Parte 7

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Wei Wuxian se despertó poco a poco abriendo y cerrando sus ojos. Lo bueno de estar en una cueva es que no le dolían los ojos por una repentina luz...espera...¿cómo llegó a su cueva?

–A-Niang despertó– al escuchar la voz de su hijo trató de sentarse pero un dolor agudo en su abdomen lo hizo detenerse.

–A-Yuan, ten cuidado con tu A-Niang– dijo Wen Qing mientras ayudaba a A-Yuan a subirse a la cama de piedra y le indico como acostarse de manera que no presionara las heridas de su madre.

–A-Yuan tendrá cuidado tía Qing– dijo mientras se acostaba y abrazaba con mucho cuidado a su A-Niang, quien lo veía con cariño y amor.–A-Niang es malo, me dijo que Rich-gege iba a venir mañana y no pude esconderme para jugar– reclamo haciendo tiernos pucheros.

–¿Lan Zhan está aquí?– trato de acomodarse de manera que pudiera abrazar a su hijo pero la mirada fulminante de Wen Qing lo detuvo.

–Obvio que está aquí, ¿quién crees que te trajo idiota?–

–Ahhh, tía Qing dijo una mala palabra– por el niño Wen Qing había tratado de regular su vocabulario, pero estaba tan enojada que lo olvidó por completo.

–Si Qing-jie, decir malas palabras en frente de un niño, ¿esa es la educación que quieres darle a mi rabanito?–

Wen Qing no entendía la actitud del otro, estuvo a punto de morir y había sido atacado por la gente que había protegido, pero en vez de estar enojado o algo por el estilo estaba bromeando y jugando con ella, no sabía si estar alegre o preocupada.

–Wei Wuxian, deberías ser más precavido, estuviste a punto de...–

–Shh– con los ojos le señaló al niño que empezaba a dormitar sobre su brazo.–No importa, ya las personas saben que soy inocente, tú y Ning-didi están a salvo.–

–Eres muy descuidado Wei Wuxian– no sabía qué más decir, solo atino a eso y suspirar mientras tapaba su rostro con una de sus manos.

–Awww, ¿ya no soy Ying-didi?– dijo con un puchero.

–¡Tú...!– iba a reclamarle pero una voz grave se hizo escuchar desde la entrada de la cueva.

–Wei Ying–

–¡Lan Zhan!– Viendo que los dos tenían de qué hablar, Wen Qing se empezó a retirar del lugar, pero la mano de Wei Wuxian la detuvo.–Qing-jie...¿puedes llevarte a A-Yuan con su abuelita?–

–Claro– el niño ya estaba dormido, lo cual era lógico puesto que todo el día había estado jugando y corriendo para buscar el mejor árbol para esconderse en caso de que ya no cupiera en el árbol que le había dicho su A-Niang, por no decir que su dieta tampoco le daba la energía que a ella le hubiera gustado ver en un niño de dos años.

Wen Qing salió del lugar con el niño entre sus brazos preguntando qué es lo que debían de discutir ambos hombres.

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–Lan Zhan, Lan Zhan, ven, siéntate al lado de este frágil hombre– aprovechando que no estaba Wen Qing empezó a sentarse pero la herida lo volvió a molestar y no pudo evitar soltar un suave quejido que alertó al otro.

–Wei Ying debería quedarse acostado.–

–Pero Lan Zhan, ¿cómo voy a poder hablar contigo si estoy acostado?–

–Wei Ying– el tono era muy serio...o bueno, más de normal y Wei Wuxian no entendía qué estaba pasando, si bien lo que había dicho y hecho en la Torre Koi había causado algunas exclamaciones no creía que era lo suficiente como para que Lan Zhan estuviera más serio de lo usual, incluso sus ojos se veían opacos.

No fui yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora