IKIGAI [Senku Ishigami AU]

12| Dinosaurios

Soltó un suspiró mientras veía la reacción química del laboratorio.

Se dejó caer en la silla mientras que los chicos del club pasaban al rededor.

—¿Se encuentra bien, Ishigami-kun? —le preguntó una chica de la clase A. —Se ve pálido y parece zombie.

—Pareces una verdura podrida —se burló un chico. Senku le arrojó un libro (recordemos que es un flacucho, así que el libro ni siquiera lo golpeó).

—¿Entonces es un...? —cuestionó la chica sentándose a un lado.

—Todo bien. Puede que sólo no he dormido bien —respondió sin mirar a la chica.

—Hmm... —ella lo observó con detenimiento. —Mirada perdida, suspiró repentino y cansado, falta de sueño, mente dispersa... —cubrió su boca sorprendida. —Ishigami-kun... acaso tú ¿¡estás enamorado!?

Instantáneamente todos en el laboratorio miraron al chico de cabello extraño, él cuál por un momento se sintió chiquito.

—No, las relaciones son ilógicas.

—¡Pero no puedes controlar al corazón! —gritó ella feliz mientras revoloteaba al rededor del chico.

—El corazón no es el que se enamora.

—¿En serio estás enamorado?

—Que no.

—¿Es de la escuela?

—Ya les dije que no es nada de eso.

Todos miraron a Senku expectantes pero él se mantuvo igual. Al final suspiraron sabiendo que no era cierto y que no le iban a sacar nada de información.

—Le quitas lo divertido a la vida.

El chico negó divertido y entonces siguió en sus pensamientos.

Llevaba casi tres meses recibiendo las notas y dos buscando a aquella persona.

Y seguía exactamente igual, sin embargo, gracias a la búsqueda estaba haciendo cosas que nunca pensó hacer.

—¡Hasta luego Ishigami-kun! —se despidieron sus compañeros, él sólo asintió con la cabeza. Y antes de cerrar la habitación notó una hoja de papel y un bulto en una mesa.

Se acercó tomándola.

No podía con la sorpresa.

¿Le gustaban los dinosaurios? El chico admitía que no eran uno de sus puntos fuertes, sin embargo adoraba hablar del tema.

Se maldijo inconscientemente. Como quisiera hablar de dinosaurios por horas y horas, aunque sonara tan nerd.

Pero no podía y era debido a que él aún no le había hallado.

—¿Qué tan cerca estoy de encontrarte? —murmuró él y entonces se percató de algo. —¿Quién demonios dejó la nota?

La nota no estaba ahí cuando llegó, simplemente apareció de la nada. O era muy ciego, o esa persona era invisible, o alguien del club la dejó.

Sus ojos se abrieron sorprendido.

—Entonces... ¿era del club?

Muchas preguntas, pocas respuestas.