Amor oculto

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Miré mi reloj, los segundos pasaban muy lentamente. Miré al techo, podía oír la lluvia caer sobre el tejado. Miré mi teléfono una vez más, él seguía preguntando por mí, yo no quería responder. La lluvia no ayudaba a que me concentrara, sólo empeoraba las cosas, mantenía mis recuerdos con Tweek más vivos que nunca . En mi cabeza habían muchas dudas: mis sentimientos, mis chances con él, y, sobre todo, la persona que vi entrar en su casa. De esa persona sólo vi que era un tipo, estaba vestido de negro, tenia el cabello un poco largo, y era ligeramente más alto que Tweek. Quizá eran pareja, quizá él si había logrado lo que yo no; quizá él ya tenía sus problemas solucionados, ya me había superado...

Necesitaba hablar con alguien, necesitaba una voz de aliento, una opinión diferente a mis sentimientos y mis recuerdos. ¿Pero quién me podría ayudar? Kenny o Clyde no sabían de esta historia, y era muy pronto para que la supieran; decirle a mi mamá sería un suicidio, ella no sabía ni tenía idea de lo que pasaba conmigo; y hablarlo con Stan, Dios, sería lo peor que podría hacer... ¿qué decisión debía tomar?

Tomé el teléfono, pero no me levanté de la cama. Marqué el número, y llamé. Me eché sobre la almohada y puse el celular sobre mi oído, esperando una respuesta de esa persona.

—¿Craig?

—Hola —dije con un nudo en la garganta—, ¿cómo estás?

—¿Estás bien? No sueles llamarme.

—Lo estoy...

—¿Necesitas que vaya?

—No, no, sólo... —tomé aire y cerré mis ojos— sólo necesito hablar con alguien. Por favor, tengo mil cosas en la mente.

—¿Nuevamente problemas con él?

—No, no es eso. Él ha estado bien conmigo. Pero si tengo problemas, con el otro, tú sabes de quién hablo.

—¿Tweek?, pensé que eso era tema del pasado. ¿Qué pasó con ese tipo?

—Lo era, pero... Agh, soy un imbécil —dije con rabia, secando las lagrimas que caían por mis mejillas—. Hace poco nos vimos, y... mierda. Ya sabrás qué pasó.

—Lo supongo —suspiró—. Sólo tengo una pregunta, ¿por qué?, ¿cuál era la necesidad?, ¿no ibas bien con Stan?

—Tú sabes mejor que nadie la historia que hay allí. Por un momento...

—La conozco —interrumpió, con notoria frustración—, pero no por eso tienes que entregarte siempre que él aparezca. ¿No ibas a empezar algo nuevo con ese chico?

—Stan...

El más perjudicado de todo esto era Stan. Él no tenía que pagar mis errores del pasado, mi terquedad, mi dañina adicción por Tweek. Stan, desde el comienzo, y cuando regresamos, fue siempre un apoyo único, alguien diferente a todos los que conocí. Salvo aquella ocasión, jamás me negó nada, se entregó en cuerpo y alma a mí, y yo... el idiota que sigue enamorado de su ex, estaba menospreciando ese buen trato y ese afecto, todo por una persona que el único placer que me brindaba era el carnal. No podía confundir al amor con obstinación, y es que si Tweek no iba a ser para mí no debería morir por eso, menos cuando tengo a Stan a mi lado. Sí, él puede tener a un novio que también lo haga feliz como ese chico de negro que vi en la tarde. ¿Por qué yo no puedo tener lo mismo? Tengo a este chico de cabello negro, de ojos azules hermosos y sonrisa encantadora; este chico de piercings y ropa rockera, de estilo relajado y con actitudes tímidas que me gustan... ¿por qué él no puede ser la persona que yo ame?

—¿Sigues enamorado de Tweek? —me preguntó.

—No puedo responderte aún. Stan me gusta, y bastante, pero...

—Tweek te confunde, me imagino —dijo, nuevamente interrumpiéndome.

—Sí.

—Cielos... Craig, ¿hace cuánto terminaste con Tweek?

—Llevamos más de 6 meses —respondí, tratando de disimular mi tristeza.

—Más de 6 meses. Entiendo. Cariño, escúchame. Eso no es fácil de superar, y entiendo que tengas dudas. Mira, yo llevo aproximadamente un año desde que terminé con Pete, y Dios mío, aún me cuesta ver algo en un chico que me haga sentir como lo que sentí por él.

—Lo sé. No es agradable, tú sientes que nadie será igual, que nadie te va a llenar de la misma manera, que no podrás sentir lo mismo, que nunca les darás lo que le diste a los otros.

—Porque tú te enamoraste de esa persona. Craig, no vas a conseguir nada si no dejas que las personas entren a tu corazón. Te sientes así porque amaste con todo a Tweek, y sí, lo entiendo, porque me pasó lo mismo con Pete. Ahora bien, ¿no crees que Stan te puede enamorar de la misma manera o aún mejor que lo que lo hizo Tweek? No han llegado a nada aún, es muy pronto para cerrarte a cualquier posibilidad.

—No puedo saberlo, Rebecca.

—Mira, te contaré un secreto. He estado hablando con Clyde en estas últimas semanas. Y sí, no es tan atractivo como Pete, no tiene la misma personalidad, ni se comporta igual. No me siento igual con él a como me sentía con Pete, pero eso es porque es una persona diferente, y no por eso lo voy a alejar, no puedo amar a un recuerdo toda mi vida. Craig, cada persona es diferente, y sí, seguro Stan no te vaya a brindar lo mismo que Tweek te brindaba, ¿pero no quieres pensar en lo que te podría brindar que no te brindaba Tweek? No lo sé, yo me lo pensaría bastante, cada persona es una historia diferente.

—Creo que tienes razón —sequé mis lagrimas con mi brazo—. Pero, ¿y qué hago respecto a Tweek?

—Ustedes al final pueden quedar como amigos, conocidos, o quizás olvidarse de la existencia del otro, eso no importa. Pero, Craig, tienes que dejar de ceder siempre que él te diga algo, no puedes ser esa persona que siempre le dice que sí.

—Entiendo, también. Muchas gracias Red, en serio.

—Para eso estamos los amigos. Y te dejo, debo ir con mi mamá a hacer unas compras.

—Vale. Ah, y, por cierto, suerte con Clyde.

—Lo tendré en cuenta —finalizó entre risas.

Entonces se trataba de eso. Darle tiempo a lo que siento. Sólo me pregunto, ¿el tiempo será suficiente para hacerme olvidar del amor de mi vida?

Alcé mi mano hacia al techo, y recordé esos momentos que él me la tomó mientras caminábamos por la zona donde el vive. «Tweek, ¿por qué soltaste mi mano?» 

Él es Tweek Tweak, y es mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora