Final amargo

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—¿Hola? ¿Qué pasó?

—Tweek...

—¿Sí?

—Tenemos que hablar...

Sabía que me iba a arrepentir...

—¿Qué pasó?, no te oyes nada bien, amor.

—Voy para tu casa.

Sabía que me iba a doler...

—No, no espera, no puedes así. Yo voy a la tuya, estoy cerca.

—No te molestes, en serio, es mejor que no lo hagas.

Sabía que no iba a ser fácil...

—¡Estas llorando, amor! No es molestia, me preocupas, necesito saber qué pasó.

—No importa. Lo único que importa es que hablemos cara a cara.

Sabía que serían los días más difíciles de mi vida...

—Entonces espérame en el parque donde nos conocimos, queda cerca, yo voy para allá. Por favor, mantén la calma, amor.

—Está bien, allá nos vemos.

Sabía que no iba a ser la mejor decisión, pero era la que debía tomar. Sabía que no había otro modo de solucionar las cosas.

Me dirigí hacia aquel parque, lleno de recuerdos, con la nostalgia inundando de imágenes mi cabeza. La primera vez que nos vimos, la primera cita; el primer beso, la primera caricia; cuando iba a verlo, cuando iba a recogerlo; cuando reí con él, cuando lloré por él. Ese camino no era un camino más, era la historia de mi vida, los momentos en que más feliz fui y cuando más triste me sentí: el yin-yang en su estado puro: algo bueno en lo malo, algo malo en lo bueno. Pero hoy no tomaba esta ruta para escribir un capitulo más de esta historia, lo tomé para ponerle un punto final y así dejar de lado todo lo que esta relación había generado.

Caminé minutos, se sintieron como horas. Avancé metros, parecían kilómetros. Mis piernas estaban cansadas, pero ya ni siquiera las sentía. Ya no se trataba de lejanía, mi estado emocional estaba afectando mi estado físico, realmente no quería hacerlo, pero debía.

Llegué al parque, allí estaba él. Radiante, como siempre; hermoso, como siempre; preocupado por mí... mierda. Me vio, se lanzó en una carrera hacia mí y me abrazó. Solo agaché mi cabeza, la puse junto a la suya, sobre su hombro izquierdo; lentamente levanté mis brazos y lo abracé por la cintura, no quería soltarlo.

—¿Qué pasa, amor?

En ese momento yo no quería decir nada, no me sentía listo, estaba reuniendo fuerzas para lo que estaba por pasar, lo que iba a poner punto final a esta historia. Así fue, no respondí nada, solo dejé correr las lagrimas sobre su hombro mientras me abrazaba.

—Está bien, no te preocupes, estoy contigo, Craig.

Me abrazó fuerte, empezó a acariciar mi cuello y darme unas palmaditas en la espalda, realmente se sentía bien. No quería que esto se acabara nunca, pero debía acabarse, a eso había ido a ese lugar.

Pasaron unos minutos, poco a poco me fui estabilizando. Me senté con Tweek bajo un árbol y nos pusimos a hablar finalmente.

—Tweek, ¿tu papá te ha dicho algo?

—Sí... bueno, para eso te estuve buscando, pero... supongo que pasas por el mismo problema.

—Lo siento. Sé que tu papá tuvo problemas con el mío. Lo mejor es que yo deje la cafetería, y bueno...

—Espera, no —dijo él, poniéndome una mano en el pecho—. Craig, no es eso, en serio. Mira, mi papá de hecho quiere que hablemos los 3, sí estuvo molesto porque nunca le dije, y tenía indicios de que teníamos algo... de hecho hace un tiempo él tenía indicios de que eras mi novio hace un tiempo, sabía que me veía con alguien al salir de clases, pero él solo temía por que me llevaran por malos caminos. Craig, él no tiene problemas con esto, y de hecho quiero llevarte a mi casa, como mi novio.

—Tweek, lo siento, pero... pero... —traté de decir, mirando como su sonrisa de ilusión poco a poco se iba desvaneciendo al ver mi cara de desesperación— no es así para mí. Mi papá en serio se lo ha tomado mal y... ¡mierda! Me golpeo, se emborrachó, dejó la casa... Siento que arruiné todo en mi casa, no puedo con todo esto... no puedo con todo esto.

—Perdón.

—¡Maldita sea! ¿Por qué le dijiste a tu padre? Sabías que yo no estaba listo, sabías que yo quería que esto fuera nuestro secreto. Tu papá fue a llevarle la noticia y por esa mierda pasó todo esto. ¿TE PARECE JUSTO?

—Craig...

—TÚ ME DEJASTE POR ESTO, PORQUE NO QUERÍAS QUE SUPIERAN, Y ME HICISTE ESO, ¡HICISTE QUE SUPIERAN! Maldita sea... ¿Por qué, Tweek?

—Yo...

—¿POR QUÉ MIERDA TUVISTE QUE HACERME ESTO?

—Tu mamá ya lo sabía, creí que podía decirle también a mi papá —dijo, sollozando­—. Yo también tengo problemas, yo también sufro, y era muy triste no poder decirle a mi familia que ese chico que llevé a trabajar allá no era mi amigo sino mi novio. Ellos no dejaban de preguntarme por Pete, que qué pasó con Pete, por qué no volvió Pete, por qué ya no hablo con Pete... yo no quería hablar de Pete, quería hablar de Craig Tucker, de mi novio. No sabía que mi papá iba a decirle al tuyo, no soy un puto adivino.

—¡Ah, entonces sí tenías algo con Pete!

—¡ES EN SERIO! Craig, él era mi mejor amigo, él era la persona que me hizo sentir bien cuando me alejé de ti. ¡POR ÉL SIGO VIVO! Tú no eres el único con problemas, el único que se deprime, el único que quiere morir.

—¿Y lo que pasó en la cafetería? Ese idiota te hizo algo.

—Ese idiota hizo lo mejor que pudo hacer, dejarme en claro cómo eran las cosas.

—¡¿Qué?!

—Yo me enamoré de él, yo quería algo con él, yo sentí que él era ideal para llenar el vacío que sentí al dejarte. Fue un error, él nunca me vio de esa forma... pero yo quise seguir intentando e intentando y hasta el ultimo momento busqué lograrlo, porque creía que tu jamás me ibas a perdonar. Yo nunca estuve con otro hombre, yo nunca besé a otro hombre, nunca hice nada con otro hombre. ¿Feliz? —dijo, tomando una pausa para secar sus lágrimas—. Ya deja de intentar justificarte por todo lo que te imaginas. Tú tampoco sabes lo que he sufrido yo, lo que me ha tocado afrontar en estos años y lo que estoy afrontando ahora. Vine hasta acá, por el chico que amo, para intentar ayudarlo y me dice todo esto... Si lo que quieres es terminar conmigo, está bien, hazlo.

—Pues bien —dije, sintiendo un nudo en la garganta— no quiero seguir con una persona que no le interesa lo que pase con mi vida.

—Bien —dijo, levantándose—. Supongo que hasta acá llegó esto. No vuelvas a buscarme, no vuelvas a llamarme, y tampoco vuelvas al trabajo.

No podía creerlo, Tweek realmente...

—Ah, y una última cosa. Craig, desde que volvimos, y sabiendo el daño que te hice, tu vida era lo que más me importaba... supongo que lo volví a hacer mal. Adiós.

... había terminado conmigo.

Él es Tweek Tweak, y es mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora