La jornada de trabajo terminó sin mayores novedades, con un numero de clientes aceptable, ventas interesantes y atención impecable. Fue un gran día, un buen inicio, o bueno, eso se podía decir. Rendí bien, e hice lo mío, inclusive Tweek me felicitó por ello. Sin embargo, no podía sentirme igual de contento que él. Había algunas cosas que me inquietaban, que despertaron un sentimiento negativo en mi corazón; había algo que no me dejaba respirar con tranquilidad. Sentía un dolor en el pecho, algo que recordaba: el sentimiento del dolor en el corazón.
Traté de disimular las cosas, evadiendo las miradas de Tweek, pensando en otras cosas, o en el peor de los casos, yendo al baño a lavarme mis lágrimas. En ese momento sabía que algo de lo que se dijo en medio de esa conversación me hirió, aunque tenía ideas de qué pudo ser, no quería pensar mucho en ello; debía ser solo algo de un día.
El reloj marcó las 9 de la noche, hora de cerrar el negocio e ir a casa. Tweek se encargó del protocolo: cerrar los registros, apagar las luces, verificar que todo estuviese en orden, activar la alarma antirrobos, y finalmente cerrar con candados la entrada.
—Bien, lo hiciste genial, Craig. Nos vemos mañana en la tarde.
—Va... Cuídate, me escribes cuando llegues a casa.
—Igual tú. ¿Vas en taxi? —preguntó antes de ir hacia su casa.
—Nah, quiero tomar aire fresco. Nos vemos.
—Si tú quieres. Pero, de verdad, ten cuidado.
—Lo tendré. Gracias.
La noche era fría y oscura, silenciosa también. Pasaban pocos autos, pocas personas. Los únicos ruidos eran de algún perro ladrando a lo lejos, o la música de algún bar por la zona. A pesar de que esos ruidos marcaban el paisaje nocturno de South Park estos para mí no existían, el único sonido que percibía era el de los latidos de mi corazón.
Aguantaba hasta donde más podía las lagrimas a punto de salir. Apretaba mis dientes para no soltar sollozos. Apretaba mis puños para no dejarme vencer de ese sentimiento emergente que me estaba comiendo lentamente. Finalmente, no pude. Saqué mi teléfono, busqué su nombre, lo llamé. Necesitaba aclarar algunas cosas, aclarar mis sentimientos, decirle lo que pensaba... pero también necesitaba oír algo que me hiciera sentir un poco mejor, quizás él fuera la solución.
Esperé por unos segundos, oí el tono de marcado. Luego, para mi calma momentánea, oí su voz.
—¿Craig?
—Discúlpame, necesitaba hablar contigo.
—¿Pasó algo?
—Sí, pasaron muchas cosas...
—Cielos. Te escucho, bebé.
—Stan. Necesito saber una cosa. Tú y yo, nosotros, ¿qué somos?
—No entiendo tu pregunta —dijo nervioso, titubeando.
—Me refiero a nuestra relación. ¿Somos amigos, novios, conocidos, amantes?, por Dios, Stan, necesito saber eso.
—¿Aún lo dudas?
—¿Qué? —pregunté con lagrimas en los ojos—. ¿Qué dudo?, no entiendo nada de esto, y no soporto esta sensación.
—Somos dos personas que se quieren, que les gusta estar uno con el otro, que se preocupan uno por el otro. ¿Para ti eso que es?
—Stan, por favor, necesito una respuesta concreta.
—Tú sabes de qué hablo, amor. Llevamos casi un mes, si me entiendes. Somos novios.
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Él es Tweek Tweak, y es mi novio
FanfictionCuando terminas con tu pareja afrontas mil cosas. Sentimientos encontrados, recuerdos dolorosos, y la impotencia de no poder hacer nada al respecto de la perdida de la persona que decía amarte. Debes afrontar un futuro nuevo, con otras personas, emp...