Jungkook...Sohyung más que un nombre. Lo era todo para mi.
Cuando la escuchaba reír, suspirar o simplemente existir, cuando me llamaba Conejito su voz era la mejor melodía para mis oídos, incluso cuando me reprendía.
Sohyung fue la mujer que me dio la vida y que sé que tal vez habría luchado por mi. Su nombre no lo recordaba muy bien, pero al despertar de mi sueño con ella la melodía regresa a mi sin salir de mi cabeza.
Simplemente vuelve a ser mi dulce melodía favorita.
La dulce melodía que alimentaba mis oídos era Sohyung y los pocos recuerdos que ahora he recuperado de ella. Era linda y yo la amaba, amaba su sencillez y su olor a flores del campo, amaba su cabello oscuro como el mío y sus ojos grandes, lo único que no me gustaba era cuando ella se ponía triste porque sus ojos se hacían chicos y rojos, además cuando estaba triste solía encerrarse y alejarse de mi, ella decía que era por mí bien. En fin, ahora que tengo un recuerdo de Sohyung me doy cuenta que aún la sigo amando, pues fue la mujer que me trajo al mundo y la que cuido de mi hasta ese día.
Creo que fue un septiembre después de mi cumpleaños número seis que no volvía a verla, especialmente meses después de aquella conversación en el parque. Sohyung me dijo que aunque estaba mal debía actuar como un hombrecito grande y no dejarme lastimar y dominar de Kyungsoo.
Se lo prometí. Le prometí que sería fuerte y que no iba a permitir que Kyungsoo me hiciera daño y ahora que estoy a estas alturas de mi vida me siento un mal hijo porque rompí mi promesa y me he convertido en el títere y el punto de diversión del que se supone es mi padre.
Han pasado muchos días en lo que he sido el prisionero de mi padre. Afortunadamente no volvió a golpearme y a drogarme por un acuerdo que hicimos. Nunca tuve malos pensamientos de mi madre aunque Kyungsoo se haya encargado de hacerla quedar como la peor de todas yo sé que ella era incapaz de abandonarme para vivir una vida libre, de alguna manera a mi madre le habría pegado dejarme a su cargo, y ahora que sus recuerdos están llegando a mi memoria lo confirmo más. Se que Sohyung lo menos que quería era dejarme bajo su cargo, pero algo tuvo que haber pasado para que lo hiciera, así que finalmente mi acuerdo con mi padre ha sido mi sumisión y completo poder sobre mi a cambio de una prueba que demuestre que mi madre no quería dejarme, o al menos algo que explique porque desapareció.
Al final Kyungsoo aceptó el acuerdo y me dijo que tenía algo guardado desde hace mucho tiempo para entregarme siempre y cuando no intente traicionarlo para salir de aqui.
Me levanto de la vieja alfombra sintiendo aún dolor en mis costillas, al menos las marcas de los golpes en mi rostro han sanado estas casi dos semanas. Volteo enseguida hacia la puerta cuando esta es abierta. Yuntak, un empleado de mi padre de origen japonés sonríe apenas me ve.
Le ignoro y voy directo hacia el espejo que está al lado del clóset, veo mi reflejo en el espejo notando el desastre en el que me he convertido estos días.
— Buenos días, mejor dicho, buenas tardes koo- koo- kito— Saluda finalmente.
A veces no me acostumbro que el pobre tiene un pequeño problema de tartamudeo. Observo a través del espejo como Yuntak pasa su mirada de mi persona a observar lo que hay en la mesa de noche al lado de mi cama. Una pequeña bolsa con polvo blanco, cigarrillos, un encendedor y varias latas de cerveza. Regalos de parte de Sungjae que me enviaba cada dos noches con él.
— Aigoo niño kookito, pero si tiene su merienda en- enterita— Comenta como si la famosa "merienda" fuera lo más normal del mundo.
Volteo con una mueca entre asco y disgusto. Podrán llamarme rebelde por mi estilo de llevar tatuajes y piercing pero jamás me he catalogado de adicto. Esas cosas no van para nada conmigo.

ESTÁS LEYENDO
Wings (Finalizada)
Novela JuvenilSeongji cree que todos a su alrededor la odian y no valoran lo que ella especialmente hace por todos, principalmente su familia. Aún sin conocer muy bien de si misma, su espíritu y personalidad bondadosa no te dejará pasar desapercibido. Eso fue exa...