Wings (Finalizada)

Twenty one

Había faltado a la universidad varios días ignorando las llamadas de Taehyung y las de Sunoo, los mensajes desesperantes de ese par reclamándome lo mala he irresponsable candidata a la vocería que soy, lo que ellos no saben es que no me siento preparada para asistir todavía por una sola razón que me ha estado carcomiendo los pensamientos y emociones estos últimos días.

No quiero enfrentar a Jungkook. Si regreso a la universidad lo primero que ocurrirá será desatarse una ola de chismes y rumores, todos diréctos a mí. Y lo primero que hará Jungkook es buscarme para quien sabe que, porque supongo que como el hombrecito que es, querrá aclarar lo de la azotea, o seguramente va a querer terminar lo que empezó.

¿Es lo que pienso, o lo que quiero?.

Muerdo mi labio inferior y me obligo a pensar en otra cosa que no sea Jeon Jungkook y su estúpido atrevimiento. Y no puedo. Me siento frustrada y confundida por culpa de ese... Maldito ser que se atrevió alterar mis pensamientos.

— ¿Ryu Seongji?— Una chica de cabello rubio me llama sacándome de mis pensamientos, me hace una seña con su mano para que me acerque.

Caigo en cuenta de donde estoy. El iluminado y elegante pasillo a mi alrededor es transcurrido por muchas personas vestidas de forma ejecutiva que andan de un lado a otro. La pelirubia vuelve a llamarme y torpemente me levanto del sillón y me acerco.

— Puedes Seguir a la oficina de presidencia— Indica y se estira enganchando un distintivo de la empresa sobre la chaqueta de mezclilla que traigo puesta— Tomas el elevador y te quedas en el piso quince, allí vas a cruzar el pasillo al lado izquierdo. Hay tres oficinas. La del centro no porque es la del CEO, la de la derecha tampoco por es del vicepresidente...

— Oye... !Yah yah! — La Imterrumpo.— ¿Que no era más sencillo decirme que la oficina de la persona que busco es la de la izquierda?.

— Lo siento... — Se excusa con gesto hipócrita — Puedes Seguir te están esperando.

Me doy la vuelta sin siquiera darle las gracias. Definitivamente el CEO de esta empresa debe saber la clase de oxigenada y grosera que tienen como recepcionista. Cuando finalmente llego al bendito elevador entro con un grupo de chicos. Todos de diferentes sexos, los que están a mi lado tienen cara de homosexuales. Están hablando de diseños, telas, accesorios y todo referente a la moda. La mayoría se han quedado en el piso diez. Ahora quedo solamente en compañía de mi soledad.

El aparato finalmente me deja en el piso quince y salgo siguiendo las indicaciones que me había indicado la oxigenada recepcionista. Cuando diviso las tres oficinas Haneul casualmente sale de la puerta del CEO principal con unas carpetas, sonríe apenas me ve, se bonita vistiendo su uniforme ejecutivo.

Definitivamente cabeza de algodón no perdió una con ella al reservarla como su mujer.

— Abróchate bien la blusa si no quieres que te vean el busto expuesto y piensen que tú y el jefe... — Bromeo insinuandamente para molestarla en lo que me acerco a ella, pero en realidad su vestuario está bien.

Haneul es decente cuando de trabajar se trata, aunque como toda una tonta cae en el juego y se mira la prenda haciendo un puchero cuando se fija que es broma.

— Eres un caso Seongji— Sonrie y me rodea por el hombro guiándome a su oficina.— Te extrañé muchísimo.

Finjo llanto por su exageración, apenas fueron tres días los que estuve fuera de casa, los cuales seguro ella aprovechó para hacer nada seguramente, o tal vez ni siquiera haya dormido allí.

La oficina de Haneul es tan sencilla como ella, paredes color pastel, un cuadro de la torre Eiffel de fondo. En el escritorio está su placa como secretaria ejecutiva, del otro lado hay una foto de ella con el profesor Namjoon y su mamá y otra foto con Hoseok como si fuesen los mejores amigos del planeta.