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"El guardian de la reina (en un relato mal contado)  pt.1"
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Extrañamente aquella infante de casi 6 años de edad era la niña más calmada de la clase, mientras sus compañeros, que solo eran un par más, jugueteaban por todo el aula, gritando y tirando todo a su alrededor, ella permanecía en su asiento viendo fijamente el escritorio en completo silencio y a la espera de alguna palabra de su profesora. Yuudai Kanamori era la alumna perfecta ante los ojos de aquellos exigentes adultos, sería y de una complaciente personalidad que la convertía en la mujer ideal, claro, si ese hubiera sido el plan de su padre.

Con el cabello sumamente corto, uniforme de niño y exclusivamente participando en las clases personalizadas de puros varones, Kanamori no era lo que se pudiera llamar "niña", y que tampoco se debía a órdenes de su estricto padre. Yoshito Kanamori, un hombre tan adinerado como exitoso pero también cegado por el qué dirán y preocupado por el futuro tan incierto que le trajo haberse enterado de que el producto que llevaba su esposa en el vientre no era un varón.

— Yuudai-kun, ¿Ya terminaste tus tareas? - La pequeña asintió dándole otra probada al desabrido plato de comida que le habían puesto enfrente, incluso su dieta era excesivamente cuidada y solo tenía el permiso de comer un caramelo cuando su padre creyera que lo merecía.

— Yuu-kun, ¿No tienes hambre? - Ahora fue su madre quién habló. — Tal vez puedas comer un poco de-

— ¡No!. - Exclamó el patriarca dejando a su mujer completamente en silencio. — Yuudai come tu comida y luego prepárate para tus clases de música, es una orden.

— Sí, padre. - Respondió sin chistar y comenzó a comer aquella extraña mezcla de vegetales con pescado ahumado.

Un concurso al que nunca quiso entrar y en el que claramente era la más joven de su categoría, niños de entre 8 y 10 años corrían a su alrededor cargando estuches aterciopelados y leyendo sin cansar un montón de partituras que aún con su corta eda...

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Un concurso al que nunca quiso entrar y en el que claramente era la más joven de su categoría, niños de entre 8 y 10 años corrían a su alrededor cargando estuches aterciopelados y leyendo sin cansar un montón de partituras que aún con su corta edad eran completamente entendibles. Su padre le miraba atentamente en espera de que se comportará al nivel de la situación, era una Kanamori, excelencia y clase debían ser las primeras palabras que se le viniera a la mente al gentilicio al verla. Eso era lo que debía ser.

Pero aún con un montón de prácticas y aquellos ideales implantados en su cabeza desde que tenia uso de razón, sus manos no dejaban de temblar ni su mente idear un montón de vergonzosos escenarios dónde no hacía más que olvidar toda su participación, después de todo era una niña y la autoconfianza no era una de las clases que se repartían en su extenso horario. Un pitido dió anuncio del inicio de la competencia, Yukiko Kanamori le dió un beso en la mejilla e intentó acomodar una última vez aquel lindo uniforme que si no fuera porque ella era su madre, podria decir que Yuudai era un lindo niñito.

— Bien, mucha suerte. - Le acarició las mejillas y luego se enderezó para ir a su lugar dentro del público, su padre sería quién la acompañaría detras de escena.

𝗜'𝘁𝘀 𝗬𝘂𝘂-𝗱𝗮𝗶. [ᴛᴏᴋʏᴏ 卍 ʀᴇᴠᴇɴɢᴇʀꜱ]  ᴹˢ × ᶠᵉᵐ ᴿᵉᵃᵈᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora