Parte 1

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Recuerden, este arte no es mio, solo me inspire un poco de la situación, es 100% de @pakhnokh

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Ok, sin darle rollo al casete, empecemos.

Por cierto, no es una historia cómica (no soy muy buena en ese departamento), es medianamente "seria".

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Todo parecía que estaba a punto de acabar, se había descontrolado en un momento delicado y estuvo a punto de acabar con la vida de Jin Zixuan,no sabía como estaba en esos momentos, pero estaba agradecido con todos los dioses por haberle dado un breve instante para recuperar su conciencia durante la trampa en el camino Qiongqi y evitar que Wen Ning atravesara a su cuñado...eso no evitó que lo empujara y su cuerpo se estrellara con una de las paredes.

Tanto él como Wen Ning regresaron a los Túmulos Funerarios antes de que los matarán a ambos o la energía resentida volviera a nublarle el sentido empeorando aún más el asunto. Eso sí, Jin algo había muerto y los Jin pedían que se entregará en represalia por eso, no solo por haberlo matado sino por haberle puesto la maldición de los Mil Agujeros, lo cual era absurdo, él no tenía ni un solo agujero en todo su maldito cuerpo, pero por más que se los dijera nadie le iba a creer, después de todo era Wei Wuxian, la maldición del mundo entero y lo peor que pudo haber pasado.

Mientras meditaba en la Cueva Mata Demonios para ver qué demonios hacer, entraron Wen Qing y Wen Ning, tenían el mismo rostro que estaba seguro tenía él, acabado, derrotado y sin saber qué hacer.

–Ahorita no puedo salir, tengo cosas que...–sintió como las fuerzas lo abandonan y caía en su cama de piedra sin poder mover ni un músculo.–¡Wen Qing, quítame tus agujas ahora!–

El par de hermanos se vieron entre ellos por unos segundos, comunicando sus penas con solo el cansancio en sus ojos, antes de hacer una reverencia profunda en señal de respeto hacía Wei Wuxian.

–Haz hecho tanto por nosotros y es momentos que te lo paguemos...los Jin dijeron que si nos entregamos te dejarán a ti y a los demás en paz. Solo me queda decirte gracias y lo siento.–

Los dos dieron una vuelta, pero no contaban con escuchar un silbido desde el fondo de la cueva.

Sin poder resistirse a las órdenes de su maestro, Wen Ning amarró con unas cuerdas a su hermana quien no pudo escapar por la velocidad en la que todo se había descontrolado y quitó las agujas que le imposibilitaba el movimiento a Wei Wuxian.

–No voy a dejar que mi familia muera– dijo él chico en prendas negras para después empezar a moverse con lentitud mientras sentía como recuperaba su movilidad.

–¡No seas idiota, Wei Wuxian, tu eres más importante, sin tí no hay vida en este lugar, los demás te necesitan, nosotros somos remplazables!– gritaba Wen Qing tratando de hacer entrar en razón al hombre que había empezado a considerar como otro hermano menor.

–Wen Ning, no me gusta darte órdenes, eres libre de hacer lo que quieras, pero por esta vez te obligo a permanecer en esta cueva y evitar que Wen Qing vaya detrás mío...no quiero perder a mas gente– hablo mientras empezaba a caminar a la salida.

–¡¿Y nosotros tenemos que verte morir?!, ¡eres un egoísta Wei Wuxian, entiende que te amamos y queremos verte feliz por un puto segundo de tu vida!, ¿es mucho pedir que mi hermanito sea feliz?– lo último lo susurro mientras lagrimas empezaban a fluir por sus mejillas. Ya había visto morir a uno de sus hermanos menores, no podía hacerse a la idea de perder a otro.

Wen Qing sintió como el delgado cuerpo de Wei Ying la abrazaba mientras trataba de ocultar sus propias lágrimas.

–Qing-jie...Ning-didi...prometo volver, no quiero dejarlos solos nunca más, así como también a mi hijo.–

Había sido una broma entre los mayores Wen el decir que A-Yuan era el hijo de Wei Wuxian, pero mucho que contestara con risas ante los comentarios inocente sabía que la verdad era más poderosa que eso, y es que esos ojos plateados realmente eran iguales que a los del omega. Por no decir que su nariz delataba quién era el padre.

Antes de la guerra con los Wen, en la Cueva de la Tortuga de la Matanza, Lan Zhan había entrado en celo debido a todo el estrés que estaba pasando, la quema de su hogar, la desaparición de su hermano, la posible muerte de su padre entre todo lo que había pasado durante el Adoctrinamiento, y su aroma a sándalo y gencianas lo había cautivado tanto que su propio celo se había adelantado. Habían tenido un sexo alucinante y romantico –aún en esas condiciones desfavorables–con él encima de su alfa para cuidar su pierna lastimada y todo eso resulto con él portando una muy bonita marca de unión, pero no se había completado el proceso y solo su omega estaba unido a su alfa, y para empeorar el asunto, Lan Zhan había olvidado lo que había sucedido por el mismo estrés que lo indujo en celo.

Había querido decirle de su inminente embarazo y unión para que pudiera vivir su fantasía de una familia propia, pero la guerra había llegado tan rápido al igual que la quema de Muelle de Loto...todo había resultado en un catástrofe y cuando dio a luz a su bello bebé con la ayuda de Wen Qing lo había dejado con ellos en lo que iba al campo de batalla.

Cuando se enteró de la ubicación de su hijo y de los Wen que lo habían cuidado no solo sintió rabia, sino que el miedo lo había consumido hasta la médula de sus huesos que no fue hasta que sintió a su hijo entre sus brazos que pudo al fin respirar de verdad.

Él no solo les debía a los dos hermanos su vida, también les debía la vida de su hijo y mayor adoración, su ancla para no ceder a la locura de las voces y la separación constante de su alfa. En él podía ver a su amado y sentirse más calmado, la risa de su hijo alejaba como si fuera un hechizo a todo lo que quería consumir su corazón y sus abrazos lo calentaban tanto como su núcleo alguna vez había hecho.

Sin su hijo habría descendido al control de la energía resentida y la guerra hubiera estado perdida. 

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Bueno, iniciamos con una historia nueva...debo de aprender a terminar mis propios proyectos.

Es mi primera historia de este mundo el cuál deberían de ir a visitar en este instante. Es una historia hermosa. 

No fui yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora