HOUSE OF CARDS

19

Para Taehyung, esa mañana fue una de las más vacías desde que Jungkook vivía con él. Cuando abrió los ojos, el policía ya no estaba. En su lugar, Namjoon lo estaba mirando desde la puerta de la habitación.

—Ven, cuñado, el desayuno está listo —el mayor le hizo un gesto para que le siguiera.

De mala gana, Taehyung se levantó y obedeció.

Según su celular, eran las 7am. Simplemente sonrió, si Jungkook estuviera ahí ya le estaría gritando que se apurara. Bostezó y se desperezó mientras caminaba hacia el comedor, dedicándole una gran sonrisa a Na Ra cuando ésta le saludó desde su asiento. Fue hasta ella y le abrazó, levantándola de la silla, ya que no la veía hace un buen tiempo. Taehyung era el mayor por tan solo cinco minutos, pero ella siempre sería su hermanita.

Ah, Namjoon le había vuelto a preparar ese horroroso café, pero lo bebería de todos modos.

Comió su desayuno rápidamente para luego dirigirse hasta la estación, donde Yoongi lo esperaba.

Su donsaeng le estaba esperando con una caja de donas y un chocolate caliente, además de tener preparado un listado con todas las propiedades pertenecientes a Park Jimin y su grupo familiar; hoy revisarían todos los negocios de Red Swan. Taehyung confiaba en Jungkook, y si el mayor creía que esa banda criminal estaba involucrada, entonces así era.

Mientras caminaba hacia su cuchitril, bebía un poco de chocolate y les echaba una ojeada a los documentos recién facilitados por Yoongi. Uno de los edificios en la lista tenía un nombre que resonaba en sus pensamientos ¿dónde lo había escuchado? Ladeó un poco la cabeza mientras hacía un ruido extraño con la boca.

Llegó hasta su escritorio y sin siquiera tomar asiento, escribió "Clínica Himnaeyo". Un escalofrío le recorrió el cuerpo al reconocer la estructura del centro médico entre sus recuerdos. Automáticamente se llevó la mano a la zona del vientre bajo, donde yacía la cicatriz de aquella cirugía a la que fue sometido en su infancia. Los días en ese lugar habían sido los más terribles, y la muestra de eso eran los síntomas físicos que traía el recordar ese lugar. Tuvo que apoyarse en el marco de la puerta para no caer ante el repentino mareo que sufrió; las náuseas tampoco tardaron en aparecer.

Yoongi sólo lo miró desde su posición. No dijo nada. Gracias a la situación, había descubierto que alterar al detective era mucho más fácil de lo que pensaba.

En Busan, Jungkook estaba disfrutando de un contundente almuerzo junto a Jimin, Ho Seok y Jin.

—En una hora más debemos estar en el puerto. Si se ve complicado, tendremos que esperar a mañana para retirar las cosas. Si mañana se ve complicado, esperaremos al día siguiente. Ya saben cómo es, a veces es muy fácil burlar o comprar a los agentes del estado. Otras, es casi imposible —Dijo Ho Seok, metiéndose un gran bocado de carne a la boca. Jungkook no estaba muy familiarizado con esas cosas, así es que agradeció enormemente la acotación.

Jimin, concentrado en su comida, simplemente asintió.

—Y bueno ¿para qué se supone que estoy aquí? —preguntó Jungkook.

—Mis hombres estuvieron investigando y, al parecer, algunos tipos de la mafia rusa aparecerán por aquí cuando intentemos retirar las armas. Tú lo escuchaste el otro día, alguien nos delató, tu misión es protegerme —dijo Jimin, terminando de comer para luego limpiarse con una servilleta delicadamente—. Pero por ahora deben ir al puerto y vigilar el container que tiene un cisne rojo en una de sus puertas. Ese es el nuestro. Tú y Hoseok tienen el primer turno, ante cualquier movimiento sospechoso, deben dar aviso... —el menor se puso de pie— y su turno comenzaba hace diez minutos. Fuera de aquí —les dijo, con cara de pocos amigos.