Taehyung volteó su café, pero no reaccionó hasta que el caliente líquido empapó sus pantalones. Para entonces, todo lo que estaba sobre el escritorio ya se había estropeado, y Yoongi sólo pudo negar suavemente y luego ayudó a Taehyung.
—Hyung... ¿estás bien?
El mayor, resignado, negó con suavidad, apoyando sus codos sobre el escritorio mientras entrelazaba los dedos de sus manos, haciendo una especie de triángulo, donde escondió su rostro.
—Hoy es el cuarto día...—susurró —me voy a casa. No soporto estar aquí —tomó su chaqueta y corrió hasta su automóvil. Se subió rápidamente a este y condujo hasta su hogar.
Mientras conducía, no podía parar de pensar en Jungkook. Hacía tres días que no sabía de él. El último mensaje que le envió fue un "Estoy vivo" y algunas cosas más, pero Taehyung, un poco molesto porque el mayor había ido a esa tonta misión de todas formas, no lo respondió. Lo peor es que cuando quiso contactarlo por teléfono o alguna cosa, fue inútil. Realmente se estaba volviendo loco, y cuando preguntaba a sus superiores, nadie le hacía caso.
Mientras esperaba en la luz roja del semáforo, comenzó a golpear el volante de su auto, estallando en lágrimas ¿Es que acaso Jungkook había muerto? ¿Nadie iba a llamarlo? ¿Tan insignificante era para todos? Tan frustrado, tan enojado... buscó un lugar en el cual apegarse a la vereda, esperando calmarse antes de seguir, pero no podía parar de llorar. Lo extrañaba tanto. Y se odiaba tanto.
Durante esos solitarios días llegó a la conclusión de que había sido un completo idiota ¿Por qué no había aclarado sus sentimientos antes? ¿Qué conseguía levantando tantos muros a su alrededor? Miró hacia el lado del conductor y quiso volver a los días en los que él mismo ocupaba ese lugar y se peleaba con Jungkook por el estilo de música que escuchaban, por el volumen de la radio o porque iban atrasados al trabajo.
Abrió la guantera, dentro estaba su libreta de anotaciones. El caso que él y el policía investigaban había sido suspendido por el momento, así es que no había tenido la oportunidad de ocuparla. La abrió, para ojear cuidadosamente la información que había puesto allí, pero mientras pasaba las hojas, notó que una de las puntas estaba notoriamente doblada hacia adentro. Se ubicó en ella y no podía creerlo... Jungkook le había dejado una nota.
Se limpió las lágrimas con el antebrazo ya que no podía ver bien, y con manos temblorosas sostuvo el cuadernillo.
A mi orgulloso y terco Taehyung
No sabía cómo comenzar a escribir esto... fue muy difícil dejarte esta mañana y escribir esto lo fue aún más. Ah, no puedo pensar claramente. Tengo miedo, Tae. No quiero dejarte solo, porque sé que vas a llorar. Me dolería mucho saber que estás triste por mi causa... y si encontraste esto, creo que ya habrán pasado más de dos días ¿aún no me contacto contigo? Ah, en ese caso ¿me perdonarías por no cumplir mi promesa? Sé que dije que haría las cosas bien cuando regresara, pero si estás leyendo esto, probablemente no lo haré.
Taehyung, que nadie, jamás, te haga creer que no eres necesario.
Y recuerda lo que te dije. Siempre serás mi primer amor, Kim Tae Hyung.
Taehyung, al terminar de leer aquella dedicatoria, comenzó a sollozar con más fuerza ¿Realmente serían así las cosas? No, no iba a permitirlo. Se dirigió con prisa a su departamento, empacó algunas cosas y se puso en marcha. Si Jungkook estaba allá afuera, lo encontraría; vivo o muerto, lo haría.

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HOUSE OF CARDS
FanfictionKim Tae Hyung es nombrado jefe de la investigación que acaba de reabrirse después de 10 años. Luego de un "pequeño" incidente, el detective Kim y su compañero en el caso, el oficial Jeon Jung Kook, se ven arrastrados a los sucios asuntos de la agru...