Capítulo 4 "Tenemos que hablar"

210 43 1
                                    

Al llegar al baño y cerrar la puerta Riko me empujó contra la pared.

—Tsushima, tengo que hablar contigo —me dice muy seria.

—Habla.

—¿Recuerdas lo de antes? —me pregunta.

—¿En el psicólogo? Lo recuerdo —respondo.

—Bien, pues ahora olvídalo.

—¿Por qué? - le pregunto.

—Porque como andes por ahí diciéndoselo a la gente vas a lamentar haber nacido.

—¿Qué violenta está Sakurauchi hoy no? —pregunto burlándome de ella. —Te recuerdo que yo soy aquí la que más puede fastidiarle la vida a la otra.

—Ni se te ocurra.

—Entonces podrías pedirme las cosas bien, ¿no crees? —digo con total tranquilidad disfrutando de sus expresiones.

—Lo siento. A ver, Tsushima, ¿tú sabes cómo afectaría eso a mí vida social verdad?

—Por supuesto, te tratarían como a mí —digo como ejemplo.

—Bien, ahora, ¿tú le desearías esa vida a alguien?

—Supongo que no, eso ni yo lo merezco —digo mirando hacia el suelo.

—Perdón no quería sacar ese tema —se disculpa.

—¿También crees que estoy loca verdad?

—Bueno, siempre has sido un poco rara, pero eso no quiere decir que tengas ningún problema mental, es tu forma de ser.

—Eres la primera persona que me da una respuesta lógica, gracias Sakurauchi.

—No te iba a hacer sentir mal por una cosa sin sentido, tengo que cuidar a mis inferiores —dice extrañamente amable.

—Como tú digas.

—El caso es que no puedes contárselo a nadie —repite.

—Ni que tenga a quien contárselo.

—Igualmente no lo hagas, eso es todo.

—No lo haré little demon Lily - digo haciendo mi pose de ángel caído.

—¡No me llames así! Recuerda que para ti es Sakurauchi, no permito otras maneras de dirigirte a mi.

—Prefería a la Riko de antes —digo en un susurro audible para ella.

—No te he preguntado a cuál preferías —dice enfadada mientras abre la puerta y se va del baño dejándome sola.

Antes no se alteraba tanto por cualquier cosa, sí que ha cambiado.

Aún así le haré el favor de no contarle a nadie, pero creo que a cambio le preguntaré por su razón de ir allí.

De esa manera ambas estaremos felices, ella no tendrá ningún problema con su vida social y yo dejaré de tener tanta curiosidad sobre el tema.

Al salir del instituto volví a ver a Riko, ella me fulminó con la mirada y yo solo le guiñé un ojo, al parecer lo tomó como una señal de que le guardaría el secreto, porque luego se tranquilizó y sonrió.

¿Qué cara pondrá cuando le diga la condición?
Si algo he aprendido hablando con ella es que sus expresiones son grandiosas, dignas de un little demon.

Espero poder reclutarla pronto, hablar con ella me hizo recordar cuando éramos amigas, la verdad es que me caía bastante bien.

Aunque ahora algo me dice que no será igual que antes, parece haber cambiado bastante.
Pero no me importa, he pasado años sola, puedo seguirlos pasando sin ningún problema, no necesito a nadie, tengo a Yohane.

Igualmente, si tengo posibilidades de tener amigos perfecto, sobre todo si es Riko, porque ella misma me dijo que no tengo ningún problema.

Al parecer es la única persona con inteligencia en este lugar.
Oh, no, no, para nada, no voy a ser como todos y alabar a esa por ser perfecta, odio lo perfecto, la odio a ella, así que solo hablaré con ella mañana y se acabó, nunca más.

                                 ***

El día siguiente llegó más rápido de lo esperado, hice exactamente lo mismo que ella el día anterior y acabamos las dos en el baño de nuevo.

Me pareció raro, no esperaba que me fuera a seguir, ni siquiera esperaba que me viera.

—¿Qué quieres? —me pregunta tras comprobar que no hay nadie más que nosotras allí.

—Te guardaré el secreto. —Hago una pausa, ella sonríe.— pero —digo para que me mire seriamente.— a cambio quiero algo.

—¿El qué? Pídeme lo que sea.

—Quiero que me digas por qué vas allí. —Ella se quedó inmóvil.

—¿No quieres nada más? Puedo darte lo que sea, no es necesario hacer una pregunta así —dice nerviosa.

—¿Por qué vas? —pregunto decidida, no cambiaré mi condición por nada del mundo, cada vez tengo más curiosidad.

—No le voy a decir eso a alguien a quien ni siquiera conozco, tenlo en mente Tsushima —me dice ella cambiando de expresión a una más seria.

—Bien, tú eres la que decide, si lo prefieres así. —Ella se queda callada mirándome.— Mira, hagamos una cosa, te lo piensas hasta la semana que viene, te dejo exactamente 7 días, si al final del séptimo día no me lo dices se lo contaré a todo el mundo, si lo haces te dejaré en paz y lo olvidaré todo.

—Está bien, entonces ya me voy —dice saliendo por la puerta.

Creo que se ha enfadado, con razón, le estoy dando dos opciones para nada buenas, ninguna la beneficia. Pero le pasa por tener secretos ocultos a todo el mundo.

Ya nos veremos la semana que viene Riko.

En el psicólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora