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Cuatro semanas habían pasado desde aquel agradable descanso en Busan y... Jungkook no podía detenerse.

Desde que descubrió sus sentimientos por el detective no podía controlar a su corazón y lo frágil y manipulable que se había vuelto por él. Si Taehyung quería comer algo a la una de la mañana, Jungkook se levantaba a prepararlo, inclusive si debía salir a comprar, lo hacía. No le molestaba, pero ese día, mientras bebía su primer café de la jornada laboral, comenzó a reflexionar sobre lo fácil que era para el menor que le hiciera caso, y se sintió como un tonto ¿Eso era lo que provocaba el amor? Además, y esto no era broma, el sexo con Taehyung era maravilloso. Quizás porque lo amaba y jamás había tenido ese tipo de conexión con otras personas, y ahora sí que entendía la diferencia que había entre hacer el amor y enredarse con cualquiera por ahí. Abrumado ante la carga de pensamientos, echó la cabeza hacia atrás y soltó un suspiro, entonces el menor entró por la puerta de su oficina, arreglando sus lentes ya que los traía desacomodados. A Jungkook se le detuvo el corazón por un minuto ¿Por qué Taehyung tenía que ser tan lindo?

Ay, Jungkook, ahí vas otra vez.


Taehyung había comenzado a utilizar gafas ese mismo día, ya que se dedicarían de lleno a hacer informes y revisiones de cámaras, por lo que estarían expuestos a la luz azul de las pantallas y eso podía dañar su visión más de lo que ya estaba; Jungkook lo consideraba una exageración, pero en cuanto vio lo apuesto que se veía el detective, no había parado de mirarlo. Entonces pensó, si el escuálido y aburrido Kim Tae Hyung lucía tan genial ¿Cómo se vería el apuesto y genial oficial Jeon? Tenía que hacer una visita al oftalmólogo esa misma tarde.

Repentinamente, Yoongi entró en la oficina y abrazó a Taehyung por la espalda. No lo soportaba, pero si sus sospechas eran correctas, ese tipo podía hacer que tanto Jungkook como su pareja fueran despedidos por comportamiento inmoral y ensuciar el nombre de la institución, así es que sólo apretó los puños y se puso de pie. Tomó su libreta e hizo como que iba a mostrarle algo a ambos, enseñándoles sus anotaciones de los lugares que debían visitar.

Taehyung esbozó una sonrisa, había notado todo el teatro del mayor, y ahora estaba aguantando la risa.

—Bueno, entonces Taehyung hyung y yo iremos a patrullar. Oficial Jeon ¿puede quedarse a procesar todo ese papeleo que está sobre mi escritorio? —Pidió, con esa tonta y falsa sonrisa.

Jungkook lo detestaba biini, intincis hyiing i yi irimis i pitrillir, imitó al menor en sus pensamientos, se estaba tomando demasiadas libertades llamando a su novio "hyung", y no, claramente no dejaría que esa sucia rata, que les estaba mintiendo, se quedara a solas con el detective. Sabían muy poco sobre él y no tenían claro cuál era el propósito de éste. Era peligroso y no lo permitiría.

Ya que era invierno tomó su chaqueta, la de Taehyung y Yoongi.

—Olvídalo, vamos todos. Yo conduzco —tomó las llaves de la patrulla y las meneó ante ambos.

Ese es mi chico, pensó Taehyung con una sonrisa adornando su rostro. Caminaron juntos hasta el estacionamiento y subieron en el auto. El menor de los tres hizo el amago de sentarse en el asiento del pasajero, pero Jungkook hizo un sonido con su lengua mientras abría la puerta trasera.

—Los niños van en el asiento trasero —le invitó a entrar, sonriéndole.

Yoongi obedeció de mala gana, entonces el oficial se agachó y le abrochó el cinturón, dándole unos golpecitos en el pecho al terminar.

—Listo, bebé asegurado —cerró la puerta y fue hasta su lugar para conducir hasta una desarmaduría de vehículos que quedaba a las afueras de Seúl.

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