"-¿Y entonces crees que ella sea quien escribe las notas? -preguntó Gen y Senku asintió. -Rechazala para que vengar mis libros.
-No -contestó él. -Yas has hecho suficiente.
-Hmm... Pero estoy confundido. -interrumpió Gen mientras se sentaba en el pasto. -Senku Ishigami buscando a alguien. Eso es nuevo.
Senku frunció su ceño confundido.
-Es decir, tal vez la busqueda la iniciaron Taiju, Chrome y ellos... -murmuró y miró con su mirada retadora al ojirojo. -Pero ¿por qué sigues?
Senku se quedó en silencio.
-¿Por qué realmente quieres encontrarle?"
Aquella pregunta rondaba por su mente sin poder evitarlo.
-Hey Ishigami -la chica de segundo se acercó a él.
Se hallaba en un parque descansando en una banca viendo a Suika jugar.
Ella se sentó en silencio a lado de él. Miró la patineta que traía consigo.
-Supongo que estas mejor para andar con eso -comentó con una ligera sonrisa.
Ella sacó su lengua levemente en juego.
-Les dije que me había caído peor -bromeo. -¿Tienes hermanos o tu pasatiempo es contemplar árboles?
-Ninguno. -dijo. -Sólo doy un paseo.
-Suenas como un anciano -se rió ella.
El chico la observo de reojo. Siempre parecía estar molesta pero está vez se veía relajada, incluso estaba riendo.
Y se quedaron en silencio, Senku no se consideraba alguien sociable. Podía interactuar y convivir, sin embargo...
No siempre por voluntad propia, así que ahora era un claro ejemplo de esto.
-No frunzas así el ceño, parece que tienes un guerra interna -comentó ella mientras recargaba sus codos en sus rodillas.
Él la miró.
-¿Acaso no te agrado? Si quieres me voy.
-No es eso.
-Oh, te cuesta relacionarte -dijo suspirando. -Eso a todos.
Frunció su ceño. Había visto que la chica era intuitiva, lo había notado al ver como en varias ocasiones se burlaba de Chrome y acertaba.
-Los libros lo hacen parecer fácil ¿cierto? -murmuró ella mientras pisaba su patineta, la cual tenía el dibujo de un personaje de dinorey, estiraba su pierna como si fuera a arrancar. -Sobre todo los de romance.
Ella no lo miraba, su rostro se mantenía sereno.
-Esos libros apestan -dijo él de manera tosca.
-¿Quién te hizo tanto daño? -comentó ella con una sonrisa de lado.
-Es sólo que... Las relaciones románticas son un problema, son ilógicas. Son los instintos primitivos los que te hacen actuar.
La chica dejo de mover su pierna y lo miró atenta.
-Entonces... ¿Rechazas todo intento de romance?
-Me parece tonto el enamoramiento. Que alguien se enamore y haga todo cual perro faldero.
La chica se recargo en su muñeca aún escuchándolo atenta.
-Es el estado más vulnerable de una persona.
-Con que tonto, eh -rió ella. -Seguro te rompieron el corazón. ¿Quién fue? ¿Cuándo las razones trigonométricas se volvieron funciones?
Senku no pudo evitar reir ante ese chiste nerd.
-En fin. Te dejo con tu corazón roto, senpai. - dijo mientras se levantaba.
Senku pensaba el peso de sus palabras, sonó como un amargado.
-Venden dulces por aquí; mochi, helado, galletas... Tal vez quieras traer a la pequeña - ella tomó su patineta y se alejó.
Senku se quedó en silencio y entonces colocó sus manos en su rostro.
Se había convertido en lo que juro destruir.
Una persona enamorada.
Y es que era tan obvio que se enfadaba.
Su estado de animo dependía de recibir o no una nota.
Le emocionaba el poder saber algo de ella.
Que le comentara algo de su actitud.
Y sobre todo, que el que las notas comenzaran a llegar transformó su ya monótona rutina.
Y se sentía tan tonto. Tan vulnerable. Tan molesto.
Porque hace solo algunos meses se llegó a burlar de aquellos compañeros que se enamoraban a distancia, de un cantante, de un actor, de alguien ficticio...
Y él... Se hallaba en peor situación que ellos.
Porque por lo menos los veían, lo escuchaban... Y él ni siquiera recibía respuesta, no había forma de enviarle cartas. No había forma de responder le.
Más que seguir buscando.