso no me tembló tanto como al principio, y por eso había decidido dejar la comisura de su labio para el final.

Jungkook por suerte estuvo tranquilo y no me esquivó en ningún momento, lo incómodo para mí fué que no me quitó sus enormes ojos de encima.

— Ya está— Dije y lancé la pomada en la caja de primeros auxilios— Con la pomada las marcas producto a los golpes desaparecerán en poquitos días.

Quise alejarme porque estaba relativamente muy cerca al pelinegro y por más que mis instintos me insinuran que me quedase así hice lo contrario porque soy alguien que se da a respetar así no hayan más personas en la casa aparte de nosotros dos. De igual manera Jungkook no permite mis intenciones y sorpresivamente enrosca sus fuertes brazos alrededor de mi cintura acariciando su rostro a la tela de mi suéter en la zona de mi vientre como un niño pequeño.

Quise reírme, bueno, en realidad quise muchas cosas y tenia una mezcla de sentimientos bien extraños por ese acto tan loco, nervios principalmente, aunque tampocono era incómodo, de ser así ya le hubiese volado la cabeza de un solo por atrevido.

— Estoy pensando qué cosa extraña te habrás fumado camino aquí a mi casa para que tengas estos comportamientos tan extraños— Con mis manos lo aparto un poco para verle la cara de niñato bipolar.

En lugar de obtener una respuesta Jungkook me observa completamente ido, sus párpados hacen amago de cierrarse y su cabeza se balancea de un lado a otro. Caigo cuenta que el calmante para los Dolores que le di antes de curarle las heridas era demasiado fuerte y ahora que lo pienso creo que si debí seguir las indicaciones de la caja en cuanto a la dosis y darle solamente la mitad de la pastilla.

Jeón no resistió más y calló como piedra en el sofá.

No imaginé que fuese tan sensible a un simple medicamento, yo solamente quise ayudarlo a apaciguar el dolor de los golpes que se llevó en las costillas ya que se rehusaba a que lo llevase a un hospital. De vuelta a la realidad me tomo el atrevimiento de Cachetearle las mejillas para que se despierte, teniendo como resultado nada, ni un ronquido, aunque me causa gracia que duerma con la boca abierta.

Y no era para menos después de esa golpiza que recibió más los efectos del calmante que le di porque a pesar de tener apariencia fuerte Jungkook es demasiado débil para un simple relajante muscular.

Aunque reconozco que me pase con la dosis.

No va a despertar, lo sé y tampoco puedo dejarlo aquí tirado en el sofá expuesto a que Haneul aparezca y lo vea.

— Imbecil, Ayudame un poquito— Pedí forzadamente levantándolo del sofá para llevarlo a mi habitación.

Jeon balbucea un par de cositas que no logro entender, igualmente no se despertó haciéndose el doble de pesado cuando se destenza en mi espalda provocando accidentalmente que cayeramos al piso.

Definitivamente no encuentro forma más fácil de llevarlo mas que arrastras como un costal a mi habitación, hago una pausa y tomo aire terminando por sujetar al pelinegro de las axilas y con mucho esfuerzo camino arrastrándolo como lo planeado. Una vez en la habitación deje el cuerpo inerte del pelinegro sobre la alfombra y sequé el sudor de mi frente mientras recupero un poco el aire que perdí trayèndolo hasta aquí.

Definitivamente no puedo creer que lo vaya a dejar dormir aquí en mi casa y en mi cama cuando bien pude subirlo a un taxi y pagar para que lo dejarán en su cama donde debería estar y no camino a la mía.

Wings (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora