En el psicólogo

Capítulo 29 "Siempre estaremos juntas"

(Pov Kanan)

No estoy enfadada con Mari, pero me molesta que no confíe lo suficiente en mí. También es porque tengo miedo, a lo mejor me quiere dejar porque se va a casar, debería hacerlo, sería lo mejor para ella. Pero no quiero que esté con alguien a quien ella no quiere.

Me encuentro en la playa ahora mismo, es de noche y no hay nadie aparte de mí, me gusta venir a esta hora, hay silencio y puedo escuchar el sonido del mar, me tranquiliza hacerlo.

Las lágrimas caen por mis mejillas antes de darme cuenta, el solo hecho de pensar que Mari no vino a buscarme para hablar conmigo hace que piense que no soy importante para ella. Y duele más de lo que podría haber llegado a pensar.

De pronto siento a alguien abrazarme por atrás y poner su cabeza en mi hombro.

—Lo siento Kanan. —no me hace falta girarme para saber qué es Mari la que se encuentra tras de mí. Siento algo húmedo en mi hombro, ella también se está llorando.

—No te preocupes, no hiciste nada malo. —me levanto de la arena para darle un abrazo de frente.—no sabía que decir, lo siento. Me molestó que no confiaras en mí.

—Confío en tí Kanan, pero no quería que pensaras que la única solución posible era dejarlo. Yo quiero seguir contigo, no me importa ni mi prometido, ni mis padres, solo me importas tú. Por eso no quería que lo acabaras todo por mi bien.

—Encontraremos una solución. Yo también quiero estar contigo, siempre.

Seguimos abrazadas por varios minutos más, hasta que nos separamos y nos limpiamos las lágrimas con la mano.
Mari puso sus manos en mis mejillas y me besó rápidamente.

—I love you Kanan —me dijo después.

—Yo también —le dije sonriendo.

—Parad ya, me van a dar ganas de vomitar —dice una voz detrás de nosotras.

—¿Dia? ¿Qué haces aquí? —le pregunto al verla aparecer.

—Vine porque sabía que estarías aquí, pero no esperaba encontrar a Mari-san también —dijo mirando a Mari. Luego nos dedicó una sonrisa. Espera, ¿¡Dia?!¿¡Sonriendo?!

—¿Dia? Are you okay? —le pregunta Mari al verla sonreír.

—Por una vez que lo hago —dice Dia cruzándose de brazos y evitando contacto visual con nosotras. Mari y yo nos dirigimos una mirada cómplice. Ambas nos fuimos al lado de Dia.

—No sabía que podías sonreír —me burlo de ella.

—Sin duda descubrimos una nueva faceta tuya —dice Mari con mi mismo tono. Dia cambió su expresión a una molesta.

—Me voy a casa, veo que estáis bien —dice dándose la vuelta con intención de irse.

—Dia wait! Quédate con nosotras un rato por favor —le pide Mari.

—Bueno, no me importaría, no tengo prisa por irme.

Estuvimos allí durante horas, fue divertido estar juntas las tres de nuevo, sin pensar en problemas.

—Oye Dia, ¿te unirás a el grupo? —le pregunto recordando que Ruby habló con ella sobre eso.

—No me queda otra opción.

—Oye... —empieza diciendo Mari. Dia y yo la miramos confundidas.—hagamos una promesa.— Mari levanta el dedo meñique.— siempre estaremos juntas, nosotras tres.—Dia y yo nos miramos y luego hicimos lo mismo que Mari.

—Lo prometo —digo sonriendo. Dia hizo lo mismo. Y luego Mari también.

Las tres estábamos seguras de que no incumpliriamos esa promesa.