Prólogo

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0.1 (Frontera)



El frío calaba mis huesos.

La nieve caía serena del cielo, y el galope de la bestia sacudía cada musculo congelado de mi cuerpo. El fuerte agarre no desaparecía de mi cadera. Más que un agarre para evitar que cayera del equino, era como si fueran pesadas cadenas. Frías, rígidas, atándome de manera inclemente. El horizonte, y todo alrededor era blanco. Un paisaje más que real, parecía un cuadro de acuarela. Una pintura que parecía imperturbable, pero que, por alguna razón, dos intrusos se hallaban cruzando sus entrañas.

—Creo que voy a morir... —Murmuré hablando más para mi misma, que para él—. Regresemos, te lo suplico...

Sostuve mi abrigo con fuerza, tratando de cubrir más mi cuello. Mis mejillas ardían por el frío.

El silencio era espeso, incomodo. En ese momento tuve miedo de moverme. La última vez que lo vi al rostro, sus ojos no reflejaban su característico brillo, lucían apagados, oscuros. Como si pudiera levantar la mano en cualquier momento con su espada en ella, y asesinar a cualquiera que cruzara su camino.

Las lagrimas espesas bajaron lentamente por mis mejillas calentándolas por segundos del frío glacial. Lloré en silencio tratando de no molestarlo.

El equino resopló. Pequeños gruñidos por el trote salían de vez en cuando de su garganta, estaba molesto y cansado, o eso podía intuir por su sola respiración. Esperaba estar equivocada, sus acciones eran impredecibles, si quería, podía arrojarme y abandonarme en medio de la nada, y moriría cubierta por la nieve. Nunca me encontrarían, tal vez en el verano, cuando la nieve se derritiera, pero nunca sabrían quién era por el estado de mi cuerpo frio, marchito... Muerto. O eso, era mejor que un futuro incierto; tal vez la muerte, era dulce en comparación a lo que me esperaba.

Y él nunca hacia algo sin tener una razón.









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Editado

¿Reencarne en una novela? I NOVELA RESUBIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora