Después de que Draco salió corriendo decidió seguirlo con una prudente distancia. Al notar que se dirigió a la torre de astronomía fue a su habitación tomando su manto de invisibilidad, esa arma que siempre le ayudaba en sus distintas ocurrencias y siempre tenía una gran utilidad. Se la coloco y burló a los prefectos (entre ellos a Hermione, quien lo mataría si supiera el porqué de ello) y logró colarse en la torre de Astronomía.
logro ver a el profesor Snape junto con un Draco sin camisa y encadenado, definitivamente no quería ver aquello, pero quería estar atento ante cualquier dato que sea conveniente. Con sumo cuidado de evitar cualquier ruido que pudiese ser inconveniente trato de mantenerse alejado de las serpientes y volteó la cabeza, mirando con cierto morbo de vez en cuando.
—Las cadenas están apretadas.Se quejó el rubio.
—¿Qué esperabas?, ¿Una cama lujosa y una almohada con plumas de pavo real?.
Respondió el mayor con reproche y sarcasmo.—No...esas plumas son duras.Bromeó, dejando aquellas formalidades de alumno y maestro llevando una relación más de padrino e hijado, que eran lo que eran.
—Bueno agradece que ahora te llevo una manta y no debes pasar frío.Contestó el pelinegro quien, posiblemente, reía por dentro.Hubo un silencio de nuevo, era obvio que ellos estaban más cómodos así, pero a Harry aquello le generaba cierta ansiedad. Draco soltó un quejido antes de soltar un berrinche.
—Todo es culpa de San Potter, si él no hubiese mandado a mi padre a Azkabam nada de esto estuviese pasando... él no hubiese estado de acuerdo en esto, mi madre no lo estuvo pero...
Se interrumpió a sí mismo al ver que su voz empezaba a temblar.—Creeme que hubiese intervenido si hubiese estado ahí—El profesor acarició con suavidad los cabellos rubios, que gracias a la tenue luz parecía blanca, mientras le dijo aquellas palabras que buscaban tranquilizarlo—Pero no podremos regresar en el tiempo, pero debes ser fuerte.Draco le sonrió a su padre y, por primera vez en 6 años en Hogwarts, Harry vio como una comisura de los labios del profesor se alzó levemente. Él hubiese jurado que Snape no sentía nada más que enojo, rabia y amargura.
Sin embargo el estaba perdido en la conversación, en el contexto, ¿Qué sucedió con Malfoy después que su padre fuese a Azkabam?, ¿Acaso se arrepiente de ser un mortífago?, ¿Por qué las cadenas?; Sus incógnitas fueron resultas casi al instante.Snape dio pasos hacia atrás cuando alzó su mirada, la penetrante luz de la Luna llena de hizo presente y los iluminó, un hermoso escenario sino fuera por los gritos desagarradores del rubio, las lágrimas salieron de sus ojos y jamás pensó que los gritos pudieren ser tan altos, definitivamente se escucharía por todo el castillo así que, supuso, hay un hechizo silenciador.Pero lo peor llegó después cuando vio que la lampiña piel del rubio se llenaba de pelaje, un pelaje tan blanco y puro como la nieve; la cara se deformaba alargándose y el mismo pelaje brotaba del rostro, notando como los caninos crecían y se afilan, fue entonces cuando lo supe. Malfoy era un hombre lobo.
La sorpresa no le cabía en su cuerpo, es decir, nuevamente se había equivocado en su deducción pero esto, no lo podía crear. Se acercó un poco para detallarlo aún sin creerlo; si bien los hombres lobos no destacaban precisamente por su belleza hablábamos de Draco Malfoy, podía hablar en su completa "heterosexualidad" que Malfoy no era mal partido, incluso en aquella forma de bestia era bello, con aquel pelaje blanco tan pura resaltaban aquellos ojos grises platino que no perdieron su humanidad, era delgado sí pero, era simplemente hermoso y no sabía explicar el porqué.Se quiso acercar un poco más, fue entonces cuando esté lo olió y soltó un gruñido haciendo que, escandalosamente, retrocediese y cayera al enredarse con sus propios pies. Y con su suerte la capa se le cayó.
El profesor Snape se le acercó colérico, no sin antes quitarle puntos a su casa (obviamente), luego pidió explicaciones.
—Yo...—Estaba acorralado, su show de amigarse con Malfoy hasta que confiese se fue por la borda en el momento que lo siguió—Lo confieso lo estaba siguiendo.
El licántropo gruño molestó, estaba seguro que sino estuviese encadenado fuese hombre muerto.
—Ni siquiera debo preguntar porque—Snape cruzó sus brazos detrás de su espalda y fue al lado de Malfoy—Creías que el señor Malfoy era un mortífago—Harry iba a protestar pero el mayor le interrumpió—Estoy al tanto de eso, sabía que su intento de cercanía con mi hijado no eran buenas.
—¿Si sabía entonces porque nos dejó ir a Hogsmade?.
—La razón no es de tu incumbencia—Regañó—Debería hacer que te expulsen por ser un dolor de cabeza—Acarició la cabeza del licántropo, quien sino fuese por tomar la poción Matalobos ya hubiese perdido su mano—Pero eso sería arriesgarme a mi, y a Draco.
Harry asintió con la cabeza, ahora entendía un poco más la relación que tenían Snape y Malfoy y no pudo evitar compararlo con la que tenía su padrino y él.
—Ahora largo, te veré en mi oficina mañana.
—Pero yo–
—¡Ahora!.
Y tras tomar la capa y salió del lugar.