Capitulo 31: Reloj de arena

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Suceso de la novela original



El reloj de arena fue girado, e inmediatamente los granos de arena corrieron hacia el agujero conector, sin parar. La capsula era cada vez más frágil. El sonido de los miles de millones de granos de arena bajando a gran velocidad hacían concentrar a Leandro. Como si supieran del caos que pronto se avecinaría.

Como si aquel sonido fueran gritos de una profecía del dolor que sufriría.

Leandro había pasado meses alejado de Lilian, ya que había sido derrotado en ganar sus sentimientos ante Dean. El tiempo que pasaban juntos, era una agonía para él que crecía cada vez más. Leandro estalló. Tomó su espada y delante de Lilian blindo su espada e hirió a Dean en el pecho con su hoja, delante del vestíbulo real. Un grito desgarrador salió de la garganta de Lilian y acudió a sostener el cuerpo de Dean.

Leandro sabía que sería más fácil dejarla ir, si supiera que se encontraba en buenas manos. Pero Dean era el ser más desleal que había conocido, no podía permitir que su querida hermana corriera el riesgo de que le sucediera algo.

Leandro sabia por instinto que Dean no amaba a Lilian de manera sincera, la forma en que la trataba y la miraba, no eran de manera honesta. Los ojos de Leandro brillaban de manera siniestra, su corazón dolió aún más cuando Lilian fue a socorrer al intruso de sus vidas.

Dean con dificultad trató de cubrir la herida de su pecho de manera insatisfactoria, sonrió cuando Lilian se posicionó a su lado y empezó a lagrimear, ignorando la expresión del mismo. Dean levantó la mirada hacia Leandro, incitándolo a herirlo de nuevo, sabiendo que eso cortaría aún más el lazo que tenía con Lilian.

Él había ganado.

»—¡Guardias! —Lilian gritó y la ayuda no tardó en llegar, Dean fue llevado con el medico real—.

»—Lilian, escúchame.

Leandro trató de detenerla, pero fue inútil.

»—¡No vuelvas a dirigirme la palabra!

Leandro quedó estático. Mientras que Lilian paso por su lado y siguió a los guardias que llevaban a Dean con angustia.

Las semanas pasaron, junto con noches de insomnio, otro amanecer; y solo había silencio en el palacio. Leandro salió en la noche, rogando encontrar a Lilian por fin en el lugar que frecuentaba antes de que Dean robara su atención. Y allí estaba, como si las plegarias que había soltado y deseado con el corazón, se hubieran cumplido. Pero Lilian se encontraba con la mirada perdida abrazándose a sí misma, observando a un punto lejano de un lugar que estaba fuera del plano físico. Leandro fue hacia ella, con el corazón en la garganta. Lilian cada noche despertaba temblando de miedo, no había dormido lo suficiente desde tiempo atrás. El miedo que la inundaba no era sobre Dean, su salud había sido recuperada. El miedo estaba hacia alguien en quien jamás pensó tenerlo.

»—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi...

Dijo Leandro acercándose con cautela.

Lilian se veía diferente, especialmente fría. Lilian lo observaba con lastima, Leandro frente a ella se sentía diminuto. Leandro pretendió estar bien, tratando de cambiar el tema, pero Lilian lo interrumpió de inmediato. Su largo cabello fluía en el viento nocturno, temió que se resfriara.

El cabello de Lilian golpeo el pecho de Leandro mientras se daba la vuelta. Leandro quería aferrarse a ella, pero sabia, que caería en un precipicio de inmediato si lo hacía. Nada venía a la mente de Leandro para evitar que Lilian no se alejara de su lado.

¿Con que palabras debería comenzar?

»—¡Espera un momento!

Leandro se posiciono frente a Lilian. Lilian tembló, y dio un paso hacia atrás, luego dos más, tomando distancia entre ambos.

»—Te tengo miedo. —Dijo Lilian apretando los pliegues de su falda—. Si me quedo junto a ti, el siguiente herido por tu espada, seré yo. —Dijo mirando al suelo, su cuerpo no era el único temblando, su voz también lo hacía—.

Leandro temió enloquecer del dolor a causa de sus palabras.

»—Lilian, te amo, por favor, no tengas miedo, no soy un monstruo... —Leandro trato en vano de acercarse a Lilian de nuevo, ella se alejaba cada vez más—. Tú me conoces, me conoces desde que somos pequeños, conoces mi antiguo yo... Te necesito conmigo.

Leandro se arrodilló y apretó su pecho con desesperación.

»—Si me deshechas lejos de ti, no lo resistiré...una vida sin ti, no tendría sentido, sería como caminar un sendero de espinas, mi mundo se acabaría... Las personas de mi alrededor..., —Tomó una pausa y continuo—. Siempre me han dado la espalda... —Leandro levantó la vista hacia Lilian, que aún tenía una mirada fría, Leandro se sintió muerto en vida—. Lo que realmente duele es el hecho de que tú, mi más grande amor..., mi querida hermana, se está convirtiendo en ellos...

Lilian se fue.

Leandro gritó una y otra vez —No te vayas, no te vayas de mi lado—.

En vano.

»—¡No eres así! —El viento golpeo su rostro, helado, como la mirada que hacía unos segundos había recibido de su propia hermana—.

»—No me busques, ¡No lo vayas a hacer, te odiare si lo haces! —Lilian gritó mientras corría y se alejaba completamente del campo de visión de Leandro—.

Leandro sostuvo su cabeza, pensaba que moriría en ese mismo lugar. Leandro estaba roto en una oscuridad que no tenía fin. Incluso ahora la sombra de Lilian ahora era lejana.


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Editado

¿Reencarne en una novela? I NOVELA RESUBIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora