Capítulo 1: Transición

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11:00 pm. (Seúl, Corea del sur)



Cansada de los abusos de mi familia adoptiva, me embarqué en el sentimiento de querer ser alguien diferente, alguien que pudiera ser ella por sí misma, y no por mi apellido prestado. Arrancaría de mi vida este apellido y tendría solo mi nombre. Lo único bueno de aquella familia, era mi madre adoptiva, los abusos verbales de mi padre y mis hermanos eran un infierno constante.

Terminé alejándome a una edad temprana para conseguir un trabajo y pagar mis estudios...

Sabía que solo era el reemplazo de Cataline, que había fallecido a la edad de 6 años, al parecer tenía un cuerpo bastante débil para este mundo. Una nueva etapa de mi vida estaba por comenzar, hasta que un simple sonido me lo arrebató todo.

La bocina de un auto a toda velocidad.

Sentí como me desvanecía, y todos mis sueños simplemente desaparecían como una burbuja.

una burbuja, brillante.

Pero como frágil y efímera desapareció con un sonido...

¡Pop!

Pero en mi caso fue el estruendo gutural de mis huesos al chocar con el capo del vehículo.

Rojo.

Creo que mi sangre no se diferenciaría de ese color sobre el auto.

Se preguntarán... ¿Qué se siente morir? Bueno, solo diré que todo y nada a la vez.

¿Que ves al morir?

Negro.

Pero, ¿y después del negro, que viene?

Luz, una luz cegadora. Como cuando abres los ojos en esa mañana en que no cerraste las cortinas, algo que te hace doler los ojos. El dolor en mis cuencas era terrible. Los cubrí por inercia tratando de acostumbrarme a la luz. La muerte era unas grandes y suaves almohadas blancas, y una gran cama de princesa. Una habitación con muebles de lujo, y decorada con oro, y el dulce aroma de aquellas flores que estaban sobre el tocador. Los pequeños pétalos de las florecillas se balanceaban con el viento de la ventana. El pequeño tintineo de un carillón de viento, llamó mi atención al instante.

Fruncí el ceño inmediatamente.



⊰ ♕ ⊱

Reino de Eria: Verano de 1500.



—¿Estoy viva?

¿Que estaba ocurriendo?

Mi corazón latía a mil por hora, esto no era un hospital.

De algo no había duda, estaba viva...

¿Pero, como?

Bajé de la gran cama, tocando por primera vez un tapete de seda que llenaba toda la estancia, mis pies se sentían más extraños que de costumbre. Subí el extraño camisón hasta mis rodillas, viendo algo sin precedentes. Mi cabeza estaba a punto de estallar.

Un alarido salió de mi... ¿boca?

Era más agudo de lo que esperaba, mis pies pequeños y blancos, eran... ¡como los de una muñeca!

—¿Golpeé mi cabeza?

Pronto los pasos detrás de la puerta hicieron presencia, abrí los ojos y cubrí mi cuerpo tratando de protegerme de algo que no tenía sentido.

¿Reencarne en una novela? I NOVELA RESUBIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora