—Y entonces, tienes un monitor con las bebidas, los postres, y algún adicional. No hay un orden, tú sólo pasas eso, imprimes el recibo y me pasas la orden. El recibo se divide en dos: la parte con el numero va para el cliente, y la orden va para mí. ¿Tienes alguna pregunta?
—¿Me puedes explicar de nuevo?
—¿Desde donde te perdiste?
—Desde el comienzo...
Ya era día de trabajo, domingo en la mañana. Me encontraba en mi inducción al trabajo, dirigida nada más ni nada menos que por Tweek. Aunque el rubio daba su mejor esfuerzo por indicarme de manera detallada qué debía hacer yo no lograba llevarle el hilo a sus explicaciones. Mi cabeza estaba en otra cosa, pero no, no era ni Tweek ni Pete ni mucho menos Stan; estaba en la jodida migraña que aún tenía del día anterior. He de añadir que admiro la paciencia de Tweek en estos casos, pues llevábamos más de 30 minutos en la explicación de mis labores en caja y yo seguía igual de perdido.
—Te lo diré bien fácil. Esta pantallita tiene dibujitos y texto de los productos que vendemos. Cuando te pidan tu sólo presionas la pantalla y se va añadiendo todo a la lista del pedido. Cuando tú le des en finalizar pedido se imprime un recibo: el recibo tiene dos pedazos.
—Sí, uno con el numero y otro con la orden.
—¡Exacto! Dios, no sé como te complicas tanto, Craig.
—No ha sido uno de mis mejores fines de semana, estoy algo distraído.
—Se nota, y te vez enfermo también. ¿Ya tomaste algo?
—No tengo nada, no sé de qué hablas.
—Hablo de tú cara y de cómo actúas. ¿Tienes dolor de cabeza?
—Un poco, supongo.
—Eso es lo contrario a no tener nada. Deja miro en mi escritorio, debo tener algo para eso, no te muevas.
De momento Tweek seguía siendo el mismo. Un poco atento, observador ante los detalles, y con las intenciones de ayudar. Era el Tweek que yo conocí, el que extrañaba. En mi cabeza no dejaba de pensar qué habría sido lo que lo hizo cambiar, lo que haya hecho actuar como actuaba, no lograba comprender eso.
—Mira, encontré esto. Tómatela con un vaso de agua.
—Gracias, Tweek. —dije sonriente, recibiendo la pastilla de sus cálidas manos.
Por un momento me quedé mirándolo a sus ojos, sosteniendo sus manos por apenas unos segundos. Esa mirada tierna, esa sonrisa amable, esos cachetes con pecas... ¡Dios mío!
—Eh, por cierto —dije, volteando la mirada hacia otro lado—, ¿tienes agua?
—Si quieres toma una de la nevera, eso nos sobra acá —respondió, riendo al final—, no sé que persona va a una cafetería a sólo tomar agua, pero aún así papá pide bastantes de esas.
—Oh, gracias.
Tomé la botella, cómo me dijo, pero en vez de tomar la pastilla allí, me fui a su lado y decidí ponerme a hablar con él. No tenía más que hacer, de hecho, ni siquiera había ningún cliente en el momento.
—Y bueno, ¿qué me cuentas? —pregunté de la manera más natural posible.
—Que te digo yo... han pasado muchas cosas.
—Bueno, pues dime, ¿no? No hay más que hacer.
—Sep, supongo... además esta es la franja en que menos personas vienen, así que empecemos, ¿qué quieres saber?
—No sé. ¿Y si empiezas por cuando, ya sabes, terminamos?
—Okay, okay. Desde esa ocasión... Fue, no sé, raro empezar de cero sólo, pero lo llevé bien, creo. Me empecé a llevar con gente que antes no conocía mucho, por ejemplo, un chico que se llama Kevin, buen amigo; y bueno, también conocí a Pete en esa actividad. Empecé a trabajar acá, y... creo que eso es todo.
—Wao, pensé que habrías hecho más. Pero bueno, no me quejo.
—Y tú, ¿qué hiciste en ese tiempo, Craig?
—Ugh, pasaron cosas, varias cosas. ¿Quieres de mientras un café?, yo invito. Así de paso practico lo de la caja.
—Vale —respondió con una corta carcajada—, uno pequeño para mí.
Registré el pedido, tal como me enseñó. Él se encargó de servir el café en dos vasos desechables, y posteriormente tomamos asiento en la barra de en frente, donde se llevó a cabo la conversación.
—¿Y bien, que pasó? —preguntó él, tomando un sorbo corto de su vaso.
—Bueno, entré a la universidad, y como te dije, logré entrar a la carrera que me gusta. En eso me ha ido bien. Hasta ahí nada raro.
—Y... ¿en tu vida personal?
—Bueno, eso es más complejo...
—Tenías algo con un chico de la universidad, ¿verdad?
—Sí, con Stan. Creo que te hablé de él... ya sabes, esa vez que tú y yo...
—Sí —dijo, riendo nerviosamente—, ¿qué pasó con él?
—Lo intenté, pero, no sé. A veces uno no está hecho para el otro.
—¿Eso lo dices por ti, o por él?
—Por ambos. Lo mejor fue tomar caminos separados, supongo.
—Entonces tú y él... ¿no son nada?
«Stan y yo, ¿no somos nada? Somos amigos, sí. Pero somos algo más que amigos. Tampoco terminé con él aún, ni le he dicho nada... maldita sea. ¿Qué somos Stan y yo»
—Es complicado, pero no sé, creo que no es momento de hablar eso.
—Ah, es eso —dijo, bajando un poco la mirada—. Al menos encontraste a alguien para ti, eso me alegra, Craig.
—Pero tú también, ¿cierto?, me dijiste que tenías una novia.
—Ummm, Craig... Soy homosexual.
—¿Y entonces esa chica que dijiste?
—Era mentira. Ay, tú sabes que yo no digo todo en serio, no pensé que creyeras eso —Tweek rio de nuevo, de manera nerviosa, y sujetando su nuca en el proceso.
—Entonces, sigues soltero...
—¡Sip!, aunque bueno cualquier cosa puede cambiar.
—¿Hay alguien que te guste?
—¡Sip! Desde hace tiempo me enamoré de una persona.
—Oh, genial. Oye pues, nada. Ojalá se dé. A pesar de todo quiero verte feliz.
—Lo mismo te digo, con ese chico, ¿Stan?
—Ujumm, Stan...
Tweek estaba enamorado de alguien más. Eso era bueno, ¿verdad? Al fin de cuentas yo quería no involucrarme con él, era mi condición personal para aceptar el trabajo. Además, Stan... estaba con él, seguía con él.
La charla terminó en ese tema, no por incomodidad o por ser lo único importante; eran ya las 12 de la mañana, y algunas personas empezaban a entrar a comprar algunas cosas. Ambos tomamos nuestros puestos de trabajo y cumplimos con la labor. Lo que el rubio me enseñó me quedó grabado y al cabo de unas 2 o 3 ordenes ya estaba manejando la caja con facilidad: era algo muy sencillo. No obstante, aunque me concentraba en el trabajo, mi cabeza poco a poco estaba desviando mis pensamientos hacia otra cosa. Stan Marsh y Craig Tucker... ¿Qué somos?
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Él es Tweek Tweak, y es mi novio
FanfictionCuando terminas con tu pareja afrontas mil cosas. Sentimientos encontrados, recuerdos dolorosos, y la impotencia de no poder hacer nada al respecto de la perdida de la persona que decía amarte. Debes afrontar un futuro nuevo, con otras personas, emp...