17. Odio que no te odio.

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4 meses después...

Hoy era el día, hoy es el día en el que el contrato caducaba, ni Jennie ni Lisa recuerdan que hoy era el día, tenían claro que en unos días todo iba a llegar a su fin, pero no tenían idea que sería hoy.

Jennie estaba dándose un baño, Lisa estaba viendo redes sociales, y de repente el celular de Lisa empezó a vibrar gracias a una llamada entrante de su padre.

Llamada.

— Si? — contestó la tailandesa.

— Lili, necesito que tú y Jennie vengan a mi oficina. — dijo el tailandés.

Ok, en unos minutos estamos allá. Adiós. — colgó.

Fin de la llamada.

Lisa suspiró, siguió viendo Instagram, esperando a que Jennie saliera del baño, de repente un el celular de Jennie vibró, pues un mensaje había llegado, la curiosidad se apoderó de Lisa y vió quien era, mala idea, ya que el mensaje la dejó helada.

Somi:
Anoche fue maravilloso, aún me cuesta sentarme 😅😭.

Al ver ese mensaje los ojos de Lisa se cristalizaron, tiro el celular a la cama con fuerza, por eso Jennie no llegó en la noche.

Lisa le había entregado su corazón.

Pero ella era Lalisa Manoban, la mafiosa más peligrosa de Corea del Sur, no iba a llorar por Jennie.

Cerro sus ojos con fuerza para  contener las lágrimas que ya amenazaban con salir, volvio a lo suyo como si nada hubiese pasado.

El sentimiento de enojo predominaba en ella.

(...)

— Seguro se preguntarán para que las citamos — dijo Khalan, Jennie y Lisa asintieron.

— Bueno, el caso es que el contrato caducó hoy — dijo ahora Jai.

— Así que, son libres — informó Jung, una sonrisa de satisfacción se dibujó en el rostro de Lisa, Jennie la miró confundida, ¿Por qué Lisa estaba tan feliz?.

— Bueno — la tailandesa menor se levantó de su asiento. — Fue un placer trabajar contigo Jennie. — salió de la oficina de su padre, Jennie salió atrás de ella.

Justo cuando Lisa iba a entrar en su auto Jennie la agarró de la muñeca. — ¿Por qué haces esto? — preguntó la coreana.

— Vamos Jennie, ¿Enserio pensaste que me había enamorado de ti? — soltó una risita, los ojos de Jennie se cristalizaron. — Solo fue por trabajo, nada más, ni nada menos — se soltó del agarre, entró a su auto y se fue.

Jennie quedó ahí, en el medio de el parqueadero, con unas enormes ganas de llorar.

Entró a su auto y ya adentro de este rompió en llanto, ¿Por qué la vida era así con ella?, Además de asesinar a personas inocentes, ¿Que había hecho ella? ¿Acaso podrá encontrar el amor algún día?.

Arrancó y salió a su casa, en la que vivía antes de que todo empezara, su vista era borrosa gracias a sus lágrimas, de hecho estuvo apunto de chocar repetidas veces, pero no lo hizo.

Al llegar a su casa está parecía un desierto elegante, no había ni un alma además de ella, camino arrastrando sus tacones rojos por la cerámica, una que otra lágrima salían de sus ya rojos e hinchados ojos.

Fue al bar y tomó una botella de whisky, dió un gran trago de esta, saco sus tacones y los tiro a algún lugar.

Unos minutos después ya se había terminado la botella, lanzó esta con todas sus puertas, haciendola pedazos — ¡Odio que no te odio, Lalisa! — sollozó.

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matrimonio involuntario; jenlisa g!p [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora