Las clases de pociones llegaron, clases las cuales ha tenido el "privilegio" de compartir con los Slytherins todos los años desde que llegó en el colegio y ahora se sentía, por primera vez en años, se alegraba de ello.
Al entrar al salón de clase topándose con pálido rubio; miró a Ron y Hermione para decirle, de una forma no verbal, que iba a estar con el rubio e ignorando la mirada acusadora de Granger se sentó junto a Malfoy.
El rubio dio su pesado suspiro al ver que el león se sentó junto a él, mas no dio queja alguna como Potter se esperaba. Antes de que se haga un incómodo ambiente decidió intervenir para crear quizás una agradable conversación.
—No está ocupado, ¿Verdad?.Malfoy le miró con cierto reproche. Pudo notar unas bolsas por dejaba de aquellos platinos ojos que además cubrían cierta sombra negra delatando el cansancio del rubio.
—Obviamente Potter, te acabas de sentar.Contestó con Malhumor.
—Oh creí que algunos de tus amigos iba a estar sentado aquí—Explicó sintiéndose algo tonto—Además te noto distraído y quizás te daba algo de ayuda extra.
—Si alguien se sienta junto a mi sería porque cree que necesito ayuda, y yo no necesito ayuda de nadie, muchos menos de "San Potter, el elegido".Sisañeó Malfoy quien a pesar de lo molestó que estaba no perdía aquella gracia que lo caracteriza.
—Quizás sea por esa actitud que no se te acercan.
Murmuró Harry, pero lo suficientemente alto como para que lo escuché el rubio—¿A qué te refieres con ello?.
Le contestó Malfoy bruscamente.—Qué quizás si quieres ayuda pero eres tan malcriado que no te puedes permitir tragarte tu orgullo y pedirlo.
—¡¿Por qué te importa de repente eso?!
—Lo que pasa es que...—Suspiró mientras pensaba en algo bueno y le miraba directo a los ojos para que esté no desconfiara—Es que en verdad me preocupo por ti.
Ambos chicos se había puesto de pie entre la discusión (aprovechando que aún no llegara el profesor). Los alumnos miraban sin vergüenza y ya habían extrañados esos divertidos altercados. Mientras tanto Hermione moría de pena conociendo la verdad de las declaraciones del moreno.
—Pero, comprendo si quieres estar solo.Potter soltó una suave sonrisa, era como la sonrisa de una madre tras caerse de la escoba y está te curaba. Malfoy suavizó su gesto y procedió a sentarse.
—¿Qué haces paradote ahí como un imbécil? Siéntate—Potter se sentó ante aquella orden—Es solo por esta clase no te creas tanto—Esa última oración salió casi como un susurro pero aún así el moreno logro escucharlo.A decir verdad, no creyó que fuese tan complicado el solo sentarse al lado de Malfoy.