Estructurando un futuro

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Luego de un viaje largo, con muchos pensamientos en la cabeza, y una conversación compleja, llegamos a la universidad. La hora era ideal, 20 minutos antes, no tendríamos prisa para subir hasta el cuarto piso del edificio. Decidimos no quedarnos por ahí fuera, sino entrar para evitar el frio que estaba haciendo en esa madrugada lluviosa.

Mientras caminábamos por el sendero hacia la entrada seguimos con la conversación que traíamos desde el ultimo tramo de viaje en bus, así empezó una jornada que no sería nada fácil.

—Y sobre eso, ¿tienes pensado decirle?

—¿A Tweek?, no lo sé... él mismo me dijo que la razón por la que terminamos fue por esa presión, no quiero ponerle más presiones.

—No es eso, Craig. Si no le dices después será peor, mi papá siempre decía: "todo se sabe al final" —dijo, imitando la voz grave de un viejo.

—No todo. Mira, yo puedo manejar esto, sólo tengo que ser sigiloso y darme por desentendido.

Volteé a mirar a Red, quien, lejos de tener una cara de tranquilidad, tenía una expresión de angustia y preocupación. ¿Lo que dije estaba mal?

—¿Hay alguna razón para no decirle a Tweek? —me preguntó, con un tono maternal.

—Sí, no llenarle la vida de preocupaciones o ansiedad, no quiero eso.

—Craig, llevaremos a lo mucho 5 o 6 meses juntos, pero te conozco, conozco esa mirada que tienes en tus ojos, conozco tus gestos cuando dices mentiras —soltó, dándome una mirada angustiosa—. Necesito que lo digas, ¿realmente tienes intenciones de volver con él?

Mi mundo se detuvo por un microsegundo, todo se congeló a mi alrededor, todo menos mis pensamientos. ¿Yo quería realmente regresar con él? Por mi cabeza llegaban recuerdos, nuestra relación, nuestra ruptura, la sonrisa de la primera cita, el primer beso y la primera pelea; cuando regresó, cuando tuvimos relaciones; cuando me llevó a trabajar, cuando empecé eso con él... cuando lo vi llorando por Pete, y cuando me contó su parte de la historia. Yo sentía algo por el rubio, ¿pero ese sentimiento decía que quería regresar a su lado? Sabía que quería protegerlo, quería consentirlo; quería adorarlo y quería amarlo. Quería que todo esté bien para él, y que esa hermosa e inocente sonrisa que irradiaba luz nunca se apague. Tweek era mi sol, y como tal, quería que siempre brille con la misma intensidad. ¿Pero quien merece estar a su lado?, ¿quien se merece el beneficio de tener a alguien como el bajo el titulo de novio? Pete no lo merecerá jamás, cualquier otro chico menos, no lo conocían como yo a él; sólo alguien podía darle todo lo que quería y necesitaba, y ese era yo, Craig Tucker.

Si en verdad quería que nadie lo lastime, y que solo le brinden cosas buenas, yo mismo debía hacer el trabajo. Papá decía: 'si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo'. En ese orden de ideas, sí, quería regresar con Tweek Tweak.

—Red... sabes esa respuesta —dije de manera fría, evitando el contacto visual.

La chica de cabello rojo se quedó helada, no mostraba alguna reacción positiva o negativa, se dio la vuelta, no podía ni ver su rostro. Subió su mano derecha al nivel de su cara, tomándose la frente, y dijo unas palabras que me marcaron.

—Sabes a lo que te atienes, sabes lo que me dijiste... pero, si tanto amas a ese muchacho, está bien.

—Red... yo...

—No he terminado —dijo, dándose la vuelta y mirándome de manera seria—. Está bien, sí, pero quiero que de verdad pienses las cosas. No estuve contigo cuando terminaste con él, no puedo decir bien lo que sentías o pensabas, pero sí supe que sentiste demasiado por él, quizás más de lo que yo pude sentir por Pete. Pero, además de ese sentimiento bonito tuyo, también hay dolor y sufrimiento, hay una marca que sigue en ti. Me lo dijiste, y lo sentí por tus emociones al decírmelo: lloraste, sufriste, te deprimiste; te perdiste en un mundo de mierda del cual casi no sales, y en serio, no quiero volver a verte caer ahí otra vez.

—No voy a caer allí, lo prometo, Red —le dije, con seguridad y firmeza, mirándola con una sonrisa—. Sé que no es fácil, y que es posible que no se dé, pero tengo confianza en esto, sé que lo puedo sacar adelante, incluso con el tema de nuestros padres en medio.

—Estás decidido por él.

—Totalmente.

—Pero, ¿y Stan?

—Stan... cielos, ese tipo. No hay nada que hacer ahí, porque sí, me dolió dejarlo, pero es que ya no lo quería. Amo a Tweek, y lo supe desde el día que volví a tener contacto con él. A Stan lo quiero, pero no le puedo dar lo mismo que él a mí. Además —dije, señalando hacia una tribuna—, él ya tiene alguien con quien puede ser feliz —agregué, haciendo referencia a Kyle.

—Entonces, ya decidiste todo, ¿no es así?

—Todo eso.

—Está bien, si es así, te apoyo con eso. Pero, solo nos queda algo más.

—¿Qué cosa?

—Lo de tus padres. Realmente necesitamos que crean que no tienes nada con Tweek si es que logras algo con él.

—Lo sé, lo sé, esa mierda me da dolor de cabeza. Como si no fuera suficiente, ahora tengo que pensar en desviar la atención de mis padres con los Tweak.

—Voy a pensar en alguna idea, también, no creas que te voy a dejar morir —dijo ella, ahora con otra expresión y más animada.

Llegó el día que lo admití, que exterioricé lo que sentía en mi interior: amaba a Tweek, y quería regresar con él. Di el primer paso, uno enorme, pero me faltaba mucho más, no solo bastaba con decirle a mi mejor amiga lo que sentía. Si quería regresar con Tweek debía trabajar en ello, poner de mi parte, esforzarme, y demostrar que yo era el indicado para estar a su lado.

Él es Tweek Tweak, y es mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora