Capítulo 2: Un mago

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Jammes jamás había experimentado la bondad en ningún noble, ni siquiera de la señorita Lilian tiempo atrás, pero ahora no importaba lo más mínimo, ya que había arriesgado su propia vida, por una simple criada como lo era ella. Cuando la princesa desfalleció todos corrieron a auxiliarla, incluida ella. Ahora si era asesinada, moriría protegiendo a la princesa. Cubrió su cuerpo, y rasgando sus vestiduras, cubrió la mejilla de la princesa Lilian.

La herida era profunda y larga...

—¡Dios mío!...

Jammes apretó los labios e hizo presión.

Leandro, salió rápidamente por el médico real, mientras que la princesa sería llevada a su alcoba, por suerte, ahora su vida no corría peligro, o eso esperaba. Leandro jamás había visto la determinación, de una manera tan fuerte en su hermana como para arriesgar su vida, por una simple criada. Pero ahora que lo había presenciado, no correría el riesgo de perder su cariño por llevar a cabo sus impulsos. Si no es que ahora, no lo odiaba por lo que le había hecho a su rostro.

Luego de un par de días, el rumor se extendió por todo el castillo, la salud de la princesa estaba deteriorada de nuevo. El motivo no se sabía con claridad, pero todos creían que la razón fue por una discusión directa con el heredero al trono, Leandro. Tanto así, que su cuerpo sucumbió al estrés, y desfalleció. Nadie hablaría de lo que realmente había sucedido si es que no quería morir.

A nadie le importaba seriamente la princesa. Si Lilian moría, sería una completa felicidad en el reino. Después de todo, no era muy querida.

Excepto por Leandro, y ahora, Jammes.

El gran Mago Agnes, fue llamado a una audiencia secreta con Leandro, quería curar su cuerpo de la herida en su mejilla, y si era posible, borrar las memorias de aquel fatídico accidente. Cuando Agnes se acercó para curar su mejilla, fue una tarea dura. La espada de Leandro, poseía una maldición tan fuerte, causada por todos los difuntos de su filo; que por un momento Agnes creyó que no lograría recuperar la belleza de Lilian.

Por suerte no fue así.

Lilian ahora se encontraba sana, físicamente, y espiritualmente. Pero Leandro no se sentía satisfecho por aquello, aún faltaba borrar esas memorias que lo atormentaban. El Mago Agnes, se encontró, con que la mente del cuerpo de Lilian, era tan impenetrable por dos energías que habitaban en su cuerpo, que creyó imprudente hablar sobre el tema, así que solo se limitó a decir que no podría borrar las memorias ya que tenía un bloqueo, pero no ahondó demasiado en el tema. Leandro sabía que si el gran Mago Agnes, no podía hacer aquello, nadie podría, así que de mala gana se resignó, y espero el no perdón de su amada hermana.

Al anochecer del tercer día, Lilian abrió los ojos con dificultad, estaba demasiado cansada, sentía una presión extraña en su cabeza, pero no sabía cuál era la razón.

—¿Que ha sucedido? —Observó como la habitación se encontraba con la mera luz de una pequeña lámpara, el grito de una voz conocida se acercó a ella y la tomó de las manos— ¡Princesa, estas bien!, pensé que jamás despertarías, soy Jammes, y ahora su criada personal, no sé cómo agradecer el hecho de que arriesgara su vida para salvarme... —Empezó a sollozar y a limpiar sus lágrimas con sus mangas, Jammes estaba bien, y ahora tenía a la persona más fiel y agradecida de su lado—. Por favor, Jammes, no llores, me duele la cabeza.

Soltó una pequeña risilla, y tocó su mejilla por inercia.

—Señorita, no se preocupe, su rostro está completamente bien, el gran Mago ha venido a visitarla.

¿Reencarne en una novela? I NOVELA RESUBIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora