卍 O N C E 卍

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— Vamos, Yuudai, no falta mucho.

Apretó los dientes y se removió en su asiento, el hombre que tenía su oreja cautiva la jaló un poco para que se quedara quieta.

Mitsuya y Draken se encontraban de pie frente a la castaña, Mikey estaba justo a un lado tomando su mano y pasándole un pañuelo por las mejillas cuando las lágrimas amenazaban con llegar a su ropa. El hombre terminó el primer par de perforaciones y luego pidió al rubio que se moviera al otro lado.

— Kamori-chan, eres una llorona. - Comentó Manjiro mientras pasaba el pañuelo una vez más.

Era el 5to día de las pequeñas "vacaciones" de Yuudai, donde su rutina consistía en acompañar a Shinichiro a su tienda y hacer de asistente hasta que Manjiro salía de la escuela y la recogía para ir a casa; el día de hoy no fue la excepción, hasta que Mitsuya apareció en su camino y  terminaron en el estudio de uno de los conocidos de Ryuguyi.

— Termine, Kenny, no dijiste que tú amiga era tan sensible. - El hombre señaló a la castaña con una risa burlona.

— Tampoco lo sabía. - Respondió Draken mientras se acercaba a Yuudai para poder apreciar mejor sus nuevas perforaciones.

Mitsuya continúo dándole un vistazo a los modelos de pendientes sin encontrar algo que le agrade, sacó la vista del libro y miró a la castaña con una sonrisa burlona al ver sus ojos llenos de lágrimas.

— Elegiré un modelo sencillo, si encuentro algo que me agrade. Te lo daré. - Aclaró entregando el libro con los pendientes señalados.

— No pensé que dolería tanto.

— No duele nada, tú eres una llorona. - Se burló Manjiro mientras arrugaba el pañuelo y lo lanzaba al cesto de basura.

— Ahora deberías pensar qué le dirás a tu mamá cuando te vea. - Ryuguyi recargó su cuerpo en el respaldo de la silla.

Yuudai asintió, el hombre se acercó para ponerle sus nuevos aretes y luego le prestó un espejo, la castaña inspiró al ver sus ojos hinchados y sonrió ligeramente al girar el rostro y ver sus orejas.

— Se te ven bien, Kamori-chan. - Dijo Mikey acercando su rostro al de la chica.

— Si quieres también puedo tatuarte algo. - El hombre mostró la máquina.

Kanamori negó repetidas veces y entrego el dinero en seguida.

(...)

— ¿Qué estás haciendo? - Ryuguyi recargó su cuerpo en el mostrador con curiosidad.

Yuudai giró su rostro una vez más para admirar sus nuevos pendientes en la pantalla de su celular, suspiró con decepción.

— Quiero mandarle una foto a Himiko, pero no encuentro cómo tomarla. - Bajó el aparato y lo apoyó en la mesa.

El trío de chicos se encontraba cuidando de la tienda de Shinichiro, Mikey cureoseaba entre las motos con emoción mientras Ken y Yuudai esperaban en el mostrador. El rubio le arrebató el celular  y lo encendió.

— Qué molestia eres. - Se quejó mientras abría la cámara y apuntaba a la castaña.

Draken le tomó el rostro con una mano para acomodarla.

— Quédate así.

La chica obedeció y solo se movió hasta escuchar el disparador, mismo sonido que llamó la atención del rubio.

— ¿Qué están haciendo? - Manjiro se puso del otro lado del mostrador.

Ryuguyi bajo el celular y deslizó el teléfono por la mesa hasta llegar a las manos de Mikey quien lo tomó en seguida.

𝗜'𝘁𝘀 𝗬𝘂𝘂-𝗱𝗮𝗶. [ᴛᴏᴋʏᴏ 卍 ʀᴇᴠᴇɴɢᴇʀꜱ]  ᴹˢ × ᶠᵉᵐ ᴿᵉᵃᵈᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora