No fui yo

Parte 2

Dio un último abrazo a ambos hermanos, impregnandolos un poco con su aroma, un recuerdo de él, y salió de la cueva para buscar a su hijo, guardando la carta que había hecho con prisa.

–¡A-Niang!– la dulce voz del niño se alzó sobre las voces de la energía resentida que lo impulsaba a cometer un asesinato contra todos los Jin.

–¡Pequeño!– le devolvió el saludo mientras lo alzaba y le daba unas cuantas vueltas entre sus brazos, empezó a darle besos por todo su rostro mientras el pequeño soltaba grandes risotadas.

–¡No, A-Niang se convirtió en el monstruo de los besos!–

Sin dejar de abrazar a su hijo le dio un beso más largo en su frente mientras retenía las lágrimas que querían seguir saliendo. Le había prometido a Wen Qing volver, pero no estaba tan seguro de cómo iban a resultar las cosas.

–A-Yuan, A-Niang tiene que ir a un lugar y no sabe cuánto se va a tardar, promete ser un buen niño y no darle muchos problemas a tu abuelita mientras estoy afuera.–

–¡Si A-Niang, A-Yuan va a ser un buen niño! Voy a extrañar a A-Niang mientras no esté, pero A-Yuan promete esperarlo hasta que llegue sin causar ningún problema– contestó con entusiasmo característico de un niño.

–A-Yuan...si A-Niang no llega mañana y ves a gente con ropa de color amarillo entrar aquí es por que A-Niang los mandó para jugar con su pequeño, A-Yuan debe de esconderse en el árbol que le mostré el otro día y pegar el papel que tiene entre sus ropas– escondió el rostro del niño en su cuello mientras lo bañaba en su olor para que no pudiera ver sus lágrimas.

–Está bien...pero...¡A-Niang debe de regresar por A-Yuan!, si A-Niang se tarda mucho entonces el juego de esconderse ya no tiene chiste.–

–A-Niang va a hacer todo lo posible por regresar con su pequeño A-Yuan, no salgas del árbol hasta que no vaya yo por ti...o tu Rich-gege– esperaba que Lan Zhan fuera a ese lugar y encontrará a su retoño si algo salía mal.

–¡¿Rich-gege va a venir a jugar?!– era increíble lo rápido que se había encariñado con Lan Zhan, suponía que sus instintos le decían algo que los ojos no podían captar.

–Si, pero solo si A-Niang no aparece mañana y A-Yuan sigue las instrucciones que le di para esconderse.–

–¡Si A-Niang!, A-Yuan será obediente y se escondera si ve a los hombres de amarillo entrar. A-Yuan les mostrara que tan bueno es para jugar.–

–A-Yuan es el mejor.–

Limpiándose las lágrimas abrazó con más fuerza a su hijo y le dio un último beso en la frente antes de bajarlo e irse a la Torre Koi.

Antes de partir vio a las personas que se habían vuelto su familia trabajando en la tierra y riéndose entre sí. Tal vez el paisaje no fuera el más bello, pero las risas y voces de esas personas lo hacían más cálido que cualquier otro lugar en el que hubiera estado antes.

Decidido a mantenerlos a salvo empezó su viaje a Torre Koi.