Capítulo 38: Vidrios rotos

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Los murmullos resonaban por todo el castillo. Incluso aún más que en el pasado, ya que Lilian ahora tenía nuevas conexiones, y lazos más estrechos con otras personas, hizo que la tranquilidad del castillo se viera afectada de nuevo. Las criadas que servían al palacio de Lilian, fueron las detonantes. Vieron como Marie y Jammes entraban con toallas y agua caliente a la alcoba de Lilian con una expresión preocupada y con lagrimas en los ojos.

—¿La Princesa estará enferma?

—Por solo ver el rostro de sus sirvientas personales, creo que sí...

Murmuraron al cabo que terminaban de limpiar los pasillos del agua derramada.

—Espero pueda recuperarse...

—Aun es demasiado joven...

Y así, poco a poco se extendió el rumor.


[...]


—Señorita, debe beber esta infusión que el medico real le ha dejado, por favor...

Lilian trataba de respirar y de tomar calor, cada vez con más dificultad. La infinidad de sabanas que la cubrían, no hacían efecto. Ahora entendía que el cuerpo de Lilian, era demasiado débil, y toda la carga y el dolor, ahora lo estaba soportando ella.

Sabía que sería cuestión de tiempo que se estabilizara, y se diera cuenta de que debía hacer todo lo posible por aceptar que ahora ese cuerpo le pertenecía, que Lilian ya no estaba. Y que debía salvarlos a ambos. Que debía salvarse ella misma.

Pero era difícil; la negación de su cuerpo, y de su mente, no ayudaban en absoluto. Tiritaba sin parar, tratando de aferrarse a las sábanas que la cubrían y que pronto harían que desapareciera debajo de ellas.

Jammes pasó su mano por la espalda baja de Lilian, tratando así que su cuerpo se reincorporara para tomar la bebida.

—Señorita, trate de beber al menos.

Lilian asintió con dificultad y abrió la boca, bebiendo poco a poco el líquido caliente que se desplazaba por su garganta. Marie se acercó y tomó la temperatura de su frente; solo había tomado un poco de calor.

—Esta así desde anoche, pero ahora veo que contrario a la madrugada; por fin está retomando un poco de temperatura. —Marie tomó el pañuelo humedecido en agua caliente, y limpio la frente húmeda de Lilian que tenía una expresión severa—. Señorita, todo estará mejor, eres fuerte, por favor, lucha un poco más.

Lilian asintió con dificultad, y volvió a recostarse.

—Marie, creo que deberíamos cambiar el camisón de dormir, está totalmente mojado.

Mencionó Jammes, las bolsas debajo de sus ojos empezaban a notarse, ninguna de las tres había podido dormir correctamente.

Marie asintió y desnudaron poco a poco a Lilian con cuidado de no lastimarla.

—Princesa, la llevaremos a tomar un baño de nuevo con agua caliente, ¿Está bien?

Dijo Jammes.

Lilian asintió levantándose con dificultad, su cuerpo aun no dejaba de tener temblores recurrentes. Luego de un par de minutos, Lilian quedó dormida en la bañera; Jammes y Marie se encargaron de poner agua caliente para que su cuerpo frío tomara temperatura.

Unos fuertes golpes en la puerta alarmaron a Jammes y a Marie, que inmediatamente fueron para ver de quién se trataba. Los rumores habían llegado a oídos de Leandro, de Liam, y de incluso Dean. Leandro se encontraba frente a Jammes y Marie con una expresión severa; Liam se encontraba cerca de la habitación de Lilian con los brazos cruzados y atento a las dos criadas de Lilian; por el contrario, Dean mantenía una expresión tranquila, recostado sobre la pared a un extremo del pasillo.

¿Reencarne en una novela? I NOVELA RESUBIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora