Parte 10

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Después de aclararle a A-Yuan que no planeaba irse o algo por el estilo es que el niño relajo su abrazo sobre su pierna, pero nunca lo soltó, por lo que decidió cargarlo entre sus brazos haciéndolo reír en el proceso. Una vez que acomodo al niño este rodeo su cuello con sus brazos y colocaba su rostro en su cuello, tal vez tratando de oler su aroma.

Camino hasta llegar a la cama y se sentó al lado de Wei Ying; haciendo malabares con el niño logró agarrar la tabla en donde estaban los tres platos de congee. Si bien no estaban calientes todavía estaban levemente tibios.

Había uno con un sospechoso color rojo, que, si bien no era tan fuerte como había visto en otras ocasiones, todavía olía a más picante de lo que él podría soportar. Se lo tendió a Wei Ying quien lo recibió con una sonrisa. El omega sabía que no era el mejor momento para comer, pero desde que era un niño sabía lo preciado que era la comida, sobre todo cuando estaba caliente, por lo que nada le impediría comer en ese momento.

Lan Wangji agarró el otro plato que olía dulce y supuso que sería para A-Yuan, confirmó sus sospechas cuando el niño se sentó bien y abrió la boca para ser alimentado, y, él más que complacido, empezó a darle de comer.

Lan Xichen y Nie Mingjue no sabían qué hacer, Wen Qionglin había salido de la cueva para buscar a su hermana, pero ambos sospechaban que él había sido hábil de leer la atmósfera que desprendían los otros dos y había decidido darles su espacio. Pero este asunto no podía ser dejado de lado por más tiempo, y, todavía tenían al intruso inconsciente. Además, esperaban ver al misterioso alfa que había marcado a Wei Wuxian desde el momento que entraron a la cueva, pero terminaron escuchando más de lo que estaban destinados a escuchar.

Lan Xichen estaba acostumbrado a iniciar pláticas de manera natural debido a la naturaleza callada de su hermano, por lo que se acercó al trío que comía con calma.

–Wangji, joven Wei, me alegro de que los dos se encuentren bien– inicio tanteando el terreno. Podía ver los vendajes que cubrían la herida de Wei Wuxian y se sintió un poco culpable por no haber evitado que las cosas se salieran de control tan rápido.

–Gracias por su preocupación Líder Lan–realizó una pequeña inclinación con cuidado de no doblar su abdomen o derramar el congee, en cualquiera de las dos situaciones Wen Qing lo habría despellejado vivo.

–Joven Wei, después de que usted y Wangji se fueron se descubrió la identidad de la persona que había puesto la maldición de Jin Zixun...lamentablemente, antes de que pudiéramos hacerle preguntas él...–viendo la inocencia en los ojos grises del niño que había en la habitación y decidió cambiar su elección de palabras.– Tuvo un percance que nos dificulto el trabajo– hizo una seña con su mano dirigida a su cuello para explicar claramente cuál había sido el percance.

Vio el entendimiento en los ojos del omega y su alivio de que al menos esa parte ya estuviera resuelta. Quería hablar de otros asuntos, pero la presencia del niño requería censura que no tenían la libertad de usar, y eso lo entendió Wei Wuxian.

Antes de que pudiera decirle a su pequeño que tenía que irse con su abuelita la voz de Wen Qing se abrió paso al lugar.

–A-Yuan, tu abuelita necesita ayuda con la ropa y dijo que no había alguien más capaz que tú para ir.–

La mente de Yuan entró en conflicto, temía que al irse su Rich-gege desapareciera, pero no quería dejar que su abuelita hiciera todo el trabajo. Hizo un puchero al no saber qué hacer y Wei Wuxian, conociendo a su hijo, solo se limitó a soltar una breve risa y acariciar con cariño sus cabellos.

–Ve mi amor, A-Niang y Rich-gege no van a ir a ningún lado por el momento–dijo mientras levantaba tres dedos de su mano derecha y le sonreía a su hijo.

No fui yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora