—Entonces tu admiradora es... ¿¡RURI!?—No. —dijo Senku. —Estoy seguro en un 10,000 millones porciento que quien me escribe no es ella.
—¿Cómo estás tan seguro? —preguntó.
—No tendría sentido que una universitaria falsifique cartas para entregarlas. Sobre todo porque nos conocemos hace mucho, es ilógico.
—Tal vez tu admirador le pide que las escriba a Ruri. —opinó Taiju.
—¿Has visto a un universitario? —interrumpió Kohaku. —Los pobres no tienen ni tiempo para llorar.
—Entonces se descarta.
Senku soltó un suspiró, cada que encontraban una pista, volvían a donde empezaron.
Y es que no conocía su edad, su género, la clase a la que iba, ni siquiera su club.
Era como buscar una aguja en un pajar.
—Entonces... Vamos a quemar la paja. —dijo mientras hacía una expresión de maldad.
—Se está volviendo salvaje —murmuró Ginro al ver aquella aura rodear al Ishigami.
—No planea nada bueno —murmuró ella triste.
—¿Qué haces Chrome? —preguntó Ginro viendo como el chico observaba atento el cartel de audiciones.
—Ruri dijo que ella participó en la obra y dijo que sería lindo que nosotros participaramos...
—¿Te vas a inscribir? —el chico asintió y anotó su nombre sin rechistar.
—Aw que tierno. ¿Lo haras por ella? —preguntó una chica de cabello rosa, ganandose la mirada de ambos. —¡Eso es tan romántico!
El chico se sonrojó hasta las orejas.
—¡A-ah, no! Bueno sí.. ¡NO! —el chico salió corriendo por toda la escuela.
Hasta que chocó con alguien.
—Ay diosito, ya llévame —murmuró la persona con la que chocó que se hallaba en el suelo, a la vez que todos los papeles que llevaba consigo caían por todo el pasillo.
—¡Lo siento! —se disculpó el chico completamente avergonzado.