Parte 37

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–¡Buenos días!–la voz animada de Wei Wuxian resonó con emoción en Recesos de Nubes.

Si bien la regla de no gritar seguía vigente, ninguno de los discípulos le recordaban al omega de ropajes oscuros que debía de cumplirla. En el poco tiempo que había vivido entre los muros limpios y blancos del lugar Wei Wuxian se había ganado el cariño de las generaciones más jóvenes, sobre todo los niños, los cuales lo habían adoptado como un profesor fuera del salón.

Una vez que sus clases terminaban, pequeñas palomas blancas caminaban rápido, no corriendo, a dondé solía estar Wei Wuxian, esperandolos debajo de la sombra de un árbol lo suficientemente grande para que ninguno de los niños estuviera sufriendo los rayos de sol. Cada niño, con ojos centellantes de emoción, hacían sus preguntas de los temas de su clase.

Habían días en donde se podían escuchar las pisadas pequeñas del grupo de niños persiguiendo a Wei Wuxian, el cual tomaba un paseo por Recesos de Nubes, mientras el adulto les contaba historias de sus cacerías nocturnas, preguntandoles que podrían haber hecho ellos.

Incluso habían días donde los discípulos de generaciones mayores se unían a estos paseos, tomando notas discretas de los conocimientos bastos de Wei Wuxian.

Los dos jóvenes que estaban haciendo guardía ese día solo pudieron suspirar ante el entusiasmo de su mayor.

–Buenos días Maestro Wei, Hanguang-Jun, Wei-shidi, ¿quiénes son sus acompañantes?–

–Oh, no te preocupes, son amigos míos. Vienen a hablar con tío y el hermano Xichen.–

–Por supuesto, creo que Zewu-Jun y el Gran Maestro Lan están en el Hanshi tomando el té.–

–Gracias chicos, nos vemos después.–

Sin decir nada más, las cinco personas entraron a Recesos de Nubes, y Xiao Xingchen y Song Lan inmediatamente notaron el cambio de temperatura.

El otoño seguía en pie, pero el frío era cada vez más notorio, sobre todo en una montaña, donde habían esperado ver caminos y murallas de nieve; y si bien el frío estaba lo suficientemente presente para utilizar un abrigo, no había necesidad de más.

–Supongo que se están preguntando porque no hace tanto frío aquí, ¿verdad?–

Song Lan pensó que había sido muy obvio, pero no le vio el mal en preguntar.

–Mm, sobre todo en una montaña.–

–Lo sé, hacía tanto frío que había días que no podía salir del Jingshi sin congelarme, incluso mi hijo se había resfriado los primeros días de otoño, así que decidí hacer una nueva matriz que abriría una barrera que filtrara el frío del ambiente, aún sería posible la nieve pero con la barrera se regularía el clima.–

Xiao Xingchen chiflo un poco, asombrado por lo ingenioso que era Wei Wuxian; Song Lan le había comentado los inventos que había proporcionado al mundo de la cultivación y lo útil que eran, incluso habían ciertos objetos que estaban destinados para las personas comunes para que pudiera protegerse de problemas menores sin la necesidad de un cultivador, pero nunca se había puesto a pensar el alcance que podrían tener estos talismanes y matrices.

Lan Wangji bajo a A-Yuan de sus brazos para que su hijo pudiera ir con su amigo, el cual debería de haberlo estado esperando en la entrada, pero Wei Yuan supuso que su amigo había decidido ir a su lugar secreto para que pudieran jugar con los conejos de su padre, por lo que caminó apresurado al lugar después de despedirse de las dos personas y de sus padres.

Wei Wuxian les iba platicando un poco de los edificios importantes que habían en la Secta Lan, como la biblioteca, el salón principal, los salones donde se impartían las clases, y así continuó hasta que los cuatro llegaron al Hanshi, donde ya estaban siendo esperados.

No fui yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora