—Draco tienes que venir con nosotros.
—Pero...
—Estarás mejor con nosotros, a salvo.Harry tomó las manos del rubio, quien estaba dudoso de lo que tenía que hacer.Con Draco uniéndose oficialmente al lado "bueno" ahora estaba en la misma situación de los Weasly o Hermione. No podía volver a la mansión pues ahí estaría el señor tenebroso, con posiblemente la intención de torturarlo en el mejor de los casos junto a su familia.Su familia...
—Mi mamá...—El Malfoy sintió como si su alma salía de su cuerpo, su madre posiblemente esté en riesgo solo porque él tomó la decisión de abandonar al señor tenebroso—Mi madre Harry, él-él va a matarla—Explicó con horror.
—¡Pueden venir!, ¡Los dos y estarán a salvo con Sirius y conmigo!.
—¿Pero cómo?.
—La traeremos, confía en mí.
Y Draco nuevamente confía en Harry.
–★
—¿Qué dices?.
Le preguntó Sirius a su sobrino.Draco nunca había visitado a un vecindario Muggle nunca en su vida. Así como nunca visitó la casa de su familia materna (Según su madre, su tía sacaba de quicio hasta a su padre).
—Es lindo, aunque...—Su mano reposaba sobre el marco de la puerta y rápidamente se mancho de polvo—¿No tienen algún elfo doméstico?.
—Si pero no.
Contestó Harry.
—¿Y por qué no limpia?.
—Preguntale tú, ¡Kreacher!.
Dijo Sirius
Y el elfo doméstico llegó ante el llamado del mayor, su cara comúnmente malhumorada paso repentinamente a iluminarse cuando vio al unigénito de los Malfoys.
—Amo Draco.
Se inclinó ante el rubio.
—¿Me conoces?.
Dijo confundido, él no recuerda haberlo visto jamás.
—Por supuesto, el hijo del señor Malfoy y la señorita Narcissa. Potter habla de usted desde que llegó aquí.
Harry tosió tratando de evadir preguntas, Draco lo miro dedicándole una picara sonrisa.
—Y sería un gran favor que limpiará el lugar.
—Oh por supuesto que sí amo Draco.
Y el elfo inmediatamente empezó a limpiar.
—Así que...¿Hablas de mí?.
—De lo jodidamente molesto que eres.
—O de lo jodido que es amarme.
—Ok, puedo cortar la tensión aquí e iré con mi sobrinito a mostrarle el cuarto—Tomó al rubio de los hombres y lo llevo a dirección del cuarto, no obstante susurro de forma para nada discreto que hasta Harry oyó—Estaba loquito por ti y aún así fue él último en enterarse de eso.Harry frunció el ceño y sus mejillas se tornaron ligeramente de rojo por la vergüenza. Luego recordó su platica con Malfoy, conjuró un Patronus y a través del hechizo iba a comunicarse con Hermione y Ron y así poder ayudar a Narcissa Malfoy.
–★
La mansión Malfoy siempre fue sinónimo de poder y autoridad, pero ahora un aura maligna giraba entorno de ella. Y cómo no hacerlo si el mismísimo Lord Voldemort parecía gobernar desde ahí.Y, la que debería ser, la dueña de la casa estaba en algún lugar junto su hermana; pero no parecía ser alguna platica o broma fraternal.
—¡Crucio!, ¡Crucio!.
Y con cada maleficio que Bellatrix lanzaba Narcissa se retorcía en el piso con un inmenso dolor que parecía incrementar cada vez.
—¿Te parece bien querida Cissy?, ¡Tanto te creías siendo la niña perfecta con la vida perfecta!, ¡Crucio!.
Narcissa ni siquiera ponía esfuerzo en resistirse, su cuerpo perdió toda fuerza y su mente estaba casi a un punto de quiebre. Pero algo le daba la fuerza de voluntad para no perder completamente la razón: Su hijo, que donde sea que esté le va a necesitar pues aún era un niño, su niño.
Su pequeño Dragón que eligió otro camino, dándole la espalda a Voldemort e ir a la luz. No le importaba, ella solo quería que fuese feliz y sabía que no era en ese lugar.
— Bellatrix ya basta—Exigió el señor tenebroso, y la nombrada paro de inmediato—Creo que ya debió aprender la lección, ¿No es así?.
—Si, señor.
Dijo Narcissa, con la poca energía que su cuerpo generaba logro colocarse de pie cabizbaja y vio marcharse al señor tenebroso seguido de Bellatrix.Caminaba con dificultad, subiendo las escaleras era una tortura. Maldecía cada momento en cuanto colocaba un pie en ese escalón.
—Oh Draco...donde quieras que esté. Espero que estés mejor que a aquí..
