Capítulo 35: Digna

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Suceso de la novela original



Elise en la novela original, no había sido llamada por la emperatriz para tomar las propuestas de Lilian. En realidad, ni siquiera la emperatriz y Elise, jamás tuvieron un contacto importante. Elise tampoco había sido una sirvienta, ni siquiera tenía la necesidad de hacerlo. Había entrado al castillo por suerte.

En la novela original, solo habían ahondado sobre el pasado de Elise de manera superficial, y solo habían dicho lo importante. Que, a pesar de haber nacido en una familia pobre, ella, en el momento en que la novela estuvo en curso, ya era una noble.

La verdadera razón de como llego a serlo, no había sido escrita, era un suceso ignorado.


⊰ ♕ ⊱


Elise fue golpeada. El escozor, y la picazón del golpe rotundo, rompieron su labio inferior. Elise llevo su mano a su mejilla con los ojos bien abiertos. Era el primer golpe que recibía de su esposo. Un marques. Marqués de Ludwing.

Tenía alrededor de cincuenta años. Era delgado como una rama seca y moribunda, y constantemente su semblante era tosco.

El motivo del golpe, era que estaban en su primera noche de bodas.

—Debes cumplir con tu deber marital.

—Por favor, yo le pagare, pero por favor, no tenemos que seguir casados... —Elise se levantó, su cuerpo temblaba de pies a cabeza. Trataba de tranquilizarlo en vano— Yo, trabajaré y le pagaré el dinero que le has dado a mis padres por mí.

—¿Crees que aceptare eso? ¡Lo que pides no tiene ningún sentido! ¡Aunque trabajes por cien años, nunca llegarías ni a la mitad de la suma que he pagado por ti!

—Por favor... —Elise sollozo, el dolor en su garganta le dificultaba respirar—. Solo...

Otro golpe recibió Elise antes de terminar su frase.

Y otro más. La noche al parecer nunca tendría fin, o eso es lo que percibía Elise.

—Solo te he comprado porque necesito un heredero, ¡Y tu familia fue quien me buscó y te ofreció! También, tu extraña apariencia, es un deleite. ¡Se agradecida! ¡Por mi tienes comida caliente en tu plato! ¡Por mi tienes una alcoba, y una fogata en el invierno! ¡Las mujeres son unas mal agradecidas!

Otro golpe, llegó hasta Elise. Esta vez, llegó a su costado. El aire de los pulmones salió rápidamente y Elise cayó al suelo reclamando aire.

—Si arruino tu cara, sería un desperdicio. Agradece que ahora solo golpearé tu cuerpo. Ludwing, tomó el cuello del vestido blanco y lo rasgó. Elise con todas sus fuerzas trató de cubrirse, pero era inútil.

El Marqués de Ludwing no paro hasta someter a Elise.


⊰ ♕ ⊱


Elise luego de un año viviendo con el Marqués, agradecía cada vez que la alcoba estuviera manchada, al igual que su ropa y sus sabanas. Eran gracias a las hierbas que compraba clandestinamente. Si quedaba en cinta, ella misma se suicidaría. Pero, aunque para Elise ver sangre en sus sabanas, era sinónimo de otra golpiza del Marqués. Era un sentimiento contraproducente. Pero a medida que cada golpe llegaba, era una golpiza victoriosa, porque, aunque sabía que estaba encadenada a su mano, no lo estaba su vientre.

Elise escapó.

Había ahorrado secretamente y lo suficientemente para poder pagar una cabaña, donde nadie pudiera encontrarla. Elise era una persona diferente por los maltratos que había vivido, e incrementaba el sentimiento de resentimiento, como una hoguera cuando veía a las aristócratas en el pueblo derrochando en lujos y vestidos. Claramente tenían una suerte diferente a la suya. Sus rostros pulidos y blancos, suaves, eran diferentes al suyo durante todo el año que había vivido con el Marques. Lo único por lo que estaba agradecida con el Marques, era su título.

Gracias a él, podría entrar al baile.

Al baile de primavera.

Era el acontecimiento más esperado, cada año.

Elise no había podido acudir a ninguno, al Marques no le interesaba asistir, y ella tampoco hubiera podido acudir por los moretones en su rostro, y sin duda alguna, tampoco tendría el permiso de su esposo para acudir a él. Pero ese año era diferente, era libre.

Compró el mejor vestido de la zona y acudió al baile.

Tal vez para tener la esperanza de cambiar su destino, encontrar a alguien que la amara, o solo divertirse. Por azar o por cosas de la vida; Elise encontró a Dean en el baile, y después de una charla, era como si se hubieran conocido de toda la vida. Ideales, pensamientos, compartían mucho. Establecieron un vínculo. Uno donde ambos se corrompían.

Uno donde podían confiar el uno con el otro.

Ambos siguieron viéndose.

Luego, todo termino como en la novela original.

Leandro y Geral asesinados. La emperatriz para evitar un destino peor que la muerte, se suicidó. Y Lilian, la niña que había nacido con una cuchara de oro en la boca, también fue asesinada, para gusto de Elise.

Sus perspectivas erraban mucho de la realidad, eran de naturaleza agria, creían que habían sido bendecidos por el poder y la gloria de los Dioses. Que ellos merecían todo lo que querían, y como lo habían logrado, era un gran ejemplo de su recompensa, de su derecho a tenerlo. En la novela, en algunas ocasiones, sus acciones eran cuestionables. Pero, en otras, tenían razón. Sus pasados habían ablandado al público. Pero para un lector hábil, sabía que algo andaba mal, y sucediera lo que sucediera, el final estaba mal.

Elise ahora era emperatriz de ambos reinos, junto con Dean.

Y por supuesto, Elise reclamó venganza. Se deshizo del Marqués, y de su familia. De una manera, espeluznante y fría. Las últimas palabras que Elise escupió al Marqués fueron:

—Por lo único que estoy agradecida, es por el título que me diste, de no ser por el, no hubiera acudido al baile.

La historia termino de esa manera. Eran emperadores queridos en ambos reinos. Y las verdaderas conversaciones finales de Leandro y Dean, junto con otras, no fueron escritas a detalle, la historia parecía haber sido escrita por los ganadores.





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Editado

¿Reencarne en una novela? I NOVELA RESUBIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora