Parte 16

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Torre Koi

Jin Yanli nunca había cultivado su núcleo más allá de su creación, no le había interesado el arte de pelear y blandir una espada, prefería las artes de la cocina y la medicina. Su madre había sido una alfa imponente y una hada en el campo de batalla con su carácter fuerte y claro don para liderar a las personas, pero, lo que nadie sabía de Madam Yu era su carácter vengativo.

Nunca lo vio en acción pero las marcas de latigazos que su A-Xian trataba de ocultar después de las "clases para omegas" que eran instruidas por su madre eran muy obvias algunos días. Sabía que su madre había limitado el poder de Zidian para que no quedarán marcas duraderas y evitar que la inculparan de maltratar a un omega, pero había escuchado después de la reunión de la Torre Koi de las cicatrices en la espalda de su hermano menor, de su didi.

Estaba furica por eso y deseaba agarrar una espada para pelear con todos los que le habían hecho algún daño a su didi, no se arrepintió cuando su puño impactó justo entre las costillas de esa escoria de alfa que se había atrevido a apuñalar a su A-Xian por la espalda, como el cobarde que era. Se sintió tan bien cuando vio la sangre salir por sus labios por el impacto de su puño, y sintió aún más de esa satisfacción cuando los agujeros en su cuerpo se hicieron visibles mostrando la escoria que era en realidad, incluso cuando las gotas de sangre salpicaron sus faldas después de que el Líder de la Secta Moling Su se cortara la garganta frente a ella no se sintió satisfecha por su muerte indolora, se merecía el infierno en vida.

Ese deseo de destrucción crecía por segundo mientras veía el escándalo que se había armado en la sala, vio con alegría morbosa como los demás cultivadores que habían desconfiado en su amable y fiel A-Xian ahora estaba corriendo como hormigas bajo una tormenta, desesperados por encontrar las respuestas y preguntando a su desgracia de suegro que significaba lo que había pasado.

Vio por reojo cuando el Líder de la Secta Lan y el Líder de la Secta Nie habían salido volando –literalmente– por la puerta principal siguiendo el punto blanco que había en el cielo que apenas se veía entre las nubes. Quería seguirlos pero el peso de su esposo sobre uno de sus hombros la devolvió a la realidad. Ese poder destructivo que había sentido hace pocos segundos se desvaneció tan pronto como vio los ojos castaños de su esposo.

Jin Yanli nunca había sido de carácter fuerte. Solía hablar calmadamente y con un tono cariñoso a casi todas las personas, eran contadas las veces en donde se ponía seria en medio de una discusión y siempre trataba de ser diplomática para evitar que las cosas escalaran a golpes, pero vio con decepción como fuertes cultivadores parecían haberse convertido en niños que no sabían hablar.

Le dirigió una sonrisa apenada a su esposo antes de inhalar tanto aire como sus pulmones le permitieron y cuando liberó su poderosa voz dejó salir sus feromonas de omega enfadada.

–¡TODOS, DEJEN DE GRITAR Y PRESTEN ATENCIÓN!–

Para sorpresa de todos los alfas, betas y omegas del lugar sus piernas cedieron y terminaron arrodillados en el suelo mareados por la voz que tronaba en el lugar y las potentes feromonas. No eran dulces y agradables, eran amargas, tan amargas que los propios betas pudieron sentir sus sentidos gritar por lo sofocantes que eran.

Jin Yanli también estaba sorprendida, todos a su alrededor habían caído en sus rodillas tan pronto como liberó sus feromonas, todos menos su esposo, el cual, por la marca de unión que lucía en su cuello estaba protegido por las feromonas amargas. Incluso su A-Cheng había caído al suelo mientras cubría su nariz.

Si para los omegas y betas era tortuoso ese aroma, para los alfas era aún peor, incluso hubo algunos que sintieron su Qi errático por tener que estar expuestos a tal exposición de poder.

No fui yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora