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Todo se sentía tan vacío y extraño.

De repente, justo cuando Taehyung pensaba que por fin podría alejarse de su horrible pasado, la verdad había llegado a su vida como un balde de agua fría. Su mirada estaba fija en su vientre... no podía dejar de hacerlo. Sin querer "algo" estaba creciendo allí, algo que le pertenecía a Jungkook y a él. Por un segundo, intentó imaginar todo aquello que el mayor quería, trató de verse a sí mismo junto a él, con tres perros y dos gatos... con "eso" luciendo como un niño de cinco años... con la preciosa sonrisa que el oficial solía dedicarle para tranquilizarlo... exactamente la misma expresión...

Pero estaba siendo demasiado idealista.

Esas cosas no pasaban. Eso jamás ocurriría...

Porque, primero, no estaba seguro de que "eso" fuera realmente un ser humano normal, y segundo, tampoco estaba seguro de sobrevivir a aquello. Si bien, durante su infancia estuvo expuesto a cientos de intervenciones y todos estos años pudo vivir con normalidad, nada aseguraba que las cosas fueran a seguir siendo como siempre.

Y dolía.

Dolía como la mierda, porque debía dejar todo lo que amaba, todo lo que conocía y todos los lugares y personas que le hacían sentir seguro ¿qué pasaría cuando el gobierno o grandes laboratorios se enteraran de todo?

Escucho que golpeaban la puerta por sexta vez. Y claro que sabía quién era, sólo que... no quería verlo. Sentía que no podría aguantarlo, que en cualquier momento terminaría por ceder, que su fuerza se acabaría... y no podía evitar llorar. Eso era lo único que podía hacer ahora, aunque lo único que quería era un abrazo; lo único que quería era esos fuertes brazos sosteniéndole mientras Jungkook le decía que todo estaría bien.

Aunque nada estaba bien.

Se limpió las lágrimas con el antebrazo y se puso de pie con cuidado. Sentía el cuerpo pesado y como si todo estuviera dando vueltas, pero, tomó el suero que le suministraba alguna que otra medicina, pensó, y se acercó hasta la puerta, la cual se abrió casi de inmediato, dejando ver a un pálido Jungkook, quien no pudo aguantar un segundo más y le abrazó con fuerza y necesidad, levantándolo del suelo y cerrando la puerta tras de sí para luego besarlo.

Taehyung sonrió. No esperaba menos de él.

—Namjoon dice que es grave... —el mayor aún le sostenía entre sus brazos.

—Lo es... me pidió perdón porque no podía hacer nada...—susurró—. ¿Te dijo cuánto tiempo más debo estar aquí? Es que... salió muy afectado y no pude... —escuchó un sollozo y se separó un poco.

Jungkook estaba llorando.

—Dijo que puedes irte a casa, pero que debes venir al menos dos veces por semana a que te den medicamentos y ver el avance del tumor que tienes... ¿Te duele mucho? —preguntó, preocupado.

Taehyung echó la cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos con fuerza, para no llorar.

—No me duele... sólo me hace sentir débil. Me duele más verte así. Aunque por un lado es bueno, puedes tener tus cinco hijos y ochenta perros con alguien más. Ya no te enamores de otros hombres, complícate la vida con mujeres ¿quieres? —le dedicó una sonrisa.

Jungkook se separó de él y le dedicó una mirada reprobatoria.

—Estás bromeando...

Taehyung hizo una mueca; había hecho enojar a su hyung.

—Jungkook... creo que lo más sano es... dejar esto aquí. Prefiero que me acompañes como un amigo y no como pareja. Es más doloroso...

El mayor se quedó viéndole fijamente, con una expresión dura en el rostro.

—Te acompaño hasta la misma muerte si es necesario, Taehyung.

El menor de ambos, no pudo resistirlo y se dejó caer sobre la camilla, relajando un poco el cuerpo para soltar el llanto que había estado reprimiendo desde que vio al pelinegro de redondos y tiernos ojos entrar. Sabía que era tonto, que era arriesgado, utópico, ilógico... pero, por una vez en toda su destruida existencia, quería hacer lo que se le diera la gana. Simplemente abrió sus brazos y recibió al hombre que amaba entre ellos.

Jungkook le acarició el cabello y volvió a besarlo. Le ayudó a acomodarse nuevamente en la camilla y se recostó a su lado abrazándolo mientras Taehyung no paraba de llorar. Le partía el corazón verlo así, pero no podía hacer más que acompañarlo en ese proceso.

Entre caricias y lágrimas, ambos se rindieron ante el cansancio.

Ninguno de los dos escuchó al doctor Kim entrar en la habitación.

—Despierten... —Taehyung sentía los párpados pesados, pero reconocía esa voz a la perfección.

—Namjoon... voy a decírselo... —susurró, mientras que Jungkook, quien aún abrazaba el cuerpo del menor, bostezaba, abriendo los ojos de a poco.

El mayor de los tres negó, asustado. Rápidamente, tomó al oficial del brazo, lo sacó de la habitación, cerró la puerta con llave y se aseguró de avisar a uno de sus delegados para que nadie los interrumpiera.

—No puedes— Namjoon le rogó con la mirada, tratando de buscar algún rastro de arrepentimiento en el menor.

—Yo, ya lo he decidido... —susurró.

—Taehyung ¿sabes si quiera lo que podría pasar? Te van a perseguir, a ti, a lo que sea que esté creciendo dentro de ti... a Jungkook... ¿no crees que ya ha perdido suficiente? —Namjoon buscaba en los ojos del menor, aterrado ante todo lo que su mejor amigo tendría que vivir si el policía decidía seguir con aquello.

Taehyung agachó la mirada y no pudo contener el llanto, mientras que la voz del oficial se escuchaba en el exterior. Se escuchaban los gritos de éste y la forma en la que peleaba por poder entrar hasta la habitación... pero era cierto, Jungkook ya había perdido demasiado, y la realidad golpeaba con tanta fuerza, que jamás dejaría de doler... nunca. Para Taehyung ya no habían cosas que perder, en cambio, para Jungkook sí. Si le daba la esperanza, la más mínima y todo salía mal ¿qué pasaría? Llevó las rodillas hasta su pecho y abrazó sus piernas, claramente destruido, derrotado; admitiendo que había pedido.

—¿Cuál es el plan? —miró a Namjoon y este le acarició el cabello.

—Haremos todo en el momento... el amor hace que no estés a salvo, ni siquiera de ti mismo —le acarició el brazo y le hizo estirar las piernas, le ayudó a acomodarse en la camilla y luego le sonrió—. Dejaré entrar a Jungkook, así es que, sólo mantenlo como un tumor y las indicaciones de venir dos veces por semana, al menos por ahora —soltó un suspiro—. No creo que podamos ocultarlo más de tres meses, así es que, ese es el plazo límite, Taehyung. También puedes pensarlo bien, y si quieres decirle, yo lo aceptaré... pero recuerda que están demasiado vigilados y que cualquier descuido hará que Red Swan les caiga encima.

Se separó de él y le sonrió desde la puerta.

—Recuérdalo, es tu decisión.

—Recuérdalo, es tu decisión

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Quisiera disculparme por haber desaparecio, las crisis existenciales están a la orden del día y, la verdad, no quiero despedirme de esta historia ni de los personajes que he creado. 

Hay una costumbre japonesa que dice que, cuando estás de cumpleaños, debes regalarle a tus cercanos algo que te gustaría recibir de su parte, entonces pensé que regalarles una actualización no estaría mal <3

Disfruten y no me odien sdisudfsfd

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