No fui yo

Parte 35

–Aquí está la habitación secreta, no hemos movido nada por miedo a activar algo– dijo Jin Zixuan mientras dejaba pasar a Wei Wuxian y a Lan Wangji a la habitación de Tesoros de la Secta Jin.

Era una habitación amplia que seguía con la misma decoración ostentosa que se podía ver en todas las paredes de la famosa Secta de Oro, pero había una atmósfera ennegrecida que amargaba la belleza del lugar. Sin duda alguna alguien había estado jugando con la energía resentida, incluso se sentía como si las virutas de humo negro estuvieran vigilando sus pasos desde las renuras de la madera y los huecos de los estantes.

Había una plancha en el centro de la habitación con varios instrumentos de tortura al lado, corroidos por la sangre que todavía manchaba el cuerpo del arma.

Wei Wuxian ignoró las náuseas que quisieron parar la excursión, pero el olor a sangre era bastante fuerte a su parecer. Era obvio que era por su embarazo, había sufrido lo mismo en los tres meses que estuvo en los Túmulos Funerarios con su primer embarazo, pero sentía que en ese momento era incluso peor que en ese lugar maldito, donde en cada pisada había un cadáver debajo de sus pies.

Lan Wangji sintió rápidamente la incomodidad de su pareja y lo detuvo de seguir caminando dentro de la habitación, alertando a Jin Zixuan, el cuál no tardó en preguntarle si había algo malvado en la habitación que los dos alfas no pudieran notar.

–No es eso Cuñado Pavo Real...si no quieres vómito de omega embarazado es mejor que me pases los escritos que encuentres en la habitación– respondió Wei Wuxian con una mano sobre su nariz y boca, tratando de enmascarar un poco el olor nauseabundo.

Jin Zixuan rápidamente accedió recordando a su propia esposa durante los primeros tres meses, en los cuales era muy sensible a los aromas.

Lan Wangji y Wei Wuxian salieron de la habitación de Tesoros y se sentaron en una de las mesas bajas que habían en la habitación.

Ya varios Jefes de Sectas se habían retirado después de que los tres días de la Conferencia habían acabado, incluso Lan Qiren y Lan Xichen habían vuelto a Gusu ya que no podían dejar el lugar tanto tiempo solo en las manos de los Ancianos. De hecho, varias Sectas habían empezado sus propias investigaciones en los Ancianos después del escándalo que había surgido en la Secta Jin por lo que Gusu también estaba prestando atención a los hombres que habían en el consejo, sobre todo a aquellos que habían sido los más firmes de encerrar a la madre de ambos Jades y que se habían negado a la anexión de Wei Wuxian y Wei Yuan después del caos que hubo en los Túmulos Funerarios.

Lamentablemente no podían destituirlos sin pruebas fehacientes de que habían cometido algún crimen o habían violado alguna regla importante que justificara su destierro, pero ya habían empezado a salir algunas manzanas con piel reluciente pero con gusanos dentro.

Wei Wuxian se sentó de manera que no presionara su abdomen o tuviera que forzar su espalda, ¿y qué mejor asiento que el regazo de Lan Wangji?, donde podía acomodar sus piernas a su gusto y recostar su espalda en ese amplio, fornido y cómodo pecho. Además esa posición permitía a Lan Wangji abrazar a su omega desde atrás dejando carias en su pequeño bulto que apenas era perceptible y dejar algunos besos en su cabeza y cuello. Aunque, por esta ocasión, omitieron la parte de los besos ya que estaban en una habitación ajena donde el alfa era la epítome de la vergüenza.

Y hablando de él, Jin Zixuan salió del espejo con algunos cuadernos y rollos en sus brazos. No eran tantos como Wei Wuxian había esperado, pero reconoció inmediatamente la portada de algunos de esos cuadernos sabiendo que eran de él.

–Solo encontre estos, voy a volver para ver si hay algunos escondidos.–

–Mm, gracias– fue lo único que dijo Lan Wangji sin voltear a ver la cara sonrosada del alfa, el cual se preguntaba cómo podía ser que el famoso Segundo Jade de Gusu fuera el tipo de alfa dulce y afectivo con su pareja en público.