卍 O C H O 卍

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Yuudai tomó el pase de salida de las manos del director, hizo una reverencia y caminó hacia la salida dónde abrió su  casillero para tomar sus pertenencias y salir del edificio.

— No puede ser. -Kanamori se detuvo al observar aquel elegante carro negro y un par de hombres de pie a cada lado de la puerta del copiloto.

Un hombre de gran estatura y ropa notoriamente costosa asomó la cabeza con una sonrisa.

— Yuudai-kun, ¿No vendras a saludar a papá?

— Kenchin, ¿Cuánto falta para salir? -El rubio se reacomodo en el incómodo mesabanco de madera.

Draken solo alzó dos dedos sin voltear a ver a Mikey, el par de chicos se encontraba en medio de un examen general, Manjiro miró su hoja en blanco y después de un suspiro, comenzó a llenar todo el examen de más de 50 reactivos en tan solo 20 minutos.

(...)

— ¿Tenemos planes para hoy?

Draken permaneció unos segundos en silencio y después negó.

— Entonces podemos ir a visitar a Kamori-chan. - Dejó las zapatillas escolares y tomó sus tenis. — Ya debió haber salido, si nos apresuramos podremos alcanzarla en el camino.

— No olvides la tarea de inglés, Mikey. -Recordo el chico de coleta mientras repetía la acción del más pequeño.

— Mucho mejor, Kamori-chan puede hacernos la tarea mientras vemos la tele.

El par emprendió el camino rumbo a la secundaria de su amiga con Draken conduciendo la motocicleta y Mikey viajando en el asiento trasero. Fue un camino silencioso, Ken iba concentrado en el camino mientras el otro rubio pensaba en qué película deberían ver. Llegaron a su destino.

— Bien, Mikey, ahora qué.

— La voy a esperar. -El chico bajó del vehículo y se paró junto a la entrada como ya muchas veces lo habia hecho.

Pasaron los minutos y no hubo ninguna señal de que Yuudai Kanamori fuera a salir, hablo con algunos de los estudiantes que salían pero ninguno parecía tener información de donde estaba su castaña. Mikey suspiró con molestia y metió las manos a su sudadera.

— Tal vez ya se fue a casa. -Dijo Draken recargando su cuerpo en el tablero de la motocicleta. — Te llevo a su casa, ya quita esa cara de berrinche que no tienes 3 años, idiota.

— Gracias, Kenchin. -Mikey caminó hasta su amigo y subió a la motocicleta. — Definitivamente haré que Kamori-chan haga nuestra tarea.

Una vez más, Draken encendió la motocicleta y emprendieron camino hacia la casa de los Kofoku. Durante todo el viaje Mikey actuaba inquieto como un niño al que le acababan de prometer un dulce y estaba a punto de obtenerlo. Llegaron hasta dónde Yuudai les permitía ir en moto y bajaron para continuar a pie.

El rubio corrió hasta la casa de los Kofoku, tocó el timbre repetidas veces notoriamente desesperado, pasaron unos minutos para que abrieran la puerta, era un chico se alta estatura y cabello blanquecino. Mikey chasqueo la lengua.

— ¿Necesitas algo?

Mikey permaneció unos segundos analizando al muchacho y después negó.

𝗜'𝘁𝘀 𝗬𝘂𝘂-𝗱𝗮𝗶. [ᴛᴏᴋʏᴏ 卍 ʀᴇᴠᴇɴɢᴇʀꜱ]  ᴹˢ × ᶠᵉᵐ ᴿᵉᵃᵈᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora