@ruiznanc No se como pero siempre termino cediendo a lo que pides:/Capítulo 29.
Armando y Betty bailaron algunas piezas musicales y poco después se retiraban del evento. Él había estado muy serio y callado y aunque Betty intentó iniciar una conversación no hubo modo.
Cuando llegaron a la habitación ella estaba a la expectativa. Creía que todo era una puesta en escena de su parte: se haría el enfadado por haber estado conversando con Michel y la dejaría en la habitación para irse a buscar a la bella muchacha que estaba a su lado en la cena.
Una voz interior le decía que Armando no sería capaz de hacer nada de eso, pero no podía evitar pensarlo sobre todo cuando se acordaba que cómo se había comportado él en el pasado con Marcela Valencia. Decidida a aclarar de una vez esa situación le preguntó suspicaz:
Betty: ¿Te irás esta noche a tu habitación?
Armando la miró sorprendido. ¿Acaso ella lo estaba “invitando” a irse? Casi con miedo, quiso saber por qué ella le preguntaba eso.
Armando: ¿Por qué lo preguntas?
Que él no lo negara rotundamente, para Betty fue como una confirmación de que pensaba hacer justamente eso, así que intentando que su voz no reflejara su gran desilusión, le dijo:
Betty: No sé, me pareció…
Armando la miró sin comprender. ¿Betty quería que él la dejara sola esa noche…? De repente empezó a imaginar que el estúpido aquel que había estado coqueteando con ella durante toda la cena se presentaba en la habitación de Betty con el propósito de seducirla. El corazón le empezó a latir desenfrenadamente y sintió que le faltaba el aire pero consiguió decirle con mordacidad:
Armando: ¿Qué? ¿Tienes algún plancito?
Betty se estremeció al escuchar esas palabras. Ella sabía que la mejor defensa era un buen ataque, y era justamente lo que estaba haciendo Armando. Pero no pensaba permitirlo. Si se quería ir, que se fuera, pero para siempre. Definitivamente ella no era Marcela Valencia, y por mucho que le doliera su abandono, más iba a sufrir si desde ahora él empezaba con sus infidelidades. Así que mirándolo muy seria le reprochó:
Betty: ¿Yo? ¿Un plancito…? ¿No serás tú el que tiene uno?
Armando: ¿Yo? Yo no estuve toda la noche coqueteando con ese tipo francés…
Betty: No, claro, tú prefieres los productos del país… -le dijo sarcástica.
Betty ignoraba que la morena despampanante que había estado sentada al lado de Armando insinuándosele durante toda la cena no era colombiana. La sorpresa de Armando ante sus palabras fue tal que por un instante Betty estuvo tentada a creer en su sinceridad, pero le costaba hacerlo. No podía apartar de su mente todas las argucias que su novio había empleado en el pasado para serle infiel a Marcela y que de algún modo se volvían contra él en ese instante.Armando: No sé a qué te refieres, pero en cualquier caso me limité a conversar educadamente con mis compañeras de mesa…
Betty: Pues lo mismo que hice yo… no sé qué me echas en cara… -argumentó son sorna.
Betty seguía convencida que lo que él quería era una excusa para poder irse esa noche a buscar a la tipa de la cena, y ella no iba a aparentar que no se daba cuenta de eso, así que sin esperar su respuesta, se lo dijo sin tapujos:
Betty: Si lo que quieres es una excusa para irte esta noche, no hace falta, puedes irte…
Pero Armando interpretó de otro modo su insistencia en que se fuera y mirándola con suspicacia le preguntó:
Armando: Desde que llegamos no has dejado de insinuarme que me vaya… ¿Por qué te quieres quedar sola, Betty?
Betty: No es que me quiera quedar sola, –confesó enfadada- pero si te vas a ir de todos modos… te estoy facilitando las cosas.
Armando: -Perplejo- ¿De dónde has sacado tú que yo me quiero ir de acá?
En vez de contestar a esa pregunta, Betty le dio un argumento más para que se fuera al decirle en un tono sarcástico:
Betty: Tienes una habitación enorme para ti solo… no la estás aprovechando nada… ¿No es una lástima?
Betty le dio la espalda y se dirigió al cuarto de baño. No podía soportar más esa conversación. Estaba a punto de echarse a llorar. Tampoco quería verlo marchar. Era superior a sus fuerzas. No obstante sabía que si él la abandonaba esa noche para ir en busca de otra mujer, ese sería el fin de su relación.
Cuando ella se encerró en el cuarto de baño sin darle más explicaciones, Armando se quedó en la habitación perplejo. No entendía la actitud de Betty. ¿Acaso quería quedarse sola para ir en busca del francés?
”No, Mendoza… No piense eso… Betty no es así… Ella no le haría eso… De todos modos usted no le va a dar ocasión porque no se va a mover de acá… Faltaría más…”
Nervioso, se desnudó, se puso el pijama, se sirvió un whisky del mini bar y se dirigió a la terraza de la habitación con el vaso en la mano a esperar a que Betty saliera del baño.
Se sentó en un sillón, pero estaba tan inquieto y preocupado que volvió a levantarse y se dedicó a pasear por la terraza intentando calmarse. Era la primera vez que discutían desde que eran novios y no le gustaba para nada, sobre todo cuando pensaba en ese hombre ojiazul que había estado al lado de ella toda la noche galanteándola. Siguió paseándose de un lado a otro con impaciencia. Por más que intentaba relajarse no había modo de conseguirlo: estaba bien alterado, tenía la respiración agitada y el corazón latiéndole con fuerza.
Un cuarto de hora más tarde ella todavía no había salido del baño y Armando ya no podía más. No quería darle prisas. Suponía que ella tendría cosas que hacer en el cuarto de aseo, pero empezaba a preocuparse. ¿Y si le había dado un desmayo? ¿Y si se sentía mal…? Entró en la habitación dispuesto a asegurarse de que Betty estaba bien, en el mismo momento en que se abría la puerta del cuarto de baño y ella pasaba a la habitación.
Armando: ¿Te encuentras mal?
Betty se sorprendió al verlo. Ella creía que él se había ido. La habitación se había quedado en absoluto silencio y se había convencido a sí misma de que esa era una señal de que Armando la había abandonado. Casi sin querer le dedicó una sonrisa al verlo con el pijama puesto y con esa cara de preocupación por ella.
Betty: No, estoy bien… -le dijo casi en un susurro.
A Armando pareció que le volviera el alma al cuerpo ante la sonrisa de ella y en un tono cálido le preguntó:
Armando: Betty… ¿por qué hemos discutido de ese modo?
Betty: No lo sé… -dijo temerosa de confesarle sus más íntimos sentimientos- ¿Lo… lo sabes tú?
Armando se removió inquieto por la habitación. Le costaba reconocer ante ella lo que le había pasado pero había identificado claramente ese sentimiento negativo que le causaba tanto desasosiego. Cerró los ojos con fuerza y se dijo que no pensaba mentirle. Ni siquiera con eso, así que le confesó sincero:
Armando: Yo estaba… estoy celoso, Betty…
Betty lo miró sorprendida. Se suponía que era ella la que tenía que estar celosa, pero pensándolo bien Armando se había pasado buena parte de la noche dirigiéndole miradas asesinas a Michel. Sinceridad, por sinceridad, se dijo. Así que mirándolo a los ojos confesó:
Betty: Yo también…
Armando abrió los ojos como platos. A pesar de lo que ella le había dicho, estaba tan obcecado con sus propios celos que no era capaz de reconocer los de ella. La pregunta salió de sus labios sin pensarla y su tono era de perplejidad:
Armando: ¿Por qué, Betty?
Betty tardó sólo dos segundos en decidir lo que le iba a responder. Debían poner las cartas sobre la mesa. Al fin y al cabo él no se había ido a buscar a esa tipa. Estaba allí con ella, dispuesto a pasar la noche a su lado, pero debían aclarar cualquier malentendido si querían que esa relación funcionase.
Betty: La muchacha que estaba a tu lado… la… la despampanante…
Armando: -Con sincero asombro- ¿Despampanante? Para mí la única mujer despampanante que había en ese evento eras tú, Beatriz… -una sonrisa marcando hoyuelos había acompañado esa última frase.
Betty: ¡No te burles, por favor!
A pesar de lo que había ganado en autoestima en los últimos meses, Betty en el fondo se seguía considerando a sí mima fea, y le costaba creer que ella pudiese ser calificada como “despampanante”.
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Las cartas sobre la mesa
FanfictionNO ES MÍA LA HISTORIA!!! :) Betty encuentra la carta siniestra de Mario Calderón. ¿Qué hará Betty? ¿Betty se irá? ¿Le dirá a Armando que ella lo sabe todo? Esto y muchas cosas más lo averiguaremos Historia creada por: Cata:)