Parte 12

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Una vez que Wen Qing detuvo el sangrado y volvió a coser la herida todos trataron de centrarse en el principal problema que involucraba a todo el mundo de cultivación.

Lan Xichen todavía quería averiguar un poco más qué es lo que había pasado y la repentina noticia de que era tío, pero aún tenía tiempo para hacer su investigación por lo que se concentró en el niño que seguía inconsciente.

–Siento un poco de energía resentida en su cuerpo, no mucha, pero definitivamente ha estado probando diferentes métodos de cultivo–dijo Wei Wuxian mientras giraba entre sus dedos su famosa flauta. Se había sentado de nuevo sobre el regazo de Lan Wangji-bajo la mirada crítica de Wen Qing-y estaba levemente recostado en su pecho mientras el otro mantenía su mano sobre la herida para controlar los movimientos del cuerpo sobre el suyo.

–Deberíamos despertarlo para interrogarlo–respondió Nie Mingjue. A él no le interesaba mucho el otro asunto del emparejamiento, lo había sorprendido, pero había prioridades.

–Espera a que llegue mi hermano–le contestó Wen Qing, y, como si lo hubieran invocado, el mencionado entró a la cueva con una bandeja llena de plantas. Los Lan reconocieron algunas, pero había otras que no habían estudiado.

–Hermana–la llamó, extendiendo la bandeja.

Wen Qing la tomó con cuidado y se fue a una piedra plana que Wei Wuxian solía usar como escritorio para sus inventos raros. Con cuidado empezó a moler las hierbas y flores hasta que quedó un polvo de un tono entre morado o rojo.

Agradecía que ninguno de los hombres la cuestionara, pero cuando se acercó al niño Lan Xichen la detuvo con su voz.

–Señorita Wen, ¿qué es ese polvo?–

–Líder Lan...¿sabe que es la fitoterapia?–

–Por supuesto, es una práctica común en la secta Lan, pero nunca había visto esas plantas y desconozco lo que hacen juntas–

–Líder Lan, hay ciertas partes del cerebro que responden a las mentiras, obviamente no podemos confiar en que esta persona nos dirá la verdad o si quiera si nos va a responder, pero este polvo induce al cerebro a no poder mentir. Tal vez no consigamos todas las respuestas que queramos, pero definitivamente serán verdad– y sin vacilar le introdujo un poco de polvo por la boca.–Se va a disolver con su saliva y cuando le quite las agujas va a tragarlo.–

Solo un minuto después Wen Qing quitó las delgadas agujas y el chico empezó a moverse mientras que, de manera inconsciente, trago la saliva que se había acumulado en su boca sin percatarse del sabor levemente dulzón que había dejado.

Nie Mingjue empezó con las preguntas.

–¿Eres Xue Yang, el delincuente?–

–Sí– Xue Yang se impresionó un poco por su propia sinceridad, aunque no lo demostró. O eso creía.

Desde pequeño había aprendido a enmascarar sus reacciones físicas para convertirse en un gran mentiroso y que la gente no viera ni un solo signo de inquietud, pero en su sangre corría la sustancia de ese polvo y las demás personas en la cueva vieron una mueca de incomodidad.

–¿Quién te mandó a este lugar?–continuó el líder Nie, pero antes de que Xue Yang contestara, Wei Wuxian lo interrumpió.

–Líder Nie, debemos ser más específicos con las preguntas, mientras más cerradas las preguntas es más fácil conseguir las respuestas correctas–él mismo ya tenía una pregunta aún mejor–¿Te envió alguien de la secta Jin?–aunque Wei Wuxian ya sabía la respuesta de eso, era obvio que aquel uniforme amarillo pertencía esas malditas peonías.

–Sí–iba a decir no pero sintió una fuerte incomodidad en su cuerpo que lo obligó a decir la verdad. Vio con furia en sus ojos a Wen Qing–¿Qué me diste perra?–

–Polvo de la verdad, no puedes mentir y tu cuerpo te va a obligar a responder–una pequeña mentira. El niño podía negarse cuanto quisiera a contestar, pero eso no tenía que saberlo.

–¡Joder!–Xue Yang empezó a retorcer su cuerpo para que las cuerdas se aflojaron un poco y tratará de escapar, pero quien fuera el responsable de los nudos sabía lo que hacía. Se dio cuenta de que no tenía escapatoria y solo se resignó a contestar. Al final del día no le importaban los Jin ni sus ambiciones.

–¿Te mandó Jin Guangshan?–preguntó Lan Xichen.

–Sí–bien, Xue Yang se había resignado, pero no les iba a decir más de lo necesario, quería verlos sufrir para encontrar a la verdadera persona detrás del plan.

–¿Para qué te mandó?–continuó el Lan.

–Matar a los remanentes Wen.–

Una pequeña cantidad de energía resentida se agitó cerca de Wei Wuxian, pero una simple caricia en su espalda baja por parte de Lan Wangji lo relajo. Y eso lo vieron ambos líderes. Nie Mingjue estaba, en ese momento, contento de que el alfa de Wei Wuxian fuera Lan Wangji, si alguien como Jin Guangshan tuviera ese poder sobre las acciones de Wei Wuxian...un escalofrío recorrió su espalda.

–¿Y?–esta vez hablo Lan Wangji, quien no creía que eso fuera lo único que buscaba el Líder Jin.

–Robar el sello del Tigre Estigio.–

–Las matrices en el camino Qiongqi, ¿fuiste tú?–preguntó Wei Wuxian, aunque él mismo ya sabía la respuesta.

–Por supuesto, ¿te gusto mi regalo?–contestó cínicamente queriendo obtener una respuesta interesante del omega, pero lo único que se ganó fue una risa seca de su parte que le helo la sangre.

–Jin Guangshan es ambicioso, pero es un idiota–decreto Wei Wuxian viendo directamente a los ojos negros de Xue Yang, y el otro vio destellos rojos en la plata.–No es lo suficientemente astuto para tender una trampa así, además, por muy bastardo que sea, no creo que tratara de matar a su hijo y único heredero–dijo, haciendo un hincapié en único heredero.– Acaso...¿has estado siguiendo las órdenes de Jin Guangyao?–

La cueva se sumió en silencio cortado por el jadeo de Lan Xichen.

No fui yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora