Capitulo 41: El caballero de la noche

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[...]


El equino se levantó en sus dos patas traseras. Lilian soltó un grito y se aferró al caballo con fuerza evitando caer.

Mierda, mierda, mierda...

—Quiero bajarme, quiero bajarme, —Lilian cerró los ojos y grito—. ¡Tranquila Claire!

El caballo empezó a moverse de aquí a allá, la bestia estaba aún más estresada a medida que pasaban los segundos. El corazón de Lilian empezó a acelerarse.

—Sosténgase con fuerza —Dijo una voz firme—.

Lilian abrió los ojos y se percató de que el mismo hombre que había visto tiempo atrás, la noche que Lilian había decidido abandonar ese mundo; se acercaba a ella por un costado con un semental negro justo como él. Sus ojos se desviaron a los suyos y a su caballo frenéticamente, no podía creer que lo estaba viendo de nuevo.

—Ayúdeme a bajar, se lo suplico. —Lilian soltó casi entre jadeos—. Tengo mucho miedo.

El jinete azabache saltó del caballo con agilidad y extendió los brazos hasta el caballo pelirrojo tratando de tranquilizarlo, mientras se acercaba lentamente.

—No se preocupe, solo esta asustado.

Lilian trato de mantenerse lo menos inmóvil que podía, hasta que de nuevo el caballo receloso, se levantó nuevamente en sus dos patas traseras. Lilian soltó un grito, y vio el mundo girar. Cerró los ojos con fuerza y luego sintió como su cuerpo rebotaba en algo duro. Abrió los ojos asustada, su cuerpo no había recibido el impacto. Lilian giró su rostro y vio unas manos rodeando su cuerpo detrás de ella. Al parecer el joven de cabello negro, estaba detrás de ella para amortiguar su caída. Lilian se percató como ambos caballos salían despavoridos.

—¡Dios mío, discúlpeme! —Lilian se levantó y al momento de tratar de ayudarlo a levantarse, el joven caballero oscuro, estaba de pie intacto—.

—¿Está usted bien?

Lilian observo su cuerpo en todas las direcciones y parecía que no hubiera servido de colchón para su cuerpo, ya que se veía intacto. El caballero estaba en total silencio.

—¡Por favor discúlpeme! no sé cómo agradecerle...

El azabache miraba fijamente su rostro. De una manera que no podía descifrar, como si pequeños insectos subieran por todo su cuerpo, un pequeño hormigueo se estaba instalando en su cuerpo. Se sentía desnuda, como si pudiera leer su mente. Luego, miro al suelo. Lilian siguió su mirada, estaba observando su sombrero. Al instante el caballero lo recogió y empezó a limpiarlo del césped. Lilian no podía imaginar como tenía su cabello y su rostro, contrario a él, completamente sereno y perfecto.

Cayden había conocido al fin el rostro dueño de su malestar mental.

—Esto es suyo. —El joven extendió el sombrero—. ¿Se encuentra bien?

—Si, si...—Lilian recibió el sombrero y se inclinó—. Gracias, de verdad estoy muy agradecida.

El azabache asintió y empezó a girar su cuerpo para irse luego de una reverencia. Lilian aun quería observarlo un poco más. Era un hombre tan bello, que su corazón se aceleraba de melancolía y nostalgia cada vez que lo detallaba.

—¡Espere! su caballo se ha ido...

—Se ha ido para traer de vuelta al suyo.

Miro a la distancia y Lilian hizo lo mismo, el caballo azabache estaba evitando el paso de Claire.

¿Reencarne en una novela? I NOVELA RESUBIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora