Mi vida a tu lado

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Eren

Los rayos del sol llegaron hasta mi cara desde la ventana sin cortinas del cuarto, dejando una vista de un amanecer realmente hermoso. Sentí la desnuda piel de Mikasa contra la mía y rápidamente la mire, se veía aun mas hermosa dormida junto a mi pecho, cubiertos solo por una delgada sabana blanca. El sol llego a sus ojos causando que despertara.

--Buenos días cariño.-dije mientras peinaba su cabello con mis dedos.

--Buenos días.-dijo ella con una sonrisa, abrazándose mas a mi.

--¿Quieres que prepare el desayuno?.-pregunte mientras recorría su blanca espalda con los dedos.

--Quiero quedarme asi un poco mas... no te veré hasta la noche, asi que déjame atesorarte. No sabes cuanto espere por sentir tus caricias.-dijo ella subiéndose sobre mi pecho para acostarse, cosa que me sorprendió, pero igual me fascino.

--Adoro tenerte asi a mi lado, me complementas de felicidad.-dije recorriendo su cuello con besos hasta llegar a su boca, uniéndonos una vez mas en un largo y apasionado beso, fusionando nuestro calor corporal con caricias que recorrían cada rincón de nuestro cuerpo soltando ligeros suspiros.

*

Sin darnos cuenta se nos había echo tarde a los dos y nos fuimos sin almorzar, quedando ir a comer juntos mas tarde en nuestro tiempo libre. Planeamos ir con nuestras madres para traer nuestras cosas a nuestro nuevo apartamento, probablemente estábamos yendo muy rápido, pero Mikasa y yo estábamos seguros de lo que queríamos y planeábamos alcanzarlo juntos.

El dia paso ligeramente rápido, que sin notarlo me dirigía al trabajo de Mikasa, acordando nuestro plan de recoger nuestras cosas. Al llegar al edificio cada uno entro a su apartamento. Mi madre estaba en la cocina y fui con ella.

--Hijo, me preocupe al no verte en tu cuarto esta mañana, ¿Dónde estabas?.-pregunto mi madre dejando lo que estaba haciendo.

Mi mente proceso su pregunta mientras los recuerdos de la noche anterior con Mikasa invadían mi mente, haciéndome sonrojar y sonreír como un tonto, cosa que ella noto de inmediato, colocando una sonrisa picara entre sus labios.

--No tienes que contestarme, creo adivinar la razón, debió ser una razón muy interesante, hermosa y de color azabache, ¿no?.-dijo ella riendo causando que me avergonzara.

--Basta mamá, no digas eso. Por cierto, quiero hablar contigo.-dije tomándola de la mano mientras caminábamos al sofá en donde nos sentamos.

--¿Qué sucede hijo?.-pregunto ella preocupada sin entender que esta pasando.

--Se que es muy repentino, quizás bastante apresurado, pero es algo que lo que he hablado con Mikasa desde hace tiempo, y planeamos vivir juntos.-dije desviando la mirada, esperando ansioso por la respuesta o alguna acción por parte de mi madre.

--Claro que es muy repentino, apenas ayer nos dieron a conocer su relacion, y ahora me estas diciendo que te iras de aquí y me duele...-dijo ella casi sollozando.

Escuchar la voz de mi madre, siendo tan débil y apenas entendible me dolía, no sabia que decirle para consolarla, y cuando apenas decidí pronunciar palabra ella hablo.

--Pero... eres todo un adulto, tienes un excelente trabajo, y una hermosa novia que desea pasar sus días contigo, y no puedo detenerte hijo, sin importar a donde te vayas seguirás siendo mi pequeño, asi que lo entiendo, y no te preocupes mas por mi, procura tu propia felicidad.-dijo ella abrazándome.

El abrazo cálido de mi madre era lo que necesitaba, pues me dio las fuerzas suficientes para aventurarme aun mas por el camino que decidí tomar. Después de eso le conté donde quedaba el apartamento y como era, parecía bastante interesada y emocionada en saber, amaba eso de mi madre.

Atracción a través de una ventana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora