卍 N U E V E 卍

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Ya había pasado poco más de 1 semana desde la última vez que Yuudai visitó en su hogar o escuela, ahora vivía en un lujoso apartamento, con su padre y su nuevo pretencioso hermano adoptivo, Yoishi Kanamori quién era 3 años mayor que Yuudai y notoriamente más grande, un niño mimado por su padre que al parecer representaba todo lo que ella no pudo ser por haber nacido mujer.

Apesar de todo, estar ahí no había sido la tortura que imaginó, su padre era extrañamente amable y actuaba condescendiente ante cualquiera de sus peticiones. Incluso dejando que su madre la visite en casa.

- Yuudai-kun, ¿Estás segura que no quieres comprar algo más? -El hombre entrego la computadora a la castaña una vez más.

Kanamori negó.

- Bien, llegara en dos días. -Se pusó de pie y acarició la cabeza de su hija antes de salir de la habitación.

Yuudai pasaba el día en clases privadas y pidiendo cosas por internet que le llegarían a Himiko o a casa con las gemelas, eran casi las 8 de la noche y su padre una vez más, cumplió uno de sus "caprichos".

- Yuudai, a cenar. -El chico de cabello claro golpeó el marco de la puerta. - ¿Y esa cara?

Yoishi caminó hasta su hermana y tomó asiento junto a ella. Yuudai estaba mirando el salvapantallas de su teléfono.

- Oh, esa es...¿Himiko?

Asintió.

- Es bonita, deberías presentarmela.

- Ni siquiera sé si la volveré a ver.

- Pronto habrá una especie de juicio, ¿No? Si papá gana estoy seguro que dejara que venga a casa.

- Preferiría irme a MI casa con mamá. -Yuudai se puso de pie y salió de su habitación.

- ¿Por qué?, por lo que sé tu madre ya tiene una familia, ¿No sería mejor dejarla así? -El chico imitó a su hermana y la siguió hasta donde su padre los esperaba con la cena. - O será que extrañas a ese tal Mikey del que hablabas la otra vez con Himiko.

Kanamori se detuvo a pensar en lo que había dicho, negó y miró de forma severa a su hermano.

- Solo quiero mi vida de antes. - La chica continuó caminando.

El moreno la sostuvo de la manga e hizo una seña de silencio.

- Si quieres ayuda, ve a mi habitación en la media noche. - susurró el mayor con una sonrisa juguetona.

El chico Kanamori pasó a un lado de la menor y caminó hasta la mesa donde saludo animadamente a su padre, Yuudai imitó su acción con la diferencia de que no le dirigió palabra alguna al hombre junto a ella.

La cena fué mucho de lo mismo, su padre hablando de lo agradecido que estaba de compartir con sus dos "tesoros" y adulando sin parar los atuendos femeninos que la "linda Yuudai" solía vestir mientras estaba ahí. Para Mori, todo eso no era más que un absurdo intento de ser el padre que nunca pudo durante toda su infancia. Quería que dejara de intentar.

- Hoy fue un gran día, Yuudai-kun.

- Pude ver a mamá, sí lo fue.

La mesa se llenó de silencio y así continuó hasta que el par de menores terminaron y se pusieron de pie.

(...)

La media noche había llegado y la castaña no lograba conciliar el sueño, se sentó en la orilla de la cama y poniéndose sus pantuflas, caminó fuera de su habitación ¿De qué manera podría ayudarla el idiota de Yoishi?, Pensó al estar frente la puerta de su hermano. Tocó con delicadeza y entró después del pase.

𝗜'𝘁𝘀 𝗬𝘂𝘂-𝗱𝗮𝗶. [ᴛᴏᴋʏᴏ 卍 ʀᴇᴠᴇɴɢᴇʀꜱ]  ᴹˢ × ᶠᵉᵐ ᴿᵉᵃᵈᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora