♓💧 XIX 💧♓

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POV. Piscis

Era un día nublado cuando lo conocí, debí suponer que el clima me advertía de que aquel día todo cambiaría.







Había sido un día demasiado difícil, pero todos los días eran iguales desde que padre decidió dormir y ya no despertar.

Los signos del fuego, comandados por Aries, habían ido a destruir a un grupo de demonios que estaban causando problemas en el mundo humano. Los signos de la tierra, comandados por Tauro, querían participar, pero Aries les encomendó proteger el palacio y se quedaron atrás. Los del aire extraían conocimientos del fruto prohibido, una manzana que decían le otorgaba la inteligencia suprema a quien la comiera, por lo que obviamente estaba prohibido hacerlo.

Cáncer, líder de los signos del agua, había ordenado a Escorpio y a mí que nos mantuviéramos alerta para cuando llegaran los demás signos en caso de que necesitaran atenciones médicas. Pero Escorpio se aburrió rápido y decidió irse a descansar.

-Sí nos necesitan nos llamarán- dijo y se fue a esconder al famoso jardín del Edén, donde los signos del aire escondían su conocimiento y decían que era imposible entrar, pero Escorpio siempre dormía ahí a escondidas de todos

Me aburrí, Cáncer se había ido no sé a dónde y ahora estaba sólo. Pocas horas después, decidí caminar por los patios y las plazas. Nuestro hogar era gigantesco, todo un palacio de colores vivos y plantas hermosas. Teníamos guardianes a nuestra disposición, algunos humanos les llamaban ángeles, tenían apariencia humana, pero eran más fuertes, algunas veces acompañaban a los signos del fuego y la tierra a las batallas, pero normalmente se la pasaban conviviendo en el palacio.

Me aparté de todos y camine hasta llegar a un patio que simulaba los desiertos y las playas del mundo humano. Padre quiso honrar cada parte de la tierra en su propio hogar.

Extrañaba a nuestro padre, al ser el menor de sus hijos era el que menos tiempo le conocía, pero siempre fue amable y paciente conmigo.

Camino hasta una sección donde hay grandes rocas y me siento en una, pero un leve sonido interrumpe mis pensamientos. Es un quejido bajo, apenas perceptible, un pequeño gemido de dolor.

- ¿Hola? - pregunto, pero nadie me responde y el sonido se apaga.

Tal vez sea alguno de mis hermanos y hermanas, aunque lo dudo mucho, ellos hubieran ido directo en nuestro encuentro en caso de estar heridos- ¿Hola? ¿Quién está ahí? - vuelvo a preguntar, pero no recibo respuesta.

Saco de la funda un pequeño cuchillo de plata, es diminuto, pero Cáncer me lo dio para que pudiera ser parte de las batallas venideras, aunque jamás me dejó participar en ninguna

Vuelvo a escuchar el quejido y veo en el suelo pequeñas gotas de sangre oscura que conducen hasta una roca grande en el extremo de la playa. Corro rápidamente hasta ese lugar con el único pensamiento de ayudar a esa persona herida, en el camino llamo agua del suelo y ella acude a mí, los elementos están presentes en cada parte del palacio.

Una vez llego a la roca, los quejidos se vuelven más audibles. Pienso que tal vez es alguno de los guardianes o que alguno de mis hermanos o hermanas no alcanzaron a llegar a la casa y se desplomaron ahí mismo, pero lo que me espera es mucho peor.

Su cabello negro cae sobre sus ojos ocultándolos, su piel oliva se encuentra manchada de polvo y arena, sus manos están fuertemente presionadas sobre su torso, en el cual se puede ver una herida profunda que recorre desde su hombro hasta llegar a su ombligo. Pero lo más sorprendente de éste ser son las alas que sobresalen de su espalda. Son de un negro tan intenso y profundo como la oscuridad misma, una de ellas se ve rota y está reclinada sobre la roca, pero la otra parece estar bien y alerta, lista para volar.

Los Traidores del ZodiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora