Eran las 2AM y Jungkook no podía dormir. Simplemente se había quedado en esa cama, abrazando a Taehyung, porque en el fondo sabía que el viaje sería peligroso y quizás jamás volvería a verlo. Escuchar los sollozos del menor hasta que se durmió no había sido tan lindo, pero ahora al menos tenía la certeza de que sus sentimientos eran correspondidos.
Se separó de Taehyung con cuidado y lo observó dormir. Un pequeño rastro de luz nocturna se colaba por la ventana, haciendo que sus lunares resaltaran; deseó posar sus labios en cada uno de ellos; no pudo evitarlo y le dio un último beso antes de partir.
Tomó las llaves de su auto, el que nunca ocupaba, y se dirigió hasta el departamento de Taehyung para empacar algunas cosas. Mientras buscaba algo de ropa en la habitación del menor, vio la libreta en la que este solía dejar pequeñas ideas sobre la investigación que estaba haciendo. La tomó y no pudo evitar reír al ver los feos garabatos de Taehyung. Se sorprendió al ver una caricatura, que parecía ser él siendo ahorcada por un deforme Taehyung. Tomó el lápiz que estaba a un lado de esta y se tomó al menos treinta minutos para escribir algo en ella. Luego de eso salió del departamento y se dirigió hasta el punto de encuentro en el que sería recogido por Red Swan.
Con mucha pereza, Jungkook condujo a través de la Gyengbu Expressway por unas dos horas, hasta que su teléfono sonó a la altura de la ciudad de Cheongdam. Estaba a mitad de camino y le parecía realmente una molestia tener que detenerse porque el enano maldito le había dado las indicaciones para recoger a alguien en medio de la carretera. Se detuvo en las coordenadas indicadas, pero quiso seguir de largo cuando pudo distinguir de quién se trataba.
Maldito mocoso, me debes estar tomando el pelo, pensó.
El señor primero amor se encontraba a un costado de la autopista con su usual abrigo y ese cabello rojo mal teñido que ponía de mal humor a Jungkook.
Detuvo el auto y bajó el vidrio de la ventana del pasajero.
—No sabía que este trabajo incluía recoger basura —le dijo Jungkook a Ho Seok, desde su asiento.
El aludido hizo una mueca similar a una sonrisa fingida y subió rápidamente.
—No sabía que los experimentos en ratas habían avanzado tanto, ahora conducen —Ho Seok le atacó de vuelta, pero el ver a ese idiota, muy en el fondo, le había alegrado, llevaba a lo menos veinte minutos tirado allí, en medio de la nada, con las bajas temperaturas de una mañana de otoño, y, aunque llevaba un abrigo, este servía más como un accesorio para complementar su vestimenta que para mantenerlo caliente.
Por más de una hora el silencio en ese automóvil era sepulcral. Jungkook no tenía ganas de hablar, menos con Ho Seok, y al parecer era lo mismo para el adverso. Pero se equivocaba.
—Supongo que ya estás al tanto de mi historia con Taehyung —dijo el pelirrojo, de la nada.
Jungkook rodó los ojos mientras soltaba un suspiro y respondía.
—Sí, dijo algo, nada especial la verdad.
—¿Nada especial? Que tú creas que no lo es, no lo hace una verdad absoluta, Jungkook —Ho Seok lo llamó por su nombre, se había tomado la molestia de memorizarlo.
—Si hubiera sido importante para él, me lo habría contado —objetó el policía.
—Tú sabes cómo es él —hizo un gesto— ah, cierto, apenas lo conoces. Verás, lo conozco con mayor... profundidad. Ah, dichosos los ojos que vieron ese travieso lunar en su espalda baja —Hoseok sonrió para sí mismo, jaque mate perro policía.

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HOUSE OF CARDS
Fiksi PenggemarKim Tae Hyung es nombrado jefe de la investigación que acaba de reabrirse después de 10 años. Luego de un "pequeño" incidente, el detective Kim y su compañero en el caso, el oficial Jeon Jung Kook, se ven arrastrados a los sucios asuntos de la agru...