Beside You Juliantina g!p adapt

Capitulo 8

-Nunca me había dado cuenta lo mucho que odio a Valdez -dijo Valentina dándole una calada a su cigarrillo, estaba con Mariana sentada en uno de las bancas del parque al que solía acudir desde niña- Que se cree para decirme "Hare de ti una persona con cerebro" -hablaba igual a Juliana y Mariana solo reía mientras salía humo de su boca- Me gustaría quitarle ese airecito de superioridad que tiene...

-Follatela - dijo tranquilamente Mariana y la ojiazul se atraganto con el humo de su cigarrillo.

-¿Estás hablando en serio? -no podía creer lo que escuchaba- Prefiero follarme a la directora antes que a esa santurrona sabe lo todo -negaba.

-Bueno era solo una idea...

-Una idea absurda y terrorífica -hacia una mueca de asco.

-No seas dramática, estoy segura que más de una vez has pensado en follartela, es la típica chica popular que odia a personas como tú, follartela sería muy excitante, además no puedes negar que es guapa ¿Ya viste el culo que tiene?...

-No, no lo he visto y no quiero verlo tampoco, prefiero que me follen tres negros a follármela -volvió a asegurar.

-Sí, claro -Mariana sonrió y decidió no llevarle más la contraría a su amiga.

-Me tengo que ir -Valentina miro su reloj- La santurrona me espera -se levantó y recogió sus cosas.

-Suerte! -le guiño un ojo.

Gracias a Dany, Valentina había podido averiguar la dirección de Juliana, si no fuera por él y sus contactos probablemente estaría dando vueltas por la ciudad, aunque ahora que lo pensaba, había sido tan estúpida por no haberle pedido la dirección a Verónica.

-Aquí es... -susurro mirando el papel que le había dando Dany con las indicaciones de la casa de Valdez- Bonita casa... -suspiro y camino hacia la puerta, toco el timbre y espero a que le abrieran.

No supo cuánto tiempo estuvo parada ahí, pero podría jurar que llevaba media hora tocando y la puerta no se abría.

-Me las vas a pagar Valdez -dijo furiosa, justo cuando iba a darse la vuelta para irse, la puerta se abrió dejando ver a Juliana con una sonrisa de burla dibujada en su rostro.

-¿Piensas irte? -le pregunto sin dejar de sonreír.

-Vete al demonio ¿Y sabes qué? te puedes meter tus tutorías por el...

-¡Cuidado con lo que va a decir! -la detuvo- Y deja el drama que no te queda, entra de una vez -la miro feamente entrando a su casa, dejando la puerta abierta para que Valentina entrara.

-La odio! -susurro Valentina cuestionándose si debería entrar o no, pero pensó en su hermana y lo orgullosa que estaría cuando recibiera su diploma.

-Creí que tendría que salirte a buscar -le dijo Juliana irónicamente apenas cerró la puerta.

-¿Podemos empezar? realmente me dan nauseas de solo verte la cara...

-El sentimiento es mutuo -sonrió falsamente- Sígueme -se puso seria, la guió hasta el comedor y se sentaron en silencio- ¿Y bien?...

-¿Y bien qué? -Juliana rodó los ojos.

-¿En qué clases tienes problemas Carvajal? en que materias debo perder mi tiempo contigo...

-Si hubieras empezado por ahí obviamente te hubiera entendido, no soy adivina...

-Como sea, habla de una vez -la presencia de Valentina la alteraba y la ponía de mal humor.

-Ok... -Valentina suspiro y empezó a hablar, a Juliana casi le da un infarto al saber que la ojiazul tenía problemas en todas las materias y que en todas estaba atrasada.

-¿Que mierda vas a hacer al colegio? ¿A calentar el puesto? -le preguntó.

-A calentar el puesto no, voy a calentar el coño de tus...

-¡Cállate!...

-Pues deja de atacarme y dime si me vas a ayudar -estaba seria.

-Pues no me queda de otra, así que empezaremos con Matemáticas, iré a buscar mis cuadernos, no toques nada -le advirtió antes de levantarse.

-Como si hubiera algo interesante que tocar -murmuro viendo como Juliana se alejaba. Miró a su alrededor y algo llamo su atención, más bien una foto llamo su atención, se levantó cuidadosamente y se acercó al lugar donde estaba la foto y la agarró- Que ridícula! -se reía mirando una foto de Juliana de cuando era una niña, tenía unos cachitos en su cabello y sonreía al parecer mientras bailaba, no estaba segura.

-¡¿Qué haces?!...

-¡Demonios Valdez!, ¿Me quieres matar del susto? -casi se le cae el porta retrato.

-Te dije que no tocaras nada! -le arrebato la foto de las manos.

-Te veías tan adorable allí ¿Desde cuándo te hiciste amargada? -se burló.

-Chistosa! -puso el porta retrato en su lugar y se fue a sentar- Muévete! -Valentina sonrió victoriosa e hizo lo que la morena le pidió.

Juliana estaba un poco sorprendida, Valentina había estado muy atenta a todo lo que le explicaba y aunque había cosas que claramente no entendía, se esforzaba por hacerlo.

Internamente sonreía al verle la cara que ponía cuando le dictaba algún ejercicio de matemáticas y no entendía, fruncía el ceño de una manera tan adorable que le era imposible no reírse.

-No puedo... -Valentina se daba por vencida, tiraba el lápiz y alejaba el cuaderno.

-Claro que puedes, solo tienes que concentrarte...

-No puedo, es muy difícil, no sé qué mierda tenía en la cabeza Baldor para inventar todas estas tonterías -negaba haciendo pucheros.

-En realidad Baldor...

-Juliana, no necesito que me expliques la historia del Algebra -le advirtió mirándola seriamente.

-Ok -suspiró- Creo que es todo por hoy -comenzó a recoger sus cosas.

-¿Y tus padres? -pregunto curiosa, era raro no ver a los padres de Juliana.

-Ellos no están... -respondió sin dar detalles.

-¿Y por qué?...

-¿Desde cuándo esto se convirtió en un interrogatorio?...

-Ay que aburrida eres, me voy -también recogió sus cosas, quería salir cuanto antes de la casa de la morena.

-Ya era hora...

-Ya era hora! -repitió levantándose y miro a Juliana sin saber que decir.

-De nada Carvajal, ahora vete -le señaló la puerta.

-Como sea... -murmuro caminando hacia a la salida, cuando salió finalmente de la casa se sintió aliviada, cada día se convencía de que Juliana era insoportable y amargada- Le saldrán arrugas muy pronto -se detuvo dándose cuenta donde estaba, de verdad que había sido muy tonta, Juliana vivía exactamente a unas seis cuadras de Verónica, negó con la cabeza- 

-Creo que me dieron ganas de algo... -sonrió pícaramente mientras sacaba su teléfono y marcaba un número que conocía bien- Verónica ¿Qué haces? ¿Estás sola? si, espérame que voy para allá -terminó la llamada, su día no iba a ser tan malo después de todo.