Six

66 4 24
                                    

No suelo ser perezosa, pero últimamente la universidad y mis responsabilidades como mujer independiente me dejan muy agotada y lo único le quiero es quedarme metida en la cama todo el fin de semana y no ser molestada hasta que llegue el lunes nuevamente.

Hoy es sábado y en mis planes esta levantarme muy tarde aprovechando que el clima frio y lluvioso, realmente esas son mis intenciones por el día de hoy y tal vez hasta el domingo, pero lo bueno siempre está en mi contra y había olvidado el tierno detalle llamado Haneul quién con su típica mirada de todo está bien, amor y paz, cristo te ama y pare de contar esta de pie frente a la cama sosteniendo la cobija con la cual cubrí mi cuerpo ahora expuesto por un pijama de corazones.

—Haneul— La llamé, me incorporo de la cama y tomo una almohada para lanzárcela.— ¿Porque demonios interrumpes mi descanso sagrado?.

Haneul se encoge de hombros llendo hasta la ventana cubierta por cortinas negras.

Amo la oscuridad.

— Primero que nada, buenos días para tí Seongji, ¿No crees que es un bonito día para que lo desperdicies en la cama?— La mujer sonrie y abre las cortinas de par en par.

Intento bufar, pero todo lo que sale de mis labios es un bostezo.

— En primera está lloviendo— Señalo las gotas de agua que se escurren por el cristal de la ventana— Claro que es un día perfecto para dormir, ¿Que no tienes algo mejor que hacer?.

— No. — Responde sonriente recogiendo algunas prendas que estaban en el suelo, anoche llegué tan cansada del supermercado que no hice más que lanzarme en la cama y caer en los brazos de Morfeo.

Y lo acepto, el encuentro por segunda vez con el pelinegro de los aros y tatuajes me había dejado toda la noche muy, ¿Abrumada?, No lo sé, todo fue muy extraño, como si nos hubiésemos conocido desde antes.

— Como sea Han, ¿Que acaso no tienes algo que hacer con tu millonario novio?.

— No lo sé... — La chica queda pensativa mirando un punto muerto en la habitación rascando su cabeza, en su otra mano sostiene el polo negro que vestí anoche, Han vuelve a enfocarse en mí y sonrie— Tal vez tenga asuntos que hacer, no quiero agobiarlo.

Definitivamente esta chica debería de estar en un convento o algo por el estilo, su inocencia traspasa los límites o tal vez es hippie y yo no lo había notado.

— ¡Hey! Será mejor que te levantes de esa cama— Demanda metiendo la prenda en el cesto de la ropa sucia— Tae lleva rato esperándote en la cocina.

—¡¿Porque no me habías dicho?!— Salgo de la cama en cuanto me informa. — Debiste empezar por ahí en vez de darme tu bendición. Dios mio Haneul eres un caso.

Escucho como Han se ríe de mí en pleno pasillo, la ignoro y saco lo primero que veo en mi clóset, tomo una toalla y me dirijo al baño, parezco demente moviéndome de un lado a otro, pero es que si no me apuro capaz y tae mata del miedo a la pobre Han, aunque ella lo merece por tonta. Cuando cierro la puerta del baño me detengo al sentir un jalón en mi muñeca, la tira de la pulsera quedó enredada en el momento que iba acerrar hasta el punto de que el acsesorio terminara en piso.

Automáticamente el lugar donde estuvo dicha pulsera me comenzó a picar .

Automáticamente el lugar donde estuvo dicha pulsera me comenzó a picar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Wings (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora