Capítulo 10. Heridas del alma

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El rubio se levanto a antes de la puesta, el castillo se encontraba en silencio ya que nadie se levantaría temprano un domingo por la mañana. Fue hasta el baño en común de la sala de Slytherin cerrando detrás la puerta suya asegurando con cerrojo, se echó el agua al rostro para poder despertarse del todo y se topó con su reflejo en el espejo del baño: Sus ojos antes planteados ahora eran un gris aburrido y sin brillo, su cabello había crecido hasta sus hombros y no se molestaba en peinarlo o atarlo, veía como unas notorias bolsas adornaban debajo sus ojos y sus dientes, la habían crecido los colmillos.
Rascó su cuello al verse así dejando las marcas de las uñas en su pálida piel, realmente se desconocía.


Cuando salió del baño sus compañeros de Slytherin aún dormían plácidamente, así que no se incómodo en desnudarse y tomar la primera camiseta negra con el logo de alguna banda muggle junto los primeros pantalones que no fueran de pijama. Realmente era un asco.Draco tras tomar algunas cosas se dirigió a la sala de menesteres donde se encontraba aquel armario que le ayudaría a su cometido. Tras varios meses de pruebas estaba un 99.9% seguro de que no había fallas, tomó al pajarito quien parecía llamar por ayuda y lo colocó en el armario. Al cerrarlo y abrirlo se topó con un pajarito muerto.


—No, ¡No!—Gritó queriendo golpear a aquel tonto armario—¡Si hice todo bien!.Sintió como las lágrimas brotaban de sus ojos, ira por no lograr su cometido, miedo por lo que sucedería sino mataba al viejo, remordimiento por haber creído ciegamente en su padre con que el señor tenebroso sería lo mejor para todos. Se cruzó se brazos mientras se arañaba, la mordida de Greyback volvió abrirse pero Draco realmente no lo importaba. Pasaría un largo rato ahí

—★

El trío de oro hablaba entre sí mientras iban al gran comedor, y Harry comento sobre su nueva habilidad a sus amigos, Snape dijo que nadie se enterará sobre lo de Malfoy, no dijo nada sobre 

lo del animago.

—¿Qué eres Harry?.Pregunto con curiosidad Granger.

—Un ciervo.
Contestó orgulloso.

—Aaww que bonito como Bambi.

—¡No como Bambi!.

—¿Qué es Bambi?.Pregunto el pelirrojo.

—Un ciervo.
Contestaron al unísono.

—Oh, entonces eres un Bambi.

—Ya tengo suficiente con que Draco me diga cornudo.
Se quejó el moreno.

—No me digas que sigues con tu plan de "amistarte" con Malfoy.Reprochó la muchacha del grupo, y antes que Potter pudiera responder el rubio se apareció entre los pasillos.


—¡Malfoy!.Llamó el moreno quien recibió una mirada de molestia.

—¿Qué quieres Potter?.
Dijo cruzando sus brazos detrás de su espalda.

—Vaya, ¿Tuviste una mala noche Malfoy-ado?.


—Jaja que gracioso—Se burló de aquel infantil juego de palabras antes de contestarle—Realmente nadie quiere pararse un domingo, y debo irme antes de que alguien más me vea en estas fachas.


—Para mi te ves adorable.Al moreno se le escapó ese pensamiento provocando un sonrojo en ambos.

—Bueeno, nosotros también estabas recién levantados y en malas fachas, así que desayunar que podríamos desayunar juntos.
Intervino Granger rompiendo el silencio incómodo.

—¿Desayunar a las 12?.Pregunto con ironía el rubio.

—Si te levantas y comes es un desayuno.
Habló el Weasly.

El rubio soltó un largo y pesado suspiro antes de contestar.—Esta bien.

Y se dejó arrastrar por el trío de oro hasta el comedor.
Realmente se sentía fuera lugar, no era como estaba vestido ya que incluso de años superiores estaban en pijama. Era más bien con quién estaban, no todos los días vas a desayunar con los chicos que había molestado.

—La forma en que tratan a las otras criaturas son increíbles.Se quejó la muchacha mientras tomaba su jugo de calabaza.

—Concuerdo con Granger.
Dijo, para sorpresa del grupo, el rubio quien masticaba lentamente su emparedado.

—Malfoy, Dobby dice que lo maltrataban.

—Dobby no era exactamente mi elfo, sino el de mi padre—Explicó el rubio algo ofendido por que crean que el haya maltratado a Dobby—Además, los elfos me daban miedo.

Ron tomaba su jugo pero lo soltó por la nariz al escuchar el comentario del rubio. Luego reía a carcajadas haciendo sonrojar al rubio de la rabia.

—Tú...Draco Malfoy, le tenías miedo a los elfos.
Ahora Potter lo acompañaba en sus carcajadas.

—Bue-Bueno era un niño y mis padres no ayudaron.

—Por eso le tenía tanto miedo al bosque prohibido.
Comentó el moreno.

—Por eso se orinó con los dementores.

—¡Yo no me orine!, ¡Y tenía 13 obvio me daban miedo!.

Todo era risas y diversión mientras Hermione era una simple espectadora de las payasadas de sus amigos, se sorprendía por la actitud del rubio pero ya sabía que en el fondo (muy en el fondo) también tenía su lado sensible y ahora lo comprobaba. Por eso le preocupo ver aquel rasguño en su brazo que parecía reciente.

—¿Qué te sucedió en el brazo?.
Ante la pregunta el Slytherin palideció y cubrió inútilmente la herida con su mano.

—Yo...uhm...es...—Miró con desesperación a Potter, esperando que este le diese la razón en lo que iba a decir—Fue en Defensa, nada grave.

—¿Seguro? Parece como si...
Se iba acercando pero Malfoy se paró súbitamente.

—Oh si, yo recuerdo eso, fue en defensa.Dijo Potter, Malfoy lo quería ahorcar por tremenda estupidez.

—¿Ven? Potter lo recuerda, ahora yo debo ir a la biblioteca por...algo.

Huyó. Granger le lanzó una mirada acusadora a Potter.—Más te vale nos expliques

Loup // Drarry|HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora