Capítulo 11 : ¿Peligro?

699 88 10
                                    




La noche había caído, y Geral el Emperador, observó un cuerpo sobre la tumba de su antigua concubina Angeline. Iluminó el lugar con un poco de mana, y se acercó listo para cualquier imprevisto.

Excepto por uno que no consideró ni, aunque fuera un poco.

Su hija Lilian se encontraba dormida sobre la tumba de Angeline, dejó las flores a un costado y se inclinó sobre ella, al instante su hija despertó desorientada.

—Que está...

Lilian se levantó con rapidez, las palabras no salían de su boca con facilidad, así que mostró respeto con un saludo inclinándose hacia él. Aquella persona que se encontraba frente a ella, era la misma de sus recuerdos. El padre de Lilian, el emperador. El terror inundo su cuerpo.

Detalló las flores que descansaban en el suelo y levantó de nuevo la mirada.

—He venido a traer algunas flores. —Dijo al ver la confusión en el rostro de Lilian.

—¿Por qué?

El desconcierto en Geral se reflejaba en su rostro. Lilian continuó:

—Ha partir de ahora no es necesario que traiga nada, después de todo, no ayudo a mi madre mientras estaba enferma.

Lilian trató de decirlo lo más amable posible, pero inevitablemente las palabras salieron con hostilidad de su boca.

¿Por qué no podía cerrar la boca de una buena vez?

—¿Lo dice una hija indiferente que ha venido por primera vez a este lugar?

Lilian después de unos segundos en completo silencio, respondió.

—Eso usted no lo sabe.

—Entonces, pretendes... ¿Dar órdenes a tu emperador?

—...—.

Lilian y Geral guardaron silencio. La furia en el rostro de su hija de alguna forma lo desconcertaba. En otra situación, respondería a los ataques, pero decidió tener un poco más de paciencia, más aún en aquel lugar.

—¿Por qué actúas de esa manera?

—¿Disculpe? creo que usted bien lo sabe, emperador. Me has tratado con indiferencia desde que era una bebé.

—Te he dado todo —Respondió como si el reproche lo desconcertara.

—Te equivocas, me has dado lo necesario.

—...— El emperador permaneció callado, pensando en sus palabras.

Lilian vio esto como una oportunidad de oro, algo que jamás tendría de nuevo, así que continuó.

—Me has hecho a un lado, nunca me has defendido a los ataques de las personas, has dejado morir a mi madre, tú..., no eres un padre para mí. Solo eres un emperador al que debo obedecer, pero al que jamás le entregaré mi amor y lealtad. Ni siquiera me consideras tú hija.

El emperador, más que sentirse ofendido, o con ira, no aparto la mirada, y escuchó con detenimiento. Por primera vez, las palabras de alguien seguían resonando en su cabeza, más de lo que pensaba.

—Tu madre no tenía cura. Ella murió un poco después de que nacieras, murió cuando tenías solo un año de vida. —Dijo de pronto Geral, ignorando el discurso anterior de su hija.

Lilian sintió que al parecer no iba a decir más de lo necesario.

Ya que no tenía sentido, preguntó por lo que si tenía curiosidad.

¿Reencarne en una novela? I NOVELA RESUBIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora