No tengo novio

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Red me miró preocupada, esperaba alguna respuesta, la cual no le pude dar. Mi cuerpo estaba en shock, no creía aún lo que estaba viendo a unos metros de donde estaba sentado. Era él, era Stan, y estaba besándose con Kyle Broflovski, así, sin más, como si fueran pareja de toda la vida.

Yo sabía que tenía una decisión en mi mente y en mi corazón, una en la que Stan y yo no estábamos juntos como pensábamos antes; pero aún así, a pesar de la realidad que Tweek y mis sentimientos dictaban, no me esperaba ni estaba preparado para ver a Stan besando a un chico que no fuera yo. Incluso haberlo visto besándose con su exnovia hubiera dolido menos. La forma en que lo acariciaba, como lo sujetó, como lo besó; era la misma manera en que él se besaba conmigo, no, ni siquiera, era incluso más intenso con este chico que conmigo.

Mi amiga intentó calmarme en silencio, me hacía una que otra seña e incluso me preguntó de manera sutil si quería que ya nos fuéramos a casa, a lo que sólo asentí mi cabeza, intentando retener las lágrimas.

—Bueno chicos, estuvo genial, pero creo que es hora de irnos.

—Sobre eso, Red, pensaba en que tú y yo podríamos ir a hacer algo ya que mañana estaremos libres, ¿no crees?

—Cariño te lo agradezco, pero... hay alguien que necesita compañía —dijo ella, refiriéndose a mí.

—Ah vamos, Craig puede tomar un bus sólo, ¿no viejo?

—Sí... No hay problema, tengo mis audífonos, mi música, puedo ir oyendo y... eso.

—Vamos cariño, hace un tiempo no hacemos nada juntos, porfi —dijo Clyde haciéndole pucheros a Red.

—Ve, tranqui, hablamos en la tarde. Pásenla bien —dije, dándole libertad a Red de irse con Clyde.

Yo quería algún apoyo, pero sabía que no podía ser egoísta. Red y Clyde merecían su espacio también, ellos eran felices y merecían estar felices juntos. Recordé aquellos momentos en que yo estaba como él, rogándole a Stan por un día para salir juntos y él me lo negó. No podía provocarle a un amigo algo que a mí me dolió en el pasado. Yo no tendré lo que quería, pero no por eso tenía que dañarle el plan a un amigo como lo era Clyde.

—Bueno, ya me voy, debo ir a hacer trabajos. Cuídense, nos vemos.

—Me llamas cuando llegues, Craig —dijo ella con un gesto de preocupación.

—Craig, vamos, yo te acompaño —Kenny recogió su mochila y me siguió el paso.

Me alejé de Red y Clyde, no sin antes sonreírles, deseaba que les fuera bien en su cita. Por suerte, no me iba a esperar el bus sólo, iba con Kenny, al menos el sufrimiento sería un poco mas corto. Pero, a diferencia de como era en clases, esa vez hablé muy poco con Kenny. Estaba ahí, pero sin decir una palabra, me sentía extraño así. Caminamos un poco por el sendero habitual hacia el paradero del bus, fue a mitad de camino que él me habló.

—Craig, ¿quieres hablar o prefieres quedarte con eso para ti mismo?

—¿A que te refieres? No pasa nada, enserio.

—Hey, puedes confiar en mí, no voy a decir nada.

—Sabes qué fue lo que pasó, ¿verdad? —dije, deteniéndome en el camino.

—Creo saberlo, ¿debí evitar decir algo al respecto en ese momento?

—Da igual, iba a hablar eso con él así que, era algo que iba a pasar.

—Entonces si es eso. Oye, viejo, disculpa por eso, no pensé que tú y él, ya sabes.

—No, no estoy con él, ni lo estuve. Nunca fuimos pareja.

—Lo parecían. Hombre, no te lo tomes a mal, pero en las clases ustedes dos eran muy, como decirlo...

—¿Empalagosos? Joder, lo sé. Hasta yo me creí esa mierda —dije, molesto.

—Entonces, asumo que tú y Stan se gustaban.

—Sí, eso no es secreto, creo. Igual ya no tiene caso, acabas de ver a ese idiota besándose con el tal Broflovski, y pues... a la mierda.

—Ya veo. Genial, digo, bien, osea, por tí, no por lo que pasó entre esos dos. Digo, me parece genial que lo aceptes sin tapujos, ya sabes, lo de que te gustaba. Es mejor a lo que hacía Marsh... uh, olvídalo.

—Da igual, estoy bien, él no es mi problema. Yo también tengo a alguien más.

«Ya tengo a alguien más... Tweek, Tweek Tweak...» Había pasado bastante desde la ultima vez que hablé con él. Era en estos momento, más que nunca, que realmente necesitaba saber de él.

Tras esa conversación con Kenny, abordé mi bus rumbo a casa. Kenny también subió, al parecer iba a bajarse en el centro, algo cerca de la universidad, dijo que iba a comprar unas cosas. Así fue, se bajó luego de 10 minutos de viaje, nos despedimos como si nada. En el fondo me sentía bien, Kenny era el primer amigo varón que sabía que me gustaban los hombres. Para muchos hubiera sido algo insignificante, pero para mí era algo increíble, me llenaba de una confianza tremenda y me hacía apreciar más mi amistad con él, no me juzgaba por ello.

El viaje en bus tomó lo suyo, como siempre había congestión, y si a eso sumas la lluvia habitual, terrible. El viaje se hizo lento y aburrido, los audífonos y la música fueron mis mejores amigos hasta que ya estaba llegando a casa. La música se interrumpió, no porque hubiera desconectado los audífonos o la hubiera pausado, fue una llamada. Se me hizo extraño quién me estaba marcando, era mi hermana. Pensé por un momento, «Ella jamás me llama, debe ser algo urgente, tendré que contestarle».

—¿Sí?

—Craig, ¿dónde putas estás?, ¿ya casi llegas?

—Oye, oye, oye, sé algo más amable, ¿quieres? Así no te educó mamá.

—Jodete. Debería haber salido hace 30 minutos, pero no puedo porque está acá el imbécil de tu novio que quiere verte.

—Yo no tengo novio, deja de joderme —dije incomodo por sus palabras—. Mira, si es para eso...

—¿Cómo es que te llamas tú? —preguntó ella desde su lado de la linea— Ah sí, es el tal Tweek.

—¡¿QUÉ?!

—¡Dios! Oye tú, rarito, toma el teléfono y háblale.

—¿Ho-hola? —preguntó, él de manera nerviosa— ¿Craig?, ¿ya casi llegas?

—Pásale el teléfono a mi hermana, tú y yo hablamos ahora. ¿Tricia?

—Ella habla. ¿Ya casi llegas imbecil?

—¿Mis papás están?

—Obvio no, idiota —dijo en tono retador.

—Escúchame, deja a Tweek en mi habitación y ve a lo que debas ir, no me jodas la vida que ya estoy cerca de casa.

—Gracias, hermanito. Por cierto, sólo tomé 5 dólares de tu alcancía, si falta algo más te lo robó tu novio.

—Deja de decir eso, no tengo ningún novio, él no es mi novio.

—Okay, como digas tonto hermano.

Bien... ¿por donde tomar eso?, ¡¿AHORA QUE MIERDA QUIERE TWEEK?! Diablos, Craig Tucker. Las palabras tienen poder.

Él es Tweek Tweak, y es mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora